El pasado 10 de diciembre, cuando el dueño de la sidrería El Trasgu, en Alcorcón, abrió su negocio se encontró con una sorpresa: las 40 sillas y 10 mesas que tenía en su terraza habían sido desvalijadas. Al parecer, las cadenas de metal con las que estaban amarradas habían sido cortadas y ni rastro de las sillas. "Habían desaparecido", decía incrédulo Héctor Ruiz en su denuncia a la Guardia Civil. En una misma avenida de Alcorcón, la semana pasada robaron las sillas de otros tres restaurantes. Y en el restaurante Urbión los ladrones llegaron a podar un seto para sacarlas.
Como ellos, decenas de establecimientos en varios puntos de España han experimentado recientemente robos de su mobiliario exterior. Si antes los ladrones optaban por sustraer las máquinas tragaperras, las máquinas de tabaco o la recaudación de la caja, ahora apuntan a por algo más accesible y valioso: las sillas.
¿Qué está pasando? Según apunta este artículo de El Mundo, en un establecimiento de Alcorcón han llegado a llevarse hasta 130 sillas de madrugada. En otro de Vallecas, 100 sillas de una tajada. Los propietarios de establecimientos hosteleros de Alcorcón han denunciado tanto en la Policía como en las redes sociales el robo de su material de trabajo: cientos de sillas, mesas y sombrillas que han desaparecido de sus terrazas. Hasta el momento, la cifra supera las 3.000, algunos han sufrido más de cinco hurtos.
La tendencia. Tanto los sucesos en Alcorcón como los de Vallecas forman parte de una oleada delictiva en la Comunidad de Madrid que afecta también a restaurantes y bares de Navalcarnero, Las Tablas, Coslada y San Fernando. "Me han robado dos veces, en total 200 sillas y 50 mesas", explicaba en este artículo de Vozpópuli Alfonso Ortega, el influencer gastronómico conocido como Cocituber. Los más afectados son los propios negocios, ya que muchos de ellos no han podido servir a los clientes en estos espacios al aire libre. De hecho, hay tantos robos que la empresa de cervezas que suministra las sillas a algunos bares se ha quedado sin existencias.
El modus operandi. La mayoría de denuncias de estos robos siguen un mismo patrón: los delincuentes acuden a las terrazas cuando cae la noche y los bares están cerrados. Con ayuda de unas cizallas cortan las cadenas que sujetan las sillas, mesas e incluso sombrillas y luego emplean varias furgonetas de gran tamaño para guardar la carga.
Mafias robasillas en España. La Policía Nacional y la Guardia Civil llevan meses siguiendo de cerca los pasos de estas mafias “del terraceo”, que sospechan son las mismas en casi todos los casos. Según las autoridades, estos podrían ser siete varones, con edades comprendidas entre los 26 y los 48 años, quienes suman más de 115 antecedentes por delitos relacionados contra el patrimonio.
¿Qué hacen con ellas? El aluminio del que están hechas muchas de estas sillas es un material muy valioso que puede incluso superar los 30 euros una sola silla. Si tenemos en cuenta que en cada robo se llevan decenas de ellas, es una cifra bastante elevada. Según las autoridades, el aluminio puede fundirse y ser reutilizado después, aunque también sospechan que las sillas podrían acabar en algún país del Este, en concreto en Rumanía, donde existe demanda de este material.
El problema. Al disgusto de los hosteleros se le suma que muchas de estas sillas sustraídas no son de su propiedad. Hay que recordar que la mayoría de este mobiliario (a excepción de las que hayan decidido comprar ellos mismo) pertenece a las marcas de bebidas con las que tienen convenio: cervezas, refrescos… Se trata de un contrato comercial que implica ceder mesas y sillas a cabo de la publicidad y la venta de sus productos. "Las ceden durante el tiempo en que se consumen las bebidas en un bar. Es una especie de depósito, si en algún momento dejas de comercializar esa bebida, devuelves las sillas", explicaba un hostelero en este artículo de ABC.
Eso quiere decir que los dueños de estos bares y restaurantes no pueden ni siquiera reclamar estos robos de terrazas a sus seguros. La solución que muchos de ellos ya han comenzado a aplicar es incrementar la seguridad y meter cada noche el mobiliario en el interior del establecimiento cada noche: "Es lo que nos toca, no podemos permitir que nos roben otra vez, aunque sea un incordio recoger las y sacarlas cada mañana".
Imagen: Unsplash (Mari Vlassi)
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