Está siendo un momento dulce para TherapyChat. En julio de 2021, y tras cinco años operando, “la plataforma líder en psicología online en España” consiguió cinco millones de euros en una ronda de financiación, con los que podrá expandirse. También en esta última semana ha logrado protagonizar decenas de artículos en prensa gracias a una acertada campaña de márketing. En un local de Malasaña, en Madrid, se abrió La Llorería, un espacio en el que, por tres días, “nos invitan a expresar nuestros sentimientos” y a “quitar los estigmas sobre los problemas mentales” bajo un escenario mitad broma pop mitad promoción de sus terapias virtuales.
En una sala iluminada con neones nos encontramos una jaula de grandes proporciones con un rótulo que dice “yo también tengo ansiedad”. Una bañera llena de pelotas de plástico con un teléfono fijo en una mesita ocupa la “esquina de llorar”. En algunos puntos de la visita se nos anima a hacer imágenes para subir a Instagram, mientras que en otros se nos recuerda que, como individuos, somos más que los likes que generamos.
TherapyChat ha querido darse a conocer y lo ha conseguido, pero, junto con su valor como plataforma de citas psicológicas, también ha empezado a compartirse la otra cara de su negocio: una “economía del bolo” aplicada al campo de la salud mental.
El "bolo" de pasar consulta psicológica
“Son la uberización de la psicología”, explica Sara (nombre ficticio), una excolaboradora que trabajó para ellos durante un tiempo en 2020 y que nos cuenta su experiencia. “En dos meses y medio acabé quemada. Me di cuenta de que no tratas a los pacientes de la misma manera cuando tú estás sano que cuando no lo estás”.
Las condiciones eran las siguientes: tuvo que pasar tres entrevistas, la tercera presencial. Aunque pasó todos los filtros eso no le supuso un contrato de trabajo, sino mercantil: ella era autónoma, tenía que pagarse el alta en Seguridad Social, el seguro responsabilidad civil (con suerte, en torno a un euro para su profesión) y la colegiación (unos 205 euros al año) todos los meses. En esencia, un modelo similar al de los riders (al menos antes de las últimas sentencias) o los conductores de transporte privado.
Lo que le llegaban eran 10.5 euros brutos por hora de consulta. Para que un psicólogo no esté sobresaturado, lo normal es que atienda 30 horas semanales (deberían hacerse a parte otras tantas horas de lectura y preparación semanales fuera de las sesiones). Bajo ese régimen, de haber trabajado el equivalente a una jornada completa de un psicólogo habría generado unos 954 euros netos mensuales. En 2021 el SMI es de 1.108,33 euros mensuales en 12 pagas.
Pero había más: según nos cuenta Sara, TherapyChat planteaba un “plan de retención”: debes conseguir retener al paciente las primeras cuatro sesiones para cobrar la cuantía prometida, si no, la perdías. Si el paciente se quedaba entre cuatro y ocho sesiones, tu comisión era un poco más alta. A partir de la decimosegunda sesión, tu retribución/hora era de algo más de 12 euros, pero se estancaba ahí, así que no había excesivos incentivos para mantener esa relación. Dice Sara que, según las experiencias que le han contado, en este año han subido el precio bruto de consulta de los 10.5 euros de base a los 12.
Con la polémica han aparecido multitud de testimonios como este de ex colaboradores de la app. En la página GoWork, donde se pueden dejar mensajes anónimos, se habla de objetivos “imposibles” de cumplir, de descansos de 15 minutos entre sesión y sesión y cláusulas de contrato “abusivas”. “Una de ellas específicamente me pedía que, si me iba antes de los seis meses y tenía seis pacientes o más, tenía que abonar 500 euros a la empresa por cada paciente. Cuando me fui (después de varios meses allí), me la intentaron aplicar. En todo el tempo que estuve, sumando el total, nunca llegué a ganar 500 euros”, dijo un anónimo hace ocho días.
Cuando se lanzó la exposición de La Llorería, TherapyChat ofrecía candidaturas de empleo en Infojobs que apuntaban a salarios de entre 12 y 24 euros la hora. Después de que su oferta de empleo empezase a circular por Twitter, incrementaron el salario de la oferta a una horquilla de 36 a 48 euros/hora. Hay 25 vacantes.
¿Es esa una retribución justa o baja dentro del sector?
Gente del entorno advierte de que la precarización viene de mucho antes y que hoy en día, para el que está empezando, la vía de la relación laboral como autónomo está bastante establecida: el estándar es que el gabinete te pida que seas falso autónomo y se lleva una comisión del 50% de lo que pague el paciente. Sin embargo, y si nos fijamos en las tarifas indicadas por el mentado portal de psicología online (de 34 a 44 euros por consulta de videoconferencia, dependiendo del plan), en este caso el porcentaje de ganancias de la compañía sería aún mayor que ese 50% de los gabinetes tradicionales.
Tal vez lo más inquietante del asunto han sido los reproches a la “gamificación” de la empresa. A las consecuencias en el trato al sujeto que pueda tener ese sistema que “da puntos por cada persona que atiendes como si de un videojuego se tratase”. “Cada poco tiempo encuentran otra forma nueva de andar haciendo el camino más complicado, o de hacerte trabajar más aún por el mismo precio”, afirma otro comentarista anónimo de GoWork. Según Sara, el funcionamiento interno es idéntico a los de otras conocidas plataformas tecnológicas: “un paciente manda su solicitud, el sistema manda la notificación y el que responda más rápido, se lo lleva”.
Si solicitas una consulta en su web, la empresa te promete seleccionar al especialista adecuado según tus necesidades, cumplimentadas en un formulario automatizado en el que te dan opción de enfocar tu terapia a una decena de problemas, entre ellos “sexual”, “laboral” o “depresión”. Dicen contar ya con una red de más de 350 psicólogos licenciados, donde atienden a más de 250.000 pacientes en 30 países y que entre sus clientes corporativos están Sanitas, Jobandtalent, Personio, Lingokids y Gympass.
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