Pese a su cultura de la bicicleta, Países Bajos arrastra problemas históricos de contaminación y congestión viaria. Miles de coches toman las carreteras del país en hora punta, congestionadas casi por defecto a causa de lo estrecho de sus fronteras y lo denso de su población. Desde 2015, el gobierno ha tratado de combatir su problema más acuciante, el de las emisiones de óxido de nitrógeno, mediante el PAS, un programa destinado a reducir y controlar las partículas contaminantes en todos los sectores productivos.
El último paso, el más extremo, es limitar la velocidad en las autovías a 100 km/h.
¿Por qué? Porque el pasado mes de mayo una publicación del Consejo de Estado, bautizado como Informe Remkes, enmendó la política oficial del gobierno. Hasta entonces, el PAS obligaba a ciertos compromisos en materia de emisiones para cualquier actividad económica, incluida la construcción de nuevas viviendas. Bastaba con prever una reducción del óxido de nitrógeno para obtener el aval gubernamental. El Informe Remkes estableció que la práctica era insuficiente y que no se ajustaba a la legislación de la Unión Europea.
Si se quería edificar, los constructores debían demostrar que no incrementarían el volumen de óxido de nitrógeno en las áreas naturales protegidas del país. Una misión casi imposible.
Parálisis. Desde entonces, más de 18.000 proyectos se han paralizado a lo largo y ancho del país, agravando la crisis de acceso a la vivienda que adolecen los holandeses. A efectos prácticos, la sentencia del Consejo de Estado estableció una suerte de cupo al óxido de nitrógeno. Si el gobierno deseaba desbloquear la construcción de casas, debía reducir las emisiones de NOx en otras áreas productivas. ¿El blanco más sencillo? Los coches. Y en concreto, su velocidad.
Límites. El gobierno ha anunciado esta semana que los límites de velocidad en las autovías del estado se reducirán a 100 kilómetros por hora a partir de 2020. La limitación será elástica, y sólo se aplicará entre las 06:00 y las 19:00. En horas valle, los holandeses podrán conducir hasta un máximo de 130 km/h, en función del vial (el gobierno ya redujo al velocidad a los 120 km/h en algunos tramos). La medida goza de escasa popularidad entre los votantes del ejecutivo, una coalición de conservadoras y liberales.
Otras ideas. Países Bajos ha priorizado la construcción de nuevas viviendas a la comodidad de sus conductores. Como apuntan aquí, la decisión trastoca los tiempos de transporte de muchos holandeses, en especial los de Frisia: el trayecto entre Ámsterdam y Groningen, una de las ciudades más importantes del norte, podría aumentar hasta 25 minutos. Democristianos y verdes, en la oposición, habían planteado un "domingo libre de coches al mes", prohibiendo la circulación en todo el país.
No salió adelante, como tampoco la propuesta de D66, socio reformista dentro del gobierno, de reducir drásticamente la población de pollos y cerdos (a 50 millones y 6 millones cada una). Pese a su escaso tamaño, Países Bajos es uno de los principales exportadores de productos agroalimentarios del mundo. Las granjas industriales emiten en torno al 70% del NOx. La propuesta motivó la ira de los granjeros, que colapsaron las autovías con sus tractores.
Imagen: Carlos Felipe Pardo/Flickr
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