Las universidades de EEUU al fin lo han reconocido: empezar a programar por Java es una mala idea

Pongámonos en situación. Estás iniciándote en la programación, en tu primer año de carrera. Y lo primero que hace el profesor durante la primera hora de una de las materias troncales es pedirte que escribas “Hola, mundo” en Java. Una tarea que requiere que escribas 96 caracteres y cinco líneas cuando en otros lenguajes es una misión que puede suponer entre 20 y 40 y que, como novato, está lleno de definiciones misteriosas y temibles, como ‘class’ o ‘public static void’.

Java ha sido y es desde hace mucho tiempo uno de los pilares básicos de la programación. Un lenguaje óptimo para según qué tareas. Sin embargo, su reinado como punto de partida para el estudiantado parece estar llegando a su fin. Como ejemplo de esta tendencia, la Universidad de Stanford, que tenía como curso introductorio a la programación uno basado en Java y que desde este 2017 va a cambiar su sistema a JavaScript.

¿La motivación de fondo? No asustar a los nuevos alumnos. Bajar su nivel de frustración inicial y hacer de la formación en programación algo más divertido de lo que es ahora para muchos estudiantes. Los comentarios pueden encontrarse por doquier en la red: muchos jóvenes se sienten desmotivados al ver cómo su primera prueba es enfrentarse a la sintaxis de Java.

"Hay que aprender la lógica de la programación. El lenguaje es lo de menos. Por eso es un error enseñar con Java porque los programadores no tienen idea de lo que están haciendo", decía hace un par de años para Economía Digital Ricardo Galli, profesor universitario y socio-fundador de Menéame.

El programador, con amplia experiencia tanto en la empresa privada como en la universidad, señalaba un problema con el que muchos se habrán enfrentado: cómo la educación superior a veces no plantea de forma correcta los procedimientos para lograr sus objetivos. En este caso, que los alumnos se apasionen por la materia y aprendan fundamentos que luego sirvan en la empresa.

Además, Stanford no está sola. Si, según un estudio, en 2005 un 60% de las principales universidades enseñaban Java a sus alumnos como lenguaje introductorio, ahora ha perdido su predominancia, habiéndole ganado terreno Python, más popular y ameno en el entorno actual. El 69% de los centros más prestigiosos empiezan por aquí, mientras que otros apuestan por JavaScript, MATLAB, Scheme y Scratch.

La noticia ha causado sensación en el entorno tecnológico, motivando varias conversaciones acerca de las posibles mejoras educativas para los programadores del futuro. Como señalaba Austin Whitlatch, el idioma tampoco lo es todo, y los modelos de aprendizaje también influyen mucho. Ilustraba con una anécdota:

Fui a una universidad privada que enseñaba C++, mucho más difícil que Java dado que tienes que lidiar con recolectores de basura y punteros. Pero mis planes de estudio se centraban en la aplicación práctica: aprendíamos un concepto y los profesores nos decían que para el final del semestre teníamos que crear un juego. El primero que hicimos fue basado en línea de comandos, pero cada persona implementó un "estilo" de juego diferente y toda la clase acabó participando. Usábamos un lenguaje duro, pero la asignatura era divertida e interesante porque se puso el acento en la experimentación exploratoria, no en lo que nos marcaba el libro.

Y frente a esto, los primeros pasos de mi hermano en programación, en una universidad distinta a la mía en la que le enseñaron Java. El lenguaje era más fácil, pero las lecciones eran descriptivas y aburridas, sin conectar en ningún momento con los alumnos. Sólo les mandaban completar tareas estúpidas del tipo de manipulación de matrices y bucles básicos sin aunar toda esta información. Nosotros disfrutamos de cada minuto, ya que teníamos un objetivo. En lugar de eso, mi hermano tenía que marcar las casillas de “lección aprendida” para pasar al curso siguiente.

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