Cuando vemos un mapa del mundo pensamos que se trata de una representación real, objetiva y exacta de nuestro planeta. Sin embargo, todos los mapas del mundo sin excepción están equivocados. ¿Por qué? No es que seamos torpes haciendo mapas, es que matemáticamente es imposible representar la superficie de una esfera (que está en 3 dimensiones) en un plano (2 dimensiones) sin que se distorsione de alguna manera: bien en el tamaño de los territorios, en las distancias entre sí o en la forma de cada uno de ellos.
De hecho, la mayoría de los mapas del mundo que has visto durante toda tu vida podrían pasar de moda por sus imprecisiones. Esos que hemos visto durante años colgados en la pared de nuestra habitación o en los murales del colegio.
Ahora, un nuevo (y descarado) mapa creado por varios astrofísicos de la Universidad de Princeton compite por el podio de los mapas más exactos y podría decirse que es más preciso que el resto. Simplemente, se sale de la misma estrategia que venían siguiendo sus predecesores. "Estábamos llegando al límite de lo que podíamos hacer. Si queríamos lograr un avance significativo, teníamos que utilizar una idea original", decía su creador, el astrofísico J. Richard Gott.
¿Qué es lo que ha hecho? Romper las reglas y utilizar el reverso de la página. Si para ver todo el globo hay que rotarlo; para ver todo este nuevo mapa simplemente hay que darle la vuelta. Consiste en un disco de dos caras, parecido a un LP de vinilo, que puede deslizarse dentro de un libro de texto o apilarse ordenadamente para su almacenamiento. Una característica que rompe con los límites de las dos dimensiones sin perder ninguna de las comodidades logísticas, de almacenamiento y fabricación, de un mapa plano.
En esta nueva versión, la Antártida y Australia están representadas con mayor precisión que en la mayoría de los otros mapas, y las distancias a través de océanos o polos son precisas y fáciles de medir.
Es cierto que ningún mapa plano de nuestro mundo redondo puede ser perfecto, por supuesto. Primero necesitas despegar la piel de la Tierra y luego fijarla. Por ejemplo, ese mapa Mercator —uno de los más comunes— que tenías en clase puede hacerte crecer pensando que Groenlandia es del tamaño de África (y ni se acerca) o que Alaska es más grande que México (que tampoco). Hemos hablado de sus imprecisiones en Magnet. Esta cosmovisión distorsionada podría incluso crear un sesgo, inconscientemente, a subestimar a la mayoría del mundo en desarrollo.
Las formas también cambian en las proyecciones de mapas y las distancias varían. El Winkel Tripel, el estilo de mapa preferido por National Geographic —data de 1921—, sobresale sobre el resto en área, dirección y distancia, pero agrava otros errores. Como es la incisión matemática de su forma, que se estira alrededor del ecuador y se aplasta hacia los polos. Utilizando sus métricas, sigue siendo la mejor proyección de mapa plano conocido pero presenta el problema de "cortar los límites" y de dividir el Océano Pacífico creando la ilusión de una gran distancia entre Asia y Hawai.
Los pros y los contras del nuevo mapa
El nuevo mapa de doble cara de Gott, elaborado junto al Dr. David Goldberg y Robert Vanderbei, omite por completo esta “violencia” topológica. Por eso comenzaron a considerar los "poliedros de sobre", que consisten en formas regulares pegadas una tras otra, algo que resultó en la idea revolucionaria del mapa de doble cara. Aún así, este mapa tiene errores de distancia más pequeños que cualquier mapa plano de una cara. Además, esta nueva creación puede mostrarse con los hemisferios oriental y occidental o los hemisferios norte y sur en ambos lados, lo que permite que el ecuador corra alrededor del borde.
Si bien el nuevo mapa sobresale al abordar este tipo de distorsiones, el Dr. Kerkovits, un cartógrafo húngaro que trabaja para desarrollar sus propias proyecciones, señalaba que también introducía una nueva debilidad: solo puedes ver la mitad del planeta a la vez, a diferencia de Winkel Tripel o el Mercator. Eso socava la premisa básica de desollar el mundo entero para inspeccionarlo en una sola página o pantalla. Para el Dr. Gott, esto no es diferente del globo tridimensional en sí, pero el Dr. Kerkovits no está muy seguro: después de todo, siempre se puede rotar un globo ligeramente para ver a los vecinos de cualquier punto elegido. Pero en el mapa de doble cara, tienes que darle la vuelta a todo.
Ante este dilema de cómo representar el mapa del mundo han surgido infinidad de proyecciones y propuestas de diferentes cartógrafos a lo largo de la historia, todas con sus inevitables imperfecciones. En 1943, a Buckminster Fuller se le ocurrió dividir el mundo en formas regulares en su mapa Dymaxion y proporcionó instrucciones sobre cómo plegarlo y ensamblarlo como si fuera un globo poliédrico. El resultado fue algo así como un recortable que proyectaba fielmente las formas de los continentes, y con la Antártida "redonda", pero a cambio de destrozar los océanos. Sirve para explicar que si quieres mejorar algo en un mapa tienes que pagar un precio a cambio.
Imágenes: Wikimedia Commons/Princeton University
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