Una versión anterior de este artículo fue publicada en 2018.
Cuando dormimos y soñamos, perdemos el control de nuestro cuerpo y nuestro cerebro coge los mandos de la nave, aprovechando esas horas en que no estamos conscientes para tocar aquí y allá, jugar con el panel de mando y provocar todo tipo de curiosas reacciones.
Algunas personas hablan o se mueven, incluso se levantan de la cama y se dan un paseo por su casa. Es habitual que haya movimientos espasmódicos de los miembros, una forma eficaz de nuestro cerebro para controlar que todo está en su sitio y funcionando. También movemos los ojos como parte de la fase REM del sueño. En los hombres, además, se producen erecciones (aunque técnicamente no se llaman erecciones, sino tumescencias peneales nocturnas, o TPN).
No responden a ningún estímulo sexual y se producen durante toda su vida, incluida la infancia. Además, vienen en serie: un hombre puede tener entre 1 y 5 cada noche y duran entre 15 y 40 minutos cada vez. Es un misterio insondable que ha afectado a cualquier hombres desde tiempos inmemoriales. Y para el que la ciencia tiene algunas respuesta.
Para entender por qué ocurren, hay que partir de cómo se producen las erecciones normales, aquellas que se dan cuando los hombres están despiertos y hay en juego algún estímulo sexual.
En esos casos entran en juego el sistema nervioso y el sistema endocrino, es decir, el que genera las hormonas que son las señales químicas que regulan todo nuestro cuerpo. Cuando un hombre está sexualmente excitado, su cerebro envía un mensaje químico a los nervios que regulan el riego sanguíneo en el pene para que dejen entrar más sangre. Esta entra en una especie de esponjas, llamadas cuerpos cavernosos, que se expanden y endurecen dando forma a la erección.
Este mismo mecanismo puede ocurrir sin que intervenga la excitación sexual ni el cerebro. En esos casos es una reacción refleja no controlada que se desencadena en la espina dorsal. Por eso los hombres que tienen una lesión medular pueden, dependiendo de la lesión, seguir teniendo erecciones.
No se conocen todos los detalles en torno a las TPN todavía. Sí se sabe que ocurren durante las fases REM del sueño, que son en las que soñamos, y por eso normalmente relacionamos ambos fenómenos, pensando que las erecciones ocurren por sueños de carácter sexual.
Pero no es así. En realidad, ambas cosas, sueños y erecciones, ocurren a la vez por que es cuando el mando de nuestro cuerpo pasa del sistema simpático (que controla los músculos y las respuestas de huye o pelea entre otros) al parasimpático (que controla las reacciones involuntarias). Las erecciones nocturnas son por tanto una respuesta parasimpática. El motivo por el que muchos hombres se despiertan con una erección por las mañanas es porque a menudo nos despertamos en plena fase REM. En esos casos, están teniendo la última TPN de la noche justo al despertar.
Además, los niveles de testosterona se encuentran en su nivel máximo por las mañanas, y esa hormona parece estar relacionada con la frecuencia de las erecciones nocturnas. Curiosamente, la testosterona no parece tener un gran impacto en las erecciones ocurridas como respuesta a estímulos o fantasías sexuales. En esos casos, la que pone en marcha la maquinaria es la dopamina, otra hormona, relacionada con el sistema de búsqueda de recompensas.
Todo esto está muy bien. ¿Pero por qué?
Pues no está muy claro, la verdad. Los científicos no están muy seguros de por qué se producen las TPN.
Algunas teorías sugieren que es un mecanismo para alertar a los hombres de cuándo la vejiga está llena y es hora de ir al baño, porque las erecciones mañaneras normalmente se reducen después de orinar al levantarse. Pero teniendo en cuenta que ocurren varias durante la noche y que la mayor parte de las veces no llegan a despertar a su dueño, no parece que esta explicación sea muy probable.
Otra explicación más probable es que la vejiga al llenarse estimule los nervios que van a la espina dorsal y que son los que generan la erección. Esto explicaría por qué son más frecuentes cuando la vejiga está llena y por qué desaparecen al vaciarla. Otra posibilidad es que esta sea una forma de mantener el pene sano: las erecciones aumentan la cantidad de oxígeno en el pene durante las noches, manteniendo los músculos suficientemente oxigenados.
Las mujeres también tienen erecciones nocturnas, o su versión de ellas. Algunos estudios han demostrado que durante la fase REM del sueño, el riego sanguíneo se incrementa de forma esporádica en la zona del útero, la vagina y el clítoris, que también se hincha como resultado de este aumento. El fenómeno ha sido menos estudiado que en el caso de los hombres, así que se sabe menos sobre sus causas y motivos.
Las TPN durante la fase REM se han observado en los machos de todas las especies de mamíferos analizadas hasta ahora... excepto los armadillos. En estos animales las erecciones nocturnas también ocurren, pero no en la fase REM sino en las demás. Nadie sabe por qué.
Aunque no se sabe muy bien por qué se producen las erecciones nocturnas, si se sabe que son un indicador de salud sexual. En los casos de impotencia severa en los que es imposible conseguir una erección, se monitoriza el pene durante la noche utilizando sensores para saber si las erecciones inconscientes tienen lugar o no y así saber si el problema es fundamentalmente psicológico (casi siempre relacionado con el estrés) o si hay alguna razón física (principalmente en el sistema nervioso o circulatorio).
De hecho, esto se hacía ya en el siglo XVIII pero con otro fin: puesto que la disfunción eréctil severa era un supuesto para pedir la nulidad matrimonial, en caso de que una mujer lo alegase como motivo, miembros de la corte eclesiástica que debía decidir pasaban las noches junto a la cama del marido para ver si tenía erecciones nocturnas y si por tanto procedía conceder esa nulidad.
Imagen: Ron Lach/Pexels