Sabemos más o menos dónde está la tumba del Gran Kan, pero es imposible acceder para comprobarlo
Eso ha dado pie a numerosas leyendas y teorías
El lugar de descanso de una de las personas más importantes de la tierra debería ser un punto geográfico extremadamente bien documentado. Hay veces que tenemos localizada la tumba, pero que no la abrimos por miedo a lo que pueda haber en su interior (como la del primer emperador de China). Sin embargo, en otras ocasiones, simplemente no sabemos dónde han enterrado a alguien de la talla de Platón o Gengis Kan.
En el caso de Platón, tenemos nuevas pistas gracias a la tecnología que ha permitido descifrar papiros carbonizados encontrados en Pompeya. Y sobre la tumba de Gengis Kan hay indicios, pero sigue siendo una de las obsesiones de la arqueología actual.
Leyenda en vida. Nacido en algún momento a mediados del siglo XII, Temuyin pasó su juventud realizando campañas para unir a las diferentes tribus mongolas. Tras numerosos conflictos contra las tribus asiáticas, en 1204 se proclama rey -'Kan'- de Mongolia, pero la coalición de Yamuja no lo reconoce y se inicia una gran guerra. Sin embargo, su gran enemigo murió dos años después y, sin rivales políticos ni militares, se convierte en el rey absoluto de Mongolia.
Decir que Gengis Kan fue un gran conquistador es algo que no sorprenderá a nadie, ya que ha inspirado personajes de ficción, videojuegos y películas, así como obras basadas en su vida y leyendas como la de que mató a tanta gente que bajó la temperatura del planeta. Según las estimaciones más conservadoras, bajo sus órdenes murieron cuatro millones de personas, pero según las más fantasiosas, esa cifra se eleva hasta los sesenta millones.
Bajo su reinado se produjeron avances sociales para su pueblo, se realizaron mejoras en el comercio entre Asia, la Europa cristiana y el territorio asiático musulmán. Durante su reinado, se liberó a todos los esclavos mongoles (que fueron sustituidos por esclavos chinos y persas) y se crearon tanto leyes que permitían más derechos a las mujeres (podían ser herederas aunque hubiera un varón, podían ir al ejército y se prohibió su secuestro en el matrimonio) como escuelas de medicina.
Misterio en muerte. En 25 años, consiguió un imperio del tamaño de África y toda su vida está extremadamente bien documentada. Sin embargo, su muerte es un misterio. Empezando porque no se sabe con seguridad cómo murió. Hay documentos que afirman que murió durante una batalla contra la dinastía Xia y no se sabe si por heridas, un accidente de caza al caer de su caballo o por enfermedad.
También hay leyendas que afirman que secuestró a una princesa de Xia como botín de guerra y fue ella quien lo asesinó. Y estudios más recientes apuntan a una muerte por peste bubónica. Puede que esta sea la historia más probable, ya que se analizaron los síntomas tanto del Kan como de sus tropas y coinciden con una epidemia que se dio en Xia Occidental en la época.
Sí hay una tumba, un mausoleo en Ordos, pero que no guarda los restos mortales del rey:
Los mitos. Gengis Kan pidió ser enterrado sin ninguna marca y aquí es donde empiezan las leyendas y mitos alrededor de su lugar de descanso eterno. Hay leyendas que cuentan que sus hombres devolvieron el cuerpo a Mongolia, probablemente a su lugar de nacimiento cerca del río Onon, pero no hay un punto concreto en el mapa que podamos considerar como la tumba de Gengis Kan. Según la leyenda, la escolta funeraria mataba a todo el que se cruzara en su camino para que nunca se conociera el paradero exacto.
También se cuenta que masacraron a los 2.000 esclavos que construyeron la tumba para que no pudieran hablar, que el río se desvió para que nadie pudiera encontrar la tumba, que decenas de caballos pisotearon el lugar y, posteriormente, se plantaron árboles. Hay otro relato que afirma que un joven camello fue enterrado junto al Kan y, días después, se encontró a la madre del camello llorando sobre la tumba. También que el Kan pidió que enterraran junto a él seis gatos vivos para que el ronroneo lo ayudara en su paso a la otra vida. Dudo que, en esa situación, los gatos se pusieran a ronronear.
Se está buscando. Es curioso porque sabemos que murió en 1227, pero nada sobre la ubicación, pese a que llevamos décadas buscando el lugar. Recientemente, se ha intentado encontrar el lugar mediante drones y, en 2020, arqueólogos chinos afirmaron que habían encontrado el punto exacto en un punto del condado de Qinghe. También hay otros investigadores que afirman que no hay que precipitarse en tales afirmaciones y habrá que esperar a que se completen las investigaciones. De hecho, hay varios países que afirman que el rey mongol está enterrado en su territorio (sin aportar ninguna prueba, claro).
El Gran Tabú. Puede que no sepamos la ubicación exacta, pero sí la zona: un área de 240 kilómetros cuadrados en Burkhan Khaldun. Es una zona de difícil acceso por motivos naturales, pero es que, además, está prohibido bajo pena de muerte. Por eso es extraño que haya quien afirme que la ha encontrado, puesto que sólo puede entrar la familia del Kan.
Y lo cierto es que… tiene sentido. Los mongoles recuerdan a Gengis Kan por lo que creó, por el territorio unificado, los avances sociales y la mejora en las rutas de comercio que unieron oriente y occidente. Y el objetivo es que no se perturbe el lugar de descanso de alguien extremadamente querido en el país. Es poco probable que el gobierno autorice alguna vez excavaciones o pruebas reales que permitan encontrar la tumba de Gengis Kan, ya que eso perturbaría el lugar de descanso del héroe nacional.
El mundo se acabará. Para complicar aún más las cosas, hay que entrar en el plano de las creencias. En 1941, arqueólogos soviéticos encontraron la tumba del rey turcomongol Tamerlán. Inmediatamente después, los soldados nazis comenzaron la ofensiva del Frente Oriental en la Segunda Guerra Mundial, algo que algunos describen como causa y efecto. De hecho, dos años después, los restos de Tamerlán fueron enterrados de nuevo con los correspondientes ritos musulmanes y, al día siguiente, el mariscal alemán Von Paulus se rindió en Stalingrado.
Por tanto, a la pena de muerte y al gran tabú en la sociedad mongola se une la superstición. Eso sí, seguramente a los arqueólogos les impondrá más respeto la orden del gobierno mongol que algo que podría estar sacado de una película de Indiana Jones, ya que encontrar la tumba real de Gengis Kan podría desencadenar un suceso apocalíptico.
Imágenes | UNESCO, Ganzorig Gavaa, Prince Roy, Fanghong, Astrokey44
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