Parece ser que desde hace no demasiado la comunidad internacional va aceptando que el cambio climático es algo gordo, algo que realmente podría acabar teniendo consecuencias desastrosas para todos los que vivimos en este planeta. La cumbre de París de finales del año pasado es un ejemplo de que los gobiernos se empiezan a tomar en serio la amenaza.
Las predicciones están a la orden del día y es fácil ver una advertencias una semana sí y otra también. “Las ciudades costeras del mundo podrían inundarse en un plano de cien años” si las temperaturas siguen subiendo al ritmo actual, dicen, y lo cierto es que, viendo los estudios y las representaciones de cómo quedarían nuestras bellas urbes, el panorama es bastante desolador.
En todo caso se nos antoja complicado saber con certeza qué va a ser de la Tierra durante los próximos años. Hay estudios, predicciones, propuestas de cambio y mucho más, sí, pero no sabemos con exactitud cómo va a ser la Tierra del año 2116. En Magnet hemos querido recopilar algunas de las predicciones más llamativas o recientes y así ver cómo luce nuestro futuro.
Qué pasaría si todo el hielo se fundiera
Es lo que se preguntó National Geographic hace dos años. La respuesta, obviamente, no fue nada alentadora:
Eventos climáticos extremos. ¿Y si fallan todos los sistemas críticos?
Durante el último siglo las precipitaciones han ido aumentando en algunas zonas y disminuyendo en otras. Una de las consecuencias del cambio climático según las predicciones que hemos ido leyendo, escuchando y experimentando a lo largo de los años, es la del cambio en los patrones de las precipitaciones. Y no sólo eso: los eventos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes y duros.
Según el último informe de evaluación nacional del clima realizado en Estados Unidos, estos eventos extremos pueden llegar a causar verdaderos estragos si logran afectar a distintos sistemas críticos de forma simultánea. Un ejemplo claro fue lo sucedido en Nueva Orleans con el huracán Katrina.
Cuanto más frecuentes y duros sean estos eventos, más posibilidades hay de que fallen infraestructuras, sistemas de evacuación o sistemas eléctricos, excediendo por completo nuestra capacidad de respuesta. En Nature también hablan de ello.
Estos eventos climáticos extremos pueden derivar en inundaciones, como ya hemos visto, pero también pueden afectar tanto a la calidad del agua como a la cada vez menor cantidad disponible en determinadas regiones. Inundaciones y riadas por un lado, sequías por el otro.
Sequías y olas de calor
Tal y como apuntan desde la Comisión Europea, la zona del Mediterráneo se está volviendo cada vez más seca, haciéndola más vulnerable a sequías e incendios. Las áreas urbanas, donde vivimos 4 de cada 5 europeos, están expuestas a olas de calor, inundaciones y subidas del nivel del mar, y lamentablemente no están bien equipadas para hacer frente al cambio climático.
Imagen | David B. Gleason
Un dato a tener en cuenta: los diez años más calurosos de los que se tiene constancia han tenido lugar desde 1990 y los cinco años de mayor temperatura desde 1997.
En el Quinto Informe de Evaluación preparado por el IPCC podemos observar dos proyecciones sobre el cambio de la temperatura basados en dos escenarios: con tasas de cambios climáticos menores a la izquierda y con tasas medias y altas a la derecha. Ninguna de las dos es especialmente alentadora.
Desaparecerán los osos polares (y otro montón de especies)
Temperaturas más altas, hielo que se funde, cambios en la vegetación… todo ello puede derivar en la extinción de determinadas especies. Los expertos, según leemos en Nature, aseguran que, si el calentamiento global sigue su curso, una cuarta parte del total de especies que conocemos tendría muchos números para verse abocada a la extinción en el año 2050.
Imagen | Charles H. Smith
En relación a la más que probable desaparición del hielo en el ártico, los osos polares podrían desaparecer en tan solo 100 años. Los arrecifes de coral también tienen los días contados si la situación actual no cambia de forma drástica, ya que el aumento de la temperatura en los océanos aniquila a las algas que permiten su supervivencia. El 75% de los arrecifes de coral está en riesgo.
En la siguiente imagen podemos ver el efecto del aumento de la temperatura submarina en los corales: la porción amarilla que podemos ver en A es una zona de la colonia muerta por enfermedad, seguida de una decoloración por pérdida de las algas que mantienen al coral con vida (B). A partir de ahí la enfermedad sigue creciendo hasta decolorar toda la zona periférica (C) aniquilando a la colonia completa (D). Todo en menos de dos años.
Aumento de enfermedades
En el año 2003 murieron más de 20.000 personas en Europa y más de 1.500 en la India debido a olas de calor extremo relacionadas con el cambio climático. La OMS calcula que el cambio climático provocó más de 150.000 muertes solamente en el año 2000. La situación podría empeorar si las temperaturas siguen subiendo al ritmo actual y el riesgo es todavía mayor entre las comunidades más vulnerables.
El aumento de las temperaturas también puede provocar una mayor propagación de infecciones, ya que puede crear las condiciones idóneas para que insectos, animales y microbios capaces de transportar enfermedades sobrevivan en zonas donde hasta ahora no podían debido al frío.
En la siguiente imagen podemos ver el estado actual de las colonias de Ixodes Scapularius, uno de los ácaros responsables de transmitir la enfermedad de Lyme, y la proyección durante las próximas décadas:
Además de esto, la emisión de CO2 contribuye a una mayor producción de alérgenos. Una alta concentración de polen, por ejemplo, puede aumentar los casos de alergia y asma. Si a esto le sumamos la exposición a otros elementos tóxicos en el aire, las alergias pueden agravarse.
Repercusiones económicas
Según este informe del gobierno británico, el cambio climático podría tener un coste económico de entre el 5 y el 20% del producto interno bruto mundial. Por otro lado asegura que, dedicando solamente el 1% de este PIB en medidas de cambio, se podrían minimizar los efectos más dañinos.
Imagen | presidenciamx
Evidentemente todas las actividades relacionadas con la pesca o la agricultura se ven afectadas por el aumento de las temperaturas: en los océanos se perderán especies, las tierras sufrirán sequías. Por no hablar de los daños a infraestructuras y propiedades debidos a los eventos climáticos extremos cuyos costes de reparación pueden ser de miles de millones de euros.
Imagen de apertura | Hammer
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