La Nota Roja mexicana: más de cien años del periodismo más escabroso que puedas imaginar

Atención: el siguiente post contiene material gráfico sobre crímenes, muertes y violencia en general, algo que puede ser considerado agresivo y de mal gusto para ciertas personas.

Todas las mañanas en México, cuando la gente se dirige a sus trabajos, los puestos de periódicos (quioscos) exhiben portadas de gente descabezada, desollada o víctimas de un severo accidente o asesinato, el punto es que todo esto se hace sin ningún tipo de censura, apoyándose en una violencia gráfica que muchos pensarían que sólo está disponible en páginas web especializadas; pero en México esto es distinto, ya que los niños y cualquier persona pueden enfrentarse a estas imágenes sin ningún tipo de sobresaltos, porque esto ya se ha vuelto parte habitual del paisaje.

En México la visión de la muerte es distinta a otros países (inclusive tiene su propia celebración), de ahí que la nota roja se presente como un crudo referente de la realidad del país, que muchos podrían considerar que es algo nuevo debido a la creciente inseguridad y violencia, pero no, los periódicos de nota roja han exhibido la muerte en su apariencia más grotesca e inmediata desde hace varios años, todo gracias a un importante sector de la sociedad ávido por consumir violencia y satisfacer su morbo.

Conozcamos la fascinante historia de los periódicos de nota roja en México.

El morbo y las clases bajas

La nota roja apareció durante la época del Porfiriato (1876 - 1911), donde algunos diarios empezaban a documentar las muertes y asesinatos ocurridos durante estos años, desde sus inicios, la nota roja se ha relacionado con las clases bajas, ya que de acuerdo a una aseveración del periódico 'El Imparcial' (afiliado al régimen de Porfirio Díaz), los pobres eran los responsables de la gran mayoría de los crímenes que ocurrían en el país, esto debido a la creciente desigualdad que surgió en aquella época.

La mayoría de las notas eran escritas con algunas ilustraciones, pero la narración era la encargada de recrear el ambiente con lujo de detalle, explicando la posición de los cuerpos, las manchas de sangre, armas utilizadas y entre más inusual mejor, por ejemplo, podíamos leer historias de mujeres que clavaban palos en los ojos de sus maridos, suicidios con cuerdas para colgar ropa, trabajadores que mataban a su empleador con artículos caseros, como tijeras para cortar carne, entre otras cosas.

Con el tiempo, este tipo de periódicos empezó a proliferar, y por supuesto los más exitosos eran aquellos que detallaban mejor la escena y narraban parte de la historia, ya que era única forma de entrenamiento en el país, no había televisión, y estas narraciones eran una manera perfecta de mantener a la población aterrorizada y a la vez entretenida, alimentado uno de los instintos más bajos del ser humano al sentir placer por lo prohibido y lo desagradable, el morbo.

El recurso visual para retratar la realidad

La nota roja no es algo exclusivo de México, pero es allí donde encontró su más grande participación, donde el lector se volvió una especie de testigo presencial de lo peor del ser humano, como asesinatos, homofobia, misoginia, secuestros, violaciones y ejecuciones a sangre fría, entre otras muchas cosas, donde el denominador común es que siempre es con lujo de violencia y los reporteros gráficos de la nota roja lo muestran tal cual, sin censura.

Con el paso del tiempo, la narración ya no era suficiente, se necesitaba constancia de que en realidad había sucedido, por ello empezaron a surgir periódicos como 'La Prensa' (agosto 1928), que comenzó como periódico serio pero más tarde, al ver que el consumo se iba a la nota policiaca, fueron cambiando su enfoque hasta convertirse en uno de los referentes de nota roja en México, siendo los primeros en meter fotografías de verdaderas carnicerías humanas, por lo que fue considerado por muchos años como un periódico sensacionalista y amarillista, algo que a sus responsables no les importó, ya que eran el más vendido del país.

Más adelante, en 1963, este formato saltó a los tabloides y encontró a su mayor exponente en la revista Alarma!, quien sólo se dedicó a satisfacer el morbo a niveles enfermizos, ya que mostraba sin ningún tipo de censura fotografías de cadáveres, trataba temas tabú del país, como la homosexualidad, el adulterio, entre otros, pero su éxito se debió sobre todo al tratamiento de los temas, ya que lo hacían con un humor negro que jugaba con los titulares, al presentarlos en doble sentido bajo un lenguaje coloquial y sin ningún tipo de respeto hacia las víctimas.

Alarma! y la censura

Alarma! encontró la combinación perfecta, historias populares, fotografías extremadamente crueles, un sentido del humor que era considerado enfermizo y un precio por ejemplar sumamente accesible, lo que hizo de esta revista semanal un símbolo de lo que era una "publicación roja". Fue fuertemente criticada por un sector de la población, pero esto nunca significó una baja en la ventas, al contrario, las ventas aumentaban año con año, llegando a tener tirajes de un promedio de 500.000 ejemplares semanales.

El éxito de Alarma! eran sus historias y su forma de contarlas, donde no aportaban información de utilidad ni soluciones, sólo se trataba de juzgar el hecho como si fueran un ciudadano más, sin rastros de objetividad. Ellos dieron a conocer casos que se volvieron leyendas, como "Las Poquianchis", asesinas seriales dueñas de prostíbulos donde raptaban jovencitas para explotarlas, torturarlas y asesinarlas. Otro muy sonado fue el caso de "Los Mujercitos", hombres homosexuales vestidos de mujer que eran criticados por la sociedad y que el Alarma! sirvió para exponer, creando una especie de linchamiento mediático que llevó al asesinato y suicidio de muchos de ellos.

Sus historias eran sumamente comentadas en un sector de la población, por ello, sus creadores decidieron aprovechar el éxito y hacer negocios alternos que aprovecharan estas historias pero con toques de humor, sexo y ficción. De aquí surgió la revista "Casos Reales", donde se abordaban muchas de las historias que aparecían en el Alarma!, pero adaptadas en formato de foto-novela, donde el tema recurrente eran los desnudos bajo temáticas de violencia gráfica. Esta revista fue el spin-off del Alarma! y nuevamente este formato dio entrada a que otros lanzaran sus apuestas dentro de este nuevo formato de revistas sexuales en foto-novela.

Pero para 1986 el Alarma! se enfrentaría a un golpe bajo por parte de su más grande competidor, el periódico "La Prensa", ya que su dueño siempre formó parte de la política mexicana, lo que provocó que surgiera una modificación al artículo 29 de la ley de imprenta, que decía que cualquier tipo de publicación periódica que muestre cuerpos desnudos o escenas de violencia, sería considerada "pornografía" y su venta debería ser dentro de una bolsa color negro.

El detonante del éxito del Alarma! eran sus fotografías y titulares, así que ahora al estar limitada su exhibición en puestos de periódicos, el impacto no era el mismo y las ventas cayeron estrepitosamente, lo que llevó al cierre de la publicación en su momento de mayor venta, con un tiraje de poco más de dos millones y medio de ejemplares cada semana, siendo la publicación más vendida en la historia de México y unos años de haber iniciado su internacionalización a Estados Unidos, Japón, Francia, Holanda y Bélgica.

De 1986 a 1991 el Alarma! dejó de publicarse por una ley que era dirigida sólo a esta publicación, y durante este tiempo "La Prensa" aprovechó y atrajo a todos esos náufragos de la nota roja, por lo que su tiraje aumentó de forma considerable, nunca como el Alarma!, pero llegó a reportar tirajes de hasta 300.000 ejemplares diarios. Durante 1991 se presentaron elecciones federales, lo que permitió que el Alarma! regresara bajo el original nombre de "El nuevo Alarma!" y su pudiera exhibir nuevamente en puestos de periódicos.

Después de este regreso, el Alarma! nunca recuperó a su público, esto debido a que empezaron a surgir diarios que ofrecían lo mismo que la revista, la cual se mantuvo semanal, con contenido más trabajado y pertenecientes a grandes compañías de medios, lo que les permitía tener mejor producción, imagen, y contenido fresco.

En 2006 su director, Miguel Ángel Rodríguez, defendía su revista ante las críticas que mencionaban que una publicación de este tipo no tenia cabida en el siglo XXI, y exigían que se censurara y dejara de publicarse.

"El interés de la gente por la desgracia ajena se debe principalmente a dos cosas: al morbo natural que los humanos tienen por lo grotesco y lo prohibido, y porque hay mucha gente que es pobre, que no tiene dinero para comer, pero que al ver una revista como Alarma! dice: ‘pues no estoy tan jodido, éste está peor, porque está muerto’. Tenemos muy mala fama de que somos amarillistas o sensacionalistas, pero no: si te decimos que fueron veinte puñaladas, fue porque el perito así lo confirmó. Son hechos tan crueles que, si nosotros tratáramos de inventarlos, no nos saldrían casos tan terribles. Es increíble la saña que se tiene a veces para matar a alguien, que no necesitamos hacer más."

En 2014 después de varios intentos por conseguir anunciantes, los propietarios de la publicación decidieron cancelarla, y al mes del cierre, su director murió de un infarto al corazón en el metro de la Ciudad de México, una causa de muerte que aparecía de forma recurrente en su revista.

La nueva nota roja

Muchos pensaron que con el cierre del Alarma! las publicaciones de nota roja en el país terminarían por ceder, se mencionaba que estábamos ante una nueva generación, y que en internet se podía conseguir prácticamente todo sin censura, así que las publicaciones de este tipo estaban destinadas a desaparecer. Que equivocados estábamos.

A finales de 2006, el presidente Felipe Calderón declaraba la guerra al narcotráfico, lo que llevaba al país a una escalada de violencia y actos con sellos de crueldad nunca antes vistos. Esto provocó que muchos medios necesitarán contratar fotógrafos y reporteros especialistas en nota roja, ya que era un tema que empezaba a surgir nuevamente y las publicaciones que mostraban esta realidad eran las más demandadas.

Es así como se dispararon las ventas de "El Gráfico", "El Metro" y "Extra", periódicos con el mismo formato, una portada a todo color con una fotografía sumamente violenta, un titular "bromista" que juega con la imagen, el humor negro y la crueldad (sello característico del Alarma!), y para cerrar, una chica en ropa interior, e incluso sin ropa en la portada.

Es así como empezaba una nueva ola de publicaciones de nota roja, las cuales se mantienen al día de hoy como las más vendidas del país, con precios realmente ridículos, ya que en promedio tienen un precio de 3 pesos (15 céntimos de euro), lo que las hace accesibles para la gran mayoría, una mayoría que no tiene un smartphone ni internet, muchos menos redes sociales, su única vía de información es la televisión y este tipo de publicaciones. Los tirajes de estos diarios al cierre de 2014 están repartidos de la siguiente manera:

Periódico

Tiraje diario

La Prensa

244.299 ejemplares

El Metro

146.531 ejemplares

El Gráfico

138.291 ejemplares (lunes a sábado)

Extra

120.031 ejemplares

Como vemos, diariamente se venden en el país casi 700.000 periódicos impresos con temática de nota roja, una barbaridad que ha sido objeto de varios estudios, ya que mientras en otros países las publicaciones impresas están desapareciendo, en México aumentan, sobre todo en temáticas que tratan temas violentos y de morbo.

Sin duda se trata de un fenómeno mediático, donde el escritor e investigador en comunicación Raúl Fuentes, mencionaba en su libro 'La investigación de comunicación en México', que "El Alarma! constituye un objeto de investigación privilegiado. La investigación sobre el porqué el lector compra la revista, qué busca y qué encuentra en relación con temas como la violencia, la muerte y la justicia"; algo que al día de hoy sigue siendo un misterio.


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