“Hola guapas, ¿a dónde vais?”. “Cariño, ¿ya te vas? ¡Quédate aquí conmigo!”. “Hmm, preciosa, qué buena estás”. Everon El F probablemente el año pasado, mientras le decía estas cosas a dos grupos distintos de mujeres en la vía pública, no sabía que se convertiría en el primer sancionado por ese acto que unos consideran piropo y otros acoso callejero.
Qué te lleva a ser sancionado por un “piropo”: un holandés siguió a dos grupos de mujeres, se sentó a su lado y les dijo los comentarios anteriores. Aunque ellas se movían metros más allá, él volvía a acercarse y hacía ruidos de besos. Según el acusado, era su forma de ligar, ya que está soltero, se siente solo, y, según su opinión, las chicas eran de muy buen ver. “No sabía que esto era punible, sólo intentaba lanzarles un cumplido”.
Consecuencias mínimas: se ha sancionado al sujeto a 200 euros de multa que, debido a sus problemas personales (tiene una ligera deficiencia mental) y económicos no tendrá que pagar siempre y cuando no reincida en dos años. Más que de otra cosa se trataba de una advertencia.
La normativa holandesa contra el acoso verbal: se trata de la primera sentencia de una norma que se implantó en algunas ciudades del país para luchar contra estos actos de ofensa u intimidación contra las mujeres. Según el actual alcalde de Rotterdam, “el hecho de que las mujeres de nuestra ciudad vean su libertad restringida y tengan que adaptar su ropa o sus trayectorias para evitar ciertas partes de la ciudad son inaceptables”. Las multas podrían ascender a 4.100 euros o incluso a tres meses de cárcel. Hasta ahora las reclamaciones puestas por mujeres habían sido desechadas, pero en este caso fue la fiscalía quien ya llevado el caso. Quieren advertir que la norma va en serio.
Libertad de expresión vs libertad sexual: el Código Penal holandés, como tantos otros, no tiene tipificada la intimidación sexual verbal, que por lo general queda protegida por la libertad de expresión de los individuos. De ahí que la interpretación del juez de imponer esta multa haya tenido en cuenta las acciones de seguimiento e intimidación del sujeto del piropeador. Mientras los jueces no vayan sentando otros precedentes, los hombres holandeses podrán “piropear” todo lo que quieran siempre que no se acerquen a las mujeres.
Liberales y democristianos de la oposición están conformes con la norma. Dentro del país se está estudiando ampliarla para sanciar a los que intimiden a gais, lesbianas y transexuales por el hecho de serlo. Francia también está estudiando incorporar esta norma a su sistema legal.
Le pasa al 84% de las mujeres: la norma no se impuso sin estudios previos. Según un estudio de la Universidad Erasmus de Róterdam a 1.200 mujeres de entre 18 y 45 años, el 84% dijeron haber sido objeto de intentos de acercamientos no deseados de tinte sexual. Los investigadores advierten, es una zona gris, donde alguien puede no estar acosando, pero el informe señalaba que el abanico de reacciones van del cumplido fuera de lugar o el comentario sobre el aspecto a las peticiones de sexo pasando por insultos (como “zorra” o “puta”), tocamientos e incluso asaltos.