El consumo de sustancias estupefaciantes, no es ningún secreto, es generalizado en todo el continente europeo. Pero no todos los países tienen las mismas preferencias o hábitos de consumo sobre las mismas sustancias, ni estas se mantienen a lo largo del tiempo. Para observar qué drogas son más populares en las diferentes ciudades de Europa, el Centro de Monitorización Europeo de las drogas y la adicción a las drogas, EMCDDA por sus siglas en inglés, ha habilitado estas bases de datos.
Y en ellas hay ¡mapas! La metodología es simple: el organismo acude a los análisis de vertidos y de alcantarillado de 60 ciudades europeas, entre ellas varias españolas, para determinar qué rastros de cada droga perduran hasta el sistema de sanamiento de aguas. Como anotan en CityLab, es un gigantesco análisis de orina a cada ciudad seleccionada en la muestra. Con esa información, EMCDDA ha creado mapas y gráficas.
¿Los resultados? Son de lo más interesantes. Hay cuatro tipos de sustancias analizadas (cocaína, anfetaminas, metanfetaminas y MDMA). La cocaína, por ejemplo, es de intenso consumo en Europa Occidental. Las ciudades con una mayor ingesta de media (se puede diferenciar entre consumo entre días laborables y fin de semana: generalmente, tiende a ascender de viernes a domingo, como es previsible) son Londres, Barcelona, Zurich y una curiosidad: Molina del Segura, con cifras comparables a las grandes urbes.
La anfetamina, speed primordialmente, se traslada más al este. Es bastante común en Alemania y en parte de los países nórdicos, destacando su consumo por encima de los demás en ciudades como Espoo (Finlandia), Oslo, Dortmund o Duelmen (Alemania). En años anteriores, lugares como Sarajevo o Santiago de Compostela (que aparece destacada de forma notable en diversos mapas) también se colaban entre los primeros puestos.
La metanfetamina, tan popularizada por Breaking Bad, es cosa de Mitteleuropa. En concreto, de República Checa y Eslovaquia, los principales centros productores del continente. Su potente industria química privilegió la creación de productores y distribuidores en el mercado negro, pero las autoridades del país continuaron produciendo la sustancia después de la Segunda Guerra Mundial con fines militares. Praga, Budweis y Bratislava son las tres principales. En España destaca Barcelona.
Por último, el MDMA. Son Bélgica y Países Bajos los dos países que cuentan con ciudades más consumidores gracias a la tradicional cultura en torno a la sustancia (asociada a la música electrónica, absolutamente preminente en el ocio joven de ambos países) y a sus productores ilícitos históricos. También tiene preponderancia en Finlandia, Suecia y Noruega y en ciudades españolas como Valencia y Castellón.
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