En Londres, la vivienda ya no es para vivir: su excedente de pisos de lujo vacíos, en cifras

En toda la ciudad de Londres existen más de 500 proyectos de edificios de gran altura [en construcción][1], algo que debería ser buenas noticias para un país que está sufriendo una crisis inmobiliaria.

Sin embargo, la realidad es que apenas va a suponer un beneficio para aquellas personas en busca de una vivienda digna, puesto que [ninguna de estas nuevas viviendas][2] está reservada para personas con rentas bajas o sin ingresos y, aunque los precios de la vivienda en Londres [estén a la baja][3] (sobre todo en el segmento superior del mercado), la construcción de viviendas para gente rica y compradores internacionales continúa.

De hecho, la mayoría de estas construcciones está poniendo aún más estrés sobre el mercado de viviendas asequibles, puesto que los inversores adquieren terrenos y recursos baratos para convertirlos en proyectos de construcción de viviendas caras y de alta rentabilidad. Se han demolido muchas viviendas públicas y de protección oficial, mientras que otras que iban a ser demolidas han sido convertidas en viviendas de alquiler caras y espacios en venta a [precios que dan ganas de echarse a llorar][4].

Londres tiene [el número más alto][5] de superricos por cabeza de todas las ciudades del mundo: cerca de 3.100 residentes son particulares con un elevado patrimonio (personas con activos de 20 millones de libras o más, sin incluir propiedades) y otros 6.100 tienen segundas residencias en la ciudad. La lista de ricos de 2018 del periódico Sunday Times sugería que había [92 multimillonarios][6] en Londres.

Abundancia y austeridad

Los compradores más adinerados siguen construyendo y adquiriendo bienes inmuebles.

A pesar de la decisión del Reino Unido de abandonar la UE, en Londres se vendieron más casas con un valor superior a los 10 millones de libras en 2017 que en cada uno de los dos años anteriores (435, 397 y 401 respectivamente, según [datos del catastro][7]). Sin embargo, el gran flujo de capital de inversión internacional y los créditos para adquirir propiedades en la supuesta "apuesta segura" del mercado londinense [está en tela de juicio][8] por las dudas sobre el posible impacto del Brexit.

(João Barbosa/Unsplash)

Parece retorcido que Londres sea incapaz de ayudar a la mayoría de personas que trabajan y mantienen la ciudad (ya sea en periodos de abundancia económica o de austeridad). Parece que los inversores, los planificadores y los representantes de la ciudad en el gobierno cada vez están más desconectados de la necesidad de la población de tener acceso a una vivienda digna y asequible.

Se trata de un tema que ya es familiar para los londinenses y para los residentes de otras ciudades [como Nueva York][9], donde la especulación no tiene en consideración las responsabilidades sociales.

Al documentarme sobre [nuevas investigaciones][13] acerca de las casas y apartamentos de lujo de nueva construcción, he podido saber que muchas de las viviendas de dichos proyectos se encuentran vacías o sin usar. Cerca de [una de cada 20 viviendas][14] de las zonas de Central y West London está vacía, según la agencia de estadística del gobierno británico. Hasta [el 89% de todos los nuevos edificios construidos][15] en Londres son edificios residenciales, y entre 2014 y 2016 aproximadamente una de cada seis de estas viviendas fue vendida a compradores internacionales (un 13%).

La cifra aumenta hasta uno de cada tres compradores, o un 36%, cuando echamos un vistazo a las cifras de las zonas "de lujo" del centro de Londres durante el mismo periodo. En este caso, para conocer el número de viviendas no utilizadas se tuvieron en cuenta las viviendas con apenas "información transaccional" en relación a financiación, venta y otras formas de administración de propiedades, como registros fiscales y facturas.

(Bruno Martins/Unsplash)

Según estos datos, llegamos a la conclusión de que la mitad de las viviendas en edificios de nueva construcción suelen estar vacías, así como un 19% de las residencias en todas las zonas del centro de Londres. La probabilidad de que una vivienda esté vacía aumenta con su valor de mercado: el 39% de las casas que valen entre uno y cinco millones de libras no están siendo utilizadas; un 64% en el caso de residencias con un valor superior a los cinco millones. De las casas adquiridas por inversores extranjeros, un 42% están vacías.

¿Para quién son las viviendas?

La aparición de grandes números de viviendas de lujo prácticamente vacías dice mucho de la capacidad y de la motivación de las autoridades para afrontar la necesidad social de tener acceso a una vivienda. Con casi [el equivalente a un año de construcción de viviendas][16] dedicado íntegramente a apartamentos de lujo (la mayoría sin vender), parece que el veredicto está claro.

Pero para algunos la nueva arquitectura de la ciudad indica un paso en la dirección adecuada. [Patrick Schumacher][17], director de Zaha Hadid Architects, [defiende][18] la eliminación de las viviendas públicas a favor de un enfoque liberalista y sin regulaciones. Aunque dichas ideas no se correspondan con la opinión general (por ejemplo, el alcade de Londres Sadiq Khan [rechazaba completamente sus ideas][19]), estas opiniones son predominantes entre aquellas personas que creen que el mercado debería dictar qué construir y dónde.

(Kathryn/Flickr)

En tiempos de austeridad muchos ayuntamientos buscan reducir el coste y la presencia de las viviendas destinadas a personas con rentas bajas. En dicho contexto, ampliar el papel del desarrollo del sector privado puede parecer una buena idea. Pero cada vez es más claro que permitir que los beneficios estén por encima de los problemas sociales podría hacer que la gente se indigne, sobre todo teniendo en cuenta el fracaso a la hora de hacer frente a las necesidades de la población con ingresos bajos.

Todavía no es evidente qué consecuencias van a tener la desigualdad, la austeridad, la gran crisis inmobialiaria y el Brexit. Harán falta más reflexiones y replantear el dominio de los mercados y las medidas de austeridad si queremos abordar la crisis inmobiliaria de forma efectiva.

Imagen: Benjamin Davies/Unsplash

Autor: Rowland Atkinson, Universidad de Sheffield.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.

Traducido por Silvestre Urbón.

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