Logan Paul, un youtuber americano de 22 años, debió perderse aquella lección de Barrio Sésamo en la que el Monstruo de las galletas y compañía explicaban cómo aplicar a la vida diaria el significado de la frase de Jean Paul Sarte:"Mi libertad termina donde empieza la de los demás".
Y si no se perdió esa lección, ha desoído todos los valores que de ella se desprenden al publicar un vídeo donde utiliza el cadáver de un hombre para hacer clickbait y conseguir las máximas visitas posibles. ¿Qué mejor idea para terminar el año que compartir con tus más de 15 millones de seguidores en Youtube tu excursión al bosque de los suicidios, en Japón?
Aokigahara, el lugar menos turístico de Japón
El youtuber y un grupo de amigos viajaron después del día de Navidad a Japón con el objetivo de empezar el año vestidos de pokemon. En mitad de su viaje, Logan y sus amigos decidieron visitar el bosque de Aokigahara, un lugar situado en la ladera del monte Fuji donde acuden cientos de japoneses a acabar voluntariamente con sus vidas.
Aokigahara no es un lugar turístico. No es un parque de atracciones donde los Looney Tunes te esperan para posar en un photocall. Es un lugar tabú donde cientos de personas acuden a quitarse la vida y donde un turista y un palo de selfie no deberían tener cabida.
En un contexto así, a Logan se le ocurrió la maravillosa idea de grabar un tour por el bosque de los suicidios para felicitar a sus seguidores el año nuevo. Allí, él y sus amigos se encontraron a un hombre ahorcado al que no dudaron en grabar para elevar el morbo del vídeo a la que categoría de "el más real del año". Y es que el propio youtuber se refería a esta publicación como "la más real que había hecho nunca".
Tal fue la repercusión generada por el vídeo durante el día de año nuevo que el youtuber se vio obligado a eliminarlo unas horas después, a pesar de haber superado los 6 millones de visitas. Pero, esto es Internet. Una polémica no se detiene, simplemente, borrando el contenido. Cuando Logan quiso deshacerse del vídeo ya fue demasiado tarde. Muchos youtubers ya se habían descargado el contenido para elaborar la réplica perfecta.
6M de visitas después, Internet tiene algo que decir
Logan Paul ha llevado la libertad que le otorga Internet a unos límites que, muy probablemente, no sobrepasaría en el mundo offline. La vida real, todavía, no se ha convertido en un capítulo de Black Mirror y cuando suceden estas cosas que superan la ficción la gente no tiene miedo de denunciarlas.
Una parte importarte de la comunidad youtuber del otro lado del charco se ha volcado para señalar el comportamiento de su compañero de plataforma y miles de usuarios anónimos han expresado su decepción a través de Twitter generando un debate y, en muchos casos, pidiendo la salida de Logan de Youtube como si de la dimisión de un político se tratase.
Este es el caso del youtuber Kavos quién aprovechó para hacer un vídeo con fragmentos del original, que ya había sido borrado por Logan, para criticar y cuestionar qué había motivado a su compañero a monetizar a través de un contenido así.
Después de despacharse a gusto, el youtuber se justifica con sus seguidores explicando que la "seriedad de su vídeo" se debe a que es un tema muy serio y pide por favor que aquellos que sigan apoyando a Logan después de esto, dejen de seguirle a él.
El posicionamiento de la comunidad es mucho más contundente conforme pasan las horas y la polémica aumenta lo que ha llevado a productores como Ethan Klein, uno de los miembros de la productora de contenido para Youtube h3h3, a juzgar con el dedo índice bien estirado el vídeo de Logan Paul.
"Creo que sólo necesitas ver esta foto en miniatura para comprender cómo de malo es el vídeo de Logan Paul" publica el productor en su cuenta de Twitter.
6 millones de visitas después, Logan tiene algo que decir
Ante tal aluvión de críticas, a Logan Paul no le ha quedado otra que dar la cara. Después de la resaca de año nuevo, su vídeo seguía en lo más alto en la página de Tendencias de Youtube y sus redes sociales no paraban de recordarle que todo lo que hacemos desencadena una serie de consecuencias en el entorno.
"Esto es nuevo para mí. Nunca antes me había enfrentado a críticas como ahora, porque nunca había cometido un error como este. Estoy rodeado de buenas personas y creo que tomo buenas decisiones, pero sigo siendo un ser humano. Puedo equivocarme."
Aunque el comunicado del youtuber está escrito en clave de arrepentimiento, después de pedir lo siento se centra en tratar de explicar que nunca lo hizo por las visitas, sino por visibilizar un tema tabú como el suicidio:
"No lo hago por las visitas. Tengo visitas. Lo hice porque creí que podría crear un murmullo positivo en Internet, no un monzón de negatividad. Esa nunca fue mi intención. He intentado crear conciencia en torno al suicidio y la prevención del suicidio, y si bien pensaba que si el vídeo salvaba una sola vida habría valido la pena, me equivoqué por la sorpresa y la conmoción, como se puede ver en el vídeo. Hago esta mierda cada día. He hecho un programa de televisión de 15 minutos cada día durante los últimos 460 días. Uno puede entender que es fácil quedar atrapado en un momento sin sopesar totalmente todas las posibles ramificaciones. A menudo pienso en el alcance que tengo, y ese gran poder conlleva una gran responsabilidad. Por primera vez en mi vida me arrepiento de no haber manejado ese poder correctamente. Y no volverá a pasar"
Sin embargo, sus disculpas no le han reportado mucho más que la satisfacción de poder rebatir las criticas que le están cayendo. De momento, no han salido un aluvión de seguidores a mostrarle públicamente su apoyo ni se ha organizado un Change.org para reconstruir la dignidad del youtuber. Todo lo contrario. La polémica generada en torno a su comportamiento está ejemplificando a la perfección el viejo dicho de "cría fama y échate a dormir" y Twitter es una prueba más de ello.
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