Lo que el autocompletar de Google nos cuenta sobre de qué nos preocupamos en cada edad

¿Qué es lo que quiere cada generación? ¿Cuáles son las preferencias de los adolescentes y cuáles son las preocupaciones de los jubilados? Antes, saber esto requería de horas de investigación y múltiples encuestas. Hoy también. Pero ahora tenemos la función autocompletar de Google, que nos permite hacer una lectura no científica, no rigurosa, no relevante y no determinante sobre qué quiere cada persona a cada edad, qué le gusta, qué le preocupa y en qué está pensando.

Bienvenidos a la historia de la vida del mundo moderno. Ayer Guido Corradi, psicólogo y miembro de Rasgo Latente, comenzó tuiteando esto y siguió más tarde por aquí. Partiendo de esta base, nosotros nos hemos propuesto hacer un repaso década a década, parando en algunas edades concretas para hacernos una idea de cómo cambiamos a lo largo de los años. Conforme envejecemos, ¿en qué se diferencia lo que queremos a lo que queríamos cuando éramos jóvenes?

La adolescencia

No nos remontamos mucho más atrás porque, bueno, porque Lego, parques y Minecraft, y quién podría estar preocupado por Google cuando se tienen menos de diez años. Punto de partida: tengo 13 años y... Veamos qué nos dice el buscador por antonomasia gracias a su función de autocompletar, en las que recopila las búsquedas más frecuentes dado ese grupo de palabras.

13 años

¿Masturvo? ¿Tan poco hablan de ello en las escuelas?

14 años

"Quiero ganar dinero". Constantes universales.

15 años

13 centímetros, la media de España.

Bien, primera lectura: a los adolescentes les preocupa esencialmente el sexo. Normal, por otra parte, dado que es la edad del descubrimiento de la sexualidad para la mayoría de ellos. Los hombres se fijan en el tamaño de sus órganos sexuales; las mujeres en la carencia de ellos o, en su defecto, plantean preguntas sobre la masturbación. También están preocupados por la carencia de todo ello, porque quién no lo estaba a esa edad. A los 16, ya vemos como hay quien se plantea el trabajo.

Ah, y, por descontado, búsquedas sobre embarazos prematuros. Sigamos.

17 años

Comienzan a buscar trabajo.

19 años

Lo pillamos, nadie quiere contarle a Google que es "virgen".

Segunda lectura: nadie busca "tengo X años y soy virgen". La palabra es tabú, en su defecto preferimos utilizar eufemismos como "nunca he tenido novio/a". A esta edad, de teórico desarrollo físico completo, hay numerosas búsquedas relacionadas con el tamaño del órgano reproductor masculino, con la estatura de cada uno y, en el caso de ellos, con la carencia de vello facial. Tranquilos, chicos, termina saliendo. A no ser que seáis Errejón.

La juventud

Hipótesis: pese a la entrada en una fase de madurez, derivada de la posibilidad de conducir (!), el desarrollo de una carrera profesional o académica y la progresiva autonomía personal que el joven post-adolescente adquiere, el sexo habrá pasado a un segundo plano. Hipótesis II: ni de coña.

20 años

¿"Y no se me para"?

21 años

La alopecia llama a la puerta, amigos.

25 años

"No, nunca, nunca, nunca, no, nunca, no".

Y la juventud se esfuma poco a poco entre dudas que van más allá del sexo y se insertan en la propia existencia y el futuro de cada uno: no sé qué hacer, nunca he trabajado, no sé qué estudiar, nunca he tenido relaciones, quiero estudiar, me estoy haciendo viejo, me están saliendo canas y arrugas, por qué me estoy haciendo tantas preguntas. Porque acaba una etapa de tu vida, amigo. Hablemos de la crisis de la media veintena y de cómo, ahora, la juventud es un estado mental y no físico.

27 años

Comienza la tiranía de las bodas.

29 años

Temas interminables.

La madurez

Ya no hay vuelta atrás: a partir de ahora hay que asumir que se es, en términos generacionales, viejo. Da igual que no sea así, en realidad lo es. Y hay lidiar con ese nuevo estatus por la vía de nuevos interrogantes y más excitantes preocupaciones vitales, quizá centradas en el largo plazo. Ya hemos visto como la veintena es la época del "yo nunca he", con sus lógicas problemáticas, pero, ¿qué hay de la treintena? ¿Cambia esto en algún momento de nuestra vida?

31 años

Se recrudece la tiranía del matrimonio.

33 años

Ok, nos sigue preocupando LO MISMO.

35 años

Los 35 son los nuevos 25 que son los nuevos 15.

38 años

Cinco iguales.

Se acaba la treintena y nuestras preocupaciones rotan hacia otros aspectos de la vida. Uno muy evidente: la soledad. Es un momento en el que nuestro entorno cercano quizá esté creando una familia. De ahí que las búsquedas de Google hayan pasado de "me he quedado embarazada", con cierta sospecha de preocupación, a "quiero embarazarme" o "no me quedo embarazada". Por lo demás, seguimos sintiéndonos viejos (década y media así).

Adultos en plenitud

Hipótesis: todo esto no va a hacer sino recrudecerse conforme avanzan los cuarenta, la época en la que ya es complicado engañarse a uno mismo. La juventud es un vago recuerdo en nuestra memoria, y ni siquiera un agresivo estilo de vida como en los diez años previos va a ocultar que cada vez estás más cerca de tus padres que de tus hijos. Preguntemos a Google qué nos preguntamos en los 40.

42 años

Peso y cansancio: la salud es lo primero.

44 años

Hijos y soledad: continúa la tendencia.

47 años

"Busco trabajo": España, el paro.

49 años

"Tengo 49 años y... ¡sorpresa!". Comienza la aventura de los 50.

La cincuentena

El estadio intermedio entre la edad adulta y las puertas de la vejez, cuando muchos han hecho todo lo que tenían que hacer en la vida. Momento, no obstante, de crisis existenciales que replantean el legado de cada uno y lo que a su estela dejan. Si aún hay tiempo para reinventarse, es ahora. Pese a todo, algo me dice que todo seguirá girando entre a las mismas temáticas de la edad adulta: paternidad, salud, soledad, carencia de trabajo, futuro laboral.

50 años

Desde los 13 así.

53 años

Se oye una carcajada de Schäuble al fondo de la sala.

55 años

¿Os acordáis del que buscaba trabajo con 14? Aquí está.

56 años

Hemos roto a Google.

58 años

Todo relacionado con el trabajo.

Ya sea el paro, ya sea la jubilación, ya sea la necesidad de encontrar trabajo, el empleo reaparece con más fuerza que nunca en la cincuentena, según Google. Seguimos teniendo otros temas recurrentes como la soledad, la carencia de parejas a lo largo de la vida de uno mismo, la maternidad, o, ocasionalmente, una nueva vida estudiantil. Pero el acercamiento a la senectud lo domina todo, y cada vez son más frecuentes las búsquedas sobre jubilarse.

La vejez

Y llegamos al estadio final: la vejez. De ahora en adelante, trabajaremos menos, nos preocuparemos más por la salud y, si la tenemos, disfrutaremos más de la familia. Para unos un plácido reposo hasta el hecho final; para otros, como ya vimos aquí con motivo de los jubilados expulsados de la Bolsa de Madrid, un momento de soledad absoluta, mucho mayor que en otros periodos de nuestra vida. ¿Se dirigirán las preguntas de Google hacia esos lugares? Veamos.

61 años

Google nos trollea.

65 años

MENUDO CRACK.

70 años

La cuadratura del círculo.

Y sí, llegamos al punto final. ¿Qué hemos aprendido? Que las búsquedas más habituales relacionadas con la edad de cada uno se parecen sospechosamente entre sí. En esencia, son las mismas. Mirad las de 70 años: "nunca he tenido novia", "quiero trabajar", "no se me para", "estoy embarazada" (¿?¿?). Es LO MISMO que se preguntaban los precoces usuarios de Google con 13, 14 y 15 años. Más de cinco décadas después, seguimos igual. El ser humano es maravilloso

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