Las 13 películas más taquilleras de la historia de China que están cambiando Hollywood para siempre

¿Te acuerdas de la película basada en World of Warcraft? No demasiado, ¿verdad? En Europa pasó algo desapercibida, y en Estados Unidos, casi. Con un presupuesto de 160 millones de dólares, solo recaudó 47,4 de ellos en su país de origen, debido sobre todo a un arranque flojo en su primer fin de semana. Estaba previsto que recaudara de salida 25 millones de dólares, pero competidores como la secuela de Expediente Warren y una recepción crítica algo fría impidió que fuera mucho más allá de eso o que diera alguna sorpresa: 24,2 millones de dólares, tras lo que experimentó una fuerte caída del 70% en su segundo fin de semana, recaudando solo 7,2 millones de dólares.

Sin embargo, Warcraft había recaudado, al final de su vida en salas (y sin tener en cuenta el mercado doméstico) un total de 433,7 millones de dólares (lo que no la convierte en un exitazo: The Hollywood Reporter calculaba que necesitaba 450 millones para poder hablar de beneficios). Lo notable del caso es la localización de la mayor parte de esa recaudación: 47,7 millones en Estados Unidos, 386,3 en el resto del mundo.

De ellos, 220,8 solo en China, lo que la convierte en la tercera película más taquillera del año en ese país, por delante de Capitán América: Civil War (190,4 millones) y por debajo solo de otra estadounidense, Zootopia (235,5 millones) y de la última del imbatible Stephen Chow, ya directamente en otra galaxia con su desternillante Las sirenas (526,8 millones). Podría decirse que China, con sus 1.300 millones de habitantes, salvó el mundo de Warcraft.

China vs. EEUU: la comparativa de taquilla que lo cambia todo

Por supuesto, buena parte del motivo del éxito pertenece una estupenda acción de marketing por parte de la propietaria china de la productora Legendary Entertainment, Dalian Wanda Group. Y también a la increíble popularidad del videojuego que inspira la película en Asia, proporcionalmente muy superior a Occidente. Pero no es el único caso de película reciente que obtiene discretos (o decentes) resultados de taquilla en Occidente y que arrasa en China.

En un gráfico:

Puesto

EE.UU.

RECAUDACIÓN

CHINA

RECAUDACIÓN

1

Star Wars: El despertar de la Fuerza

936.662.225$

Las sirenas

526.848.189$

2

Avatar

760.507.625$

Fast & Furious 7

390.910.000$

3

Titanic

658.672.302$

Fast & Furious 8

390.289.136$

4

Jurassic World

652.270.625$

Monster Hunt

381.860.000$

5

Los Vengadores

623.357.910$

Transformers: La era de la extinción

320.000.000$

6

El caballero oscuro

534.858.444$

Mojin: The Lost Legend

255.747.040$

7

Rogue One: Una historia de Star Wars

532.177.324$

Kung Fu Yoga

254.531.595$

8

La Bella y la Bestia (2017)

498.527.467$

Vengadores: La era de Ultrón

240.110.000$

9

Buscando a Dory

486.295.561$

Journey to the West: The Demons Strike Back

239.553.888$

10

Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma

474.544.677$

Zootopia

235,591,257$

11

Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza

460,998,007$

Lost in Hong Kong

234.431.227$

12

Vengadores: La era de Ultrón

459,005,868$

Jurassic World

228,740,000$

13

El caballero oscuro: La leyenda renace

448,139,099$

Goodbye Mr. Loser

226,161,196$

Las recientísimas Resident Evil: Capítulo Final y xXx: Reactivated recaudaron respectivamente 27 y 45 millones de dólares en USA, y 160 y 164 en China. ¿Motivos? Según los expertos, la sed de cine de terror en el país asiático para la primera, y la presencia de Donnie Yen y Kris Wu en importantes papeles en la segunda, un tema en el que entraremos más abajo.

Otro ejemplo similar a la última xXx: Ahora me ves 2 (65 millones en EE.UU, 97 en China), cofinanciada por la productora china Leomus Pictures, con ambientación parcial en Macao y con la estrella taiwanesa Jay Chou a bordo.

Es fácil detectar una constante, unos rasgos comunes, que se hacen absolutamente palpables si revisamos las películas más taquilleras de la historia en China. Aún sin ajustar los datos a la inflación, en unos espectaculares segundo y tercer puesto encontramos a Fast & Furious 7 y Fast & Furious 8.

Más: Transformers: Age of Extinction (que coproducía China), la quinta; las citadas Zootopia y Warcraft en los puestos 10 y 14; Vengadores: La era de Ultron en el puesto 8 y Capitán America: Civil War algo más abajo; también algo por debajo del puesto 10, Jurassic World y Avatar. Y como puntilla, La gran muralla en el puesto 21, de ambientación y coproducción equitativamente chino-estadounidense (cuestión que, precisamente, es la base de no pocas críticas contra ella).

Esta última es, por cierto, junto a Terminator Genisys, Warcraft y la última xXx, las únicas producciones (o coproducciones) norteamericanas de la historia que ingresaron más de cien millones en China sin llegar a esa cifra (a veces ni de lejos) en Estados Unidos.

Versión no original china

Hollywood ha pasado, afirma Aynne Kokas, autora del revelador y oportuno ensayo 'Made in China', de hacer productos en China a hacerlos para China. Eso implica unos cuantos cambios notables: uno, la diversificación, tanto de historias como de personajes. Nos podemos acostumbrar a que los blockbusters se estrenen ocasionalmente en China antes que en el resto del mundo (ha pasado con una producción de calado internacional como La bella y la bestia).

También a que incluyan una o más secuencias en el país oriental y una cuota de personajes chinos compartiendo reparto con las superestrellas occidentales. Una cuestión que, por cierto, hace no demasiados años veíamos como extraordinaria cuando se hacía con los actores afroamericanos y ahora nos parece lo lógico (y no: no se trata solo de corrección política; una vez más, es una cuota de mercado que hay que cuidar).

Algunos ejemplos de estos notables guiños desde el guion o reparto:

  • En X-Men: Días del futuro pasado hay media hora ambientada en Hong Kong y cameo de la actriz Fan Bingbing (la gran superestrella china del momento, y quinta mejor pagada… del mundo).

  • En Rogue One: Una historia de Star Wars aparecen los chinos Donnie Yen y Jiang Wen, presencias que muchos achacan a la floja taquilla en China de El despertar de la Fuerza.

  • En películas como Transformers: La era de la extinción (coproducida por la china Jiaflix Enterprises, que también exigió que el gobierno chino fuera retratado de forma positiva) hay product placement de marcas chinas de bancos o leche en tetra-brick. También lo hay en Iron Man 3, la última Independence Day y en Capitán América: Civil War, con los héroes usando unos móviles de marca Vivo muy, muy económicos.

Esta reverencia nada sutil del cine de Hollywood a su gigantesco rival/aliado chino se prolonga incluso más allá. En algunas ocasiones las películas cuentan con remontajes específicos para China, evitando temas sensibles o haciendo más asequibles algunos aspectos. Algunos ejemplos:

Muchas producciones norteamericanas han suavizado las caracterizaciones malvadas de personajes orientales
  • La polémica por el brutal whitewashing que llevó a cabo Doctor Strange con el personaje del Anciano, tibetano en los comics originales y celta en la película, tiene mucho que ver con el miedo a que el tópico del sabio oriental no fuera bien recibido... en Oriente. Algo similar sucedió en Iron Man 3, donde el villano, El Mandarín (inspirado originariamente en un tópico altamente xenófobo, como es el de Fu-Manchú), fue sustituido por un actor occidental que hacía de tapadera de los auténticos villanos.

  • El Atlas de las Nubes eliminó de su montaje para China treinta minutos con relaciones sexuales que podían considerarse conflictivas para el público del país: una entre dos hombres y otra en la que hay implicado una criatura sintética. Algo similar sucedió con Django desencadenado, que estrenó una versión con la violencia suavizada y menos desnudos.

  • En el libro que inspira la película Guerra Mundial Z, el origen del virus es China. En la película, Rusia.

  • Looper tenía prevista una secuencia ambientada en el París del futuro. La ciudad fue cambiada por Shanghai para recibir los beneficios de una coproducción, y se subrayó incluso con un diálogo en el que un personaje le dice a otro la muy propagandística frase "Soy del futuro. Deberías ir a China".
En 'Looper' la aparición de París fue sustituida parcialmente por un viaje a Shanghai
  • Mission: Impossible 3 retocó digitalmente un plano de los tejados de Shanghai en el que se veía ropa tendida: en China la carencia de secadoras en los domicilios es un tema que preocupa al público y podrían haber experimentado rechazo hacia la película.

  • Muchos de los ataques de los personajes de videojuego gigantes en Pixels fueron eliminados en el montaje chino. El más llamativo, a la Gran Muralla.

  • Una escena tan aparentemente inocente como la del borrado de memoria de unos peatones chinos en Men in Black 3 fue eliminado porque, según el diario chino Southern Daily, "podría ser una referencia al uso de la censura de Internet para mantener la estabilidad social".

  • Piratas del Caribe: En el fin del mundo eliminó el personaje del pirata interpretado por Chow Yun-fat en el montaje chino. Pese a ser una estrella hongkonesa se consideró poco apropiada su presencia.

  • El remake de Karate Kid de 2010 fue algo más problemático, ya que los abusones que atacan al protagonista son chinos. Se decidió remontar todas sus escenas para que diera la impresión de que no atacaban al chico protagonista sin provocación previa, lo que da un tono ciertamente siniestro a toda la aventura, como si el protagonista no necesariamente aprendiera kárate como un modo de autodefensa. Además, el título pasó de ser de Karate Kid (un arte marcial japonesa) a The Kung Fu Kid (arte marcial chino).
El remake de 'Amanecer Rojo' cambió a China por Corea del Norte como villanos de la función

Además, el personaje del maestro, interpretado por Jackie Chan, suavizó sus modales para que no pareciera un sádico. Lo que no deja de ser muy, muy irónico; veamos: la Karate Kid original es un plagiete occidental de El mono borracho en el ojo del tigre, una película hongkonesa en la que un joven aprendía kung fu por las malas, bajo las enseñanzas de un siniestro viejo borracho que le torturaba con un entrenamiento disparatadamente sádico y le convertía en una máquina de matar. Paradójicamente, el alumno de aquella película china era... Jackie Chan.

  • Amanecer rojo es una película de acción de los ochenta famosa por su transparente metáfora política: los rusos invadían Estados Unidos en un entorno casi apocalíptico. El inevitable remake de 2012 se reorientó a China como gran enemigo, pero con la película ya terminada, se decidió que era mejor que la amenaza llegara de Corea del Norte. El estudio tuvo que invertir una gran cantidad de dinero en cambiar por completo el prólogo de la película, algunos diálogos, y símbolos y banderas a lo largo de todo el film.

Y del mismo modo, hay películas que no han podido ser estrenadas en China por su contenido. El caso más llamativo es el de Suicide Squad por su violencia, pero hay otros históricos, como el de la producción de Scorsese de 1997 Siete años en el Tibet, por su retrato positivo del Dalai Lama, lo que condujo a una prohibición temporal de todas las películas de Sony y Brad Pitt.

El ejército chino, por ejemplo, tiene mucho que decir a veces en estas prohibiciones: un reciente reestreno de Top Gun en 3D fue prohibido por su retrato triunfalista del ejército estadounidense, y Capitán Phillips, lo fue porque el gobierno chino no quería que se difundiera la idea de que el ejército puede echar una mano a un civil cuando éste lo precisara. Y luego están las diferencias culturales insalvables, como las que han llevado a la prohibición de Cazafantasmas, La Cumbre Escarlata y Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto, donde se ven fantasmas; un tema con el que el público chino está muy poco dispuesto a bromear.

El mayor mercado del mundo

Podría pensarse que esto es solo una mera reverencia de cara a la galería, pero nada más lejos de la realidad. Durante 2015, China abrió 22 salas de cine al día. La taquilla creció ese año un 50% respecto a 2014. Pero la cuestión es que no solo Estados Unidos necesita a China, sino que China necesita a Estados Unidos.

Durante 2016, la taquilla del pais experimentó una caída preocupante, pero en solo los primero meses de 2017, la nueva xXx, la última Resident Evil y la octava Fast & Furious (a los cinéfilos expertos les dejamos lamentarse sobre si la calidad intrínseca de esas películas, que a nosotros nos gustan entre bastante y mucho, son síntoma de un peligro cultural mayor) han levantado el tema.

En 2017 se esperan nuevas secuelas de Piratas del Caribe y Transformers, franquicias que tradicionalmente han funcionado muy bien en Asia. Todos estos datos delatan una fortaleza del producto occidental (no hablamos aquí de comedias románticas francesas, claro, sino de blockbusters americanos de acción) frente al chino: pese a las oscilaciones en las recaudaciones anuales totales, las películas norteamericanas ganaron 2600 millones de dólares en 2016 y 2700 millones en 2015. La brecha de cara a 2017 puede haberse ensanchado aún más con los tres estrenos mencionados arriba.

Dalian Wanda ha ido extendiendo sus tentáculos: ya es propietaria de la mayor cadena de cines de EE.UU

Se trata, en cualquier caso, de una relación retroactiva, y de la que China también se está beneficiando. La productora Alibaba coprodujo Mission: Impossible - Nación secreta en 2015, y The China Film Group, la séptima Fast & Furious. Y como hemos citado más arriba, en enero de 2016, Dalian Wanda Group adquirió Legendary Pictures por 3500 millones de dólares, primera transición comercial de la historia de este tipo y de la que podemos esperar ver más en el futuro.

Dalian Wanda, de hecho, se está convirtiendo en una de las productoras más potentes del panorama actual. A finales del año pasado llegó a un trato con Sony Pictures Entertainment para distribuir sus películas en China, que se sumaba a la precedente asociación en marzo de 2016 de AMC Entertainment (cadena de salas adquirida previamente por Dalian Wanda) con Carmike Cinemas, lo que convierte a Dalian Wanda Group en nada menos que propietaria de la mayor cadena de cines de Estados Unidos. También ha adquirido Dick Clark Productions, que produce las ceremonias de los Globos de Oro y de los American Music Awards.

El propietario de la compañía, Wang Jianlin, es el hombre más rico de China, y ha afirmado abiertamente que quiere cambiar el hecho de que "las reglas están hechas por extranjeros", y pretende "aumentar los elementos chinos en las películas que produzca" mientras que comenta abiertamente su enfrentamiento a los valores occidentales que abanderan multinacionales como Disney.

En 2017 China se convertirá en el mayor mercado cinematográfico del mundo

Este aspecto puede complicar las cosas para el futuro de Hollywood en China (en televisión, por ejemplo, las cosas ya están complicadísimas, con cierto rechazo generalizado a las producciones extranjeras y pese al triunfo de formatos como La voz), que puede convertirse en una competidora para las productoras americanas, finalizando la relación comercial cordial que mantienen ahora los dos países. Las condiciones de trabajo en ambos países en términos industriales son como la noche y el día, ya que en China hay unas condiciones de trabajo que lindan con el esclavismo: sin sindicatos y jornadas de 16 a 20 horas diarias durante un mes sin días de descanso.

Con la implantación inevitable, cada vez más naturalizada, de plataformas digitales que hacen que los empresas mastodónticas de distribución tradicionales pierdan sentido, la rivalidad solo puede acentuarse. Aunque si se da este caso, el proteccionista gobierno chino (que solo permite el estreno de 34 películas extranjeras de gran presupuesto en su territorio al año) no tendrá problemas en poner trabas legales a la llegada de empresas norteamericanas a su territorio.

Las previsiones (que incluyen un crecimiento anual de la recaudación entre el 15% y el 20% y pese a una frenada considerable en 2016) son que a lo largo de 2017 China se convertirá, en silencio y sin traumas, en el mayor mercado cinematográfico del mundo.

Cerremos esta breve panorámica por la situación de la taquilla china con un invitado inesperado: Renny Harlin. Este director finlandés arrasó en los noventa en Hollywood con auténticos bombazos de taquilla (Pesadilla en Elm Street 4, La Jungla 2, Máximo riesgo) que se disiparon con algunos desastres (La isla de las cabezas cortadas, Memoria letal) que le obligaron al ostracismo del subproducto y el directo al vídeo (El exorcista: El comienzo, Cazadores de mentes).

Cansado de esta situación, en 2015 se mudó a Pekín.

Allí, su suerte ha cambiado. Su última película, Atrapa a un ladrón, una comedia de acción con Jackie Chan, Johnny Knoxville y Fan Bingbing, fue rodada con equipo enteramente chino. Tuvo una distribución limitadísima en Estados Unidos, pero recaudó 130 millones de dólares en China. Su próximo proyecto, Legend of the Ancient Sword, adaptación del allí popularísimo videojuego estilo RPG de 2010 Gu Jian Qi Tan, se espera que también impacte de forma espectacular en taquilla.

En declaraciones a Time, Harlin lo tiene claro: "Hollywood cree que solo hay una manera de hacer las cosas: su manera. Me he dado cuenta de que la flexibilidad que otorga hacer una película en China, pese a que impone sus desafíos, es algo liberador".

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