La literatura infantil es un pilar fundamental de la industria editorial. En España, los libros destinados a niños o adolescentes facturan en torno al 12% del total anual, según la Federación de Gremios de Editores, sólo superados por los "textos no universitarios" (33%) y la literatura (20%). Es un porcentaje que, lejos de decaer con el tiempo, ha aumentado desde la pasada década, cuando se encontraba en torno al 10%. Los niños leen. Leen mucho.
¿Pero qué leen? Generalmente libros editados en su propio país y en su propia lengua. Es normal. Las ediciones traducidas suponen un porcentaje pequeño y cada vez más menguante del total anual: si en 2008 el 24% de todos los libros publicados en España se habían traducido desde otros idiomas, en 2019 el porcentaje había caído al 14%. Nos gusta consumir un producto cultural afín, que comunique no sólo en nuestra lengua sino en nuestros códigos narrativos, en nuestro contexto social.
Algo especialmente cierto para los niños. En el camino nos dejamos obras universales, pensadas, escritas y publicadas en otros puntos del mundo, muy valiosas. Hemos visto en alguna ocasión qué libros son los más importantes a nivel cultural e histórico en cada nación del mundo. Hoy nos vamos a fijar en las ediciones infantiles que más han influido país a país. El mapa en cuestión lo ha creado The Toy Zone, se puede ver con todo detalle aquí y se ha elaborado a partir de Goodreads, la base de datos donde miles y miles de usuarios donde puntúan sus libros favoritos (o no tanto).
¿Y qué dicen los datos? Para el caso particular de España, que no hay obra con mayor poso intergeneracional que La Resistencia, el primer volumen de la trilogía compuesta por Memorias de Idhun. La obra, firmada por Laura Gallego García, ha vertebrado la adolescencia temprana de varias generaciones de españoles desde que saliera a la luz. Encaja más en literatura juvenil que infantil. En cualquiera de los supuestos, su impacto es innegable: título traducido a quince idiomas distintos y más de un millón de ejemplares vendidos entre 2004 y 2014.
Algunos de los títulos de otros países son de sobra conocidos en todo el mundo, otros no tanto. En Estados Unidos el honor corresponde a Wonder, la novela publicada en 2012 por Raquel Jaramillo Palacio; en Canadá, Love You Forever, de Robert Munsch, tan célebre que llegó a aparecer en Friends; mientras que en Cuba el premio se lo lleva Los Zapaticos de Rosa, un poema infantil escrito por el literato y revolucionario José Martí en 1889. Costa Rica también cuenta entre sus obras más insignes a un clásico: se trata de La hoja de aire, de Joaquín Gutiérrez Mangel, publicado por primera vez en 1968.
Si paseamos por Sudamérica nos topamos con El encargo de Claudia Rueda (Colombia); Chimoc en Machu Picchu de Andrea y Claudia Paz (Perú); Papelucho de Marcela Paz (Chile); o Sueños, de Edna Iturralde y Roger Ycaza (Ecuador). Como vemos y al contrario que en la industria editorial adulta, aquí las mujeres sí tienen una presencia a la par que los hombres, cuando no incluso más dominante.
Ya en Europa algunas obras llaman la atención desde un primer momento: Heidi de Johanna Spyri en Suiza; Harry Potter de J. K. Rowling en Reino Unido; o los cuentos infantiles de Hans Christian Andersen en Dinamarca. Portugal se marcha a Se perguntarem por mim digam que voei de Alice Vieira; Alemania a Momo de Michael Ende; y Francia, siempre un peso pesado en materia editorial, a Press Here de Hervé Tullet. Hay títulos llamativos, como Run, Boy, Run de Uri Orlev (Polonia), el relato de un niño que lucha por sobrevivir en el Holocausto; o Las aventuras de Alicia, la serie de libros de ciencia ficción infantiles/juveniles de Kir Bulychov.
Todo un mundo por recorrer. Aquí os dejamos los mapas:
Se puede ver a tamaño completo aquí.
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