Podemos definir los glaciares como simples montones de hielo que se deslizan lentamente en los polos y zonas de clima muy frío, pero su existencia nos sirve para muchísimas cosas. Nos avisan de un futuro bastante negro, y su deshielo es capaz de cambiar el clima del planeta junto con otros factores.
Os vamos a mostrar una galería de los glaciares más alucinantes que tenemos en la Tierra para demostrarlo, que nos dejan algunas fotografías y vídeos que simplemente no se pueden explicar con simples palabras.
El glaciar de Jakobshavn, o cómo ver Manhattan desmoronándose
El documental Chasing Ice nos dejaba este vídeo en el que podemos ver el glaciar Jakobshavn, cercano a la población Ilulissat de Groenlandia, fragmentándose y desmoronándose a un ritmo diez veces mayor que en todo el siglo pasado. Muy majestuoso de ver (ya lo comprobamos nosotros mismos junto a otros fenómenos), pero una horrible señal del cambio climático.
El gran Vatnajökull
Su nombre significa glaciar de ríos, y ocupa nada menos que un 8% de la superficie total de Islandia. Ha servido como lugar de rodaje de la serie Juego de Tronos. Sus estructuras de hielo pueden verse a más de 500 kilómetros de distancia, desde las Islas Faroe. También muestra señales de que algo va mal en el clima del planeta: encima de dichas estructuras empiezan a aparecer lagos que hace 60 años no existían.
El glaciar Perito Moreno y sus estructuras
Este glaciar situado en los Andes entre Argentina y Chile posee una cualidad única: su lento avance forma puentes que se van destruyendo y regenerando en un ciclo que se repite cada 4 años aproximadamente. Sorprendentemente, el Perito Moreno es uno de los pocos glaciares que aguantan sin retroceder en todo el mundo (aunque ya hay señales de que eso puede cambiar pronto).
El enorme glaciar Lambert
Con todos ustedes, el glaciar más grande del mundo. No hay demasiadas fotografías de él porque las condiciones meteorológicas del lugar en el que se desliza lentamente son demasiado adversas: estamos hablando de las montañas Prince Charles en la Antártida. Es uno de los glaciares más sensibles al cambio climático, ya que pequeños cambios en el clima del planeta provocan cambios grandes en sus 100 kilómetros de anchura y 400 de longitud. Un 8% de la capa helada del continente depende de él.
El majestuoso glaciar Bering
Fijaos en la lengua de hielo del glaciar de Bering, el más grande de América del Norte, en Alaska. Su escala (apreciable si vemos las montañas nevadas de su alrededor) es impresionante, pero hay que lamentar su retroceso de 12 kilómetros en los últimos cien años. Para nada una buena señal.
El glaciar Margerie y sus paredes
No hace falta salir de Alaska para toparnos con el Margerie, un glaciar de 34 kilómetros de largo que también atrae una buena cantidad de turistas por sus definidas paredes y sus desprendimientos esporádicos. Es otro glaciar que tiene la particularidad de no retroceder.
El Furtwängler, un glaciar en África
Una ladera del monte Kilimanjaro alberga este glaciar, que se conserva debido a la altura de la montaña pero que lamentablemente va perdiendo masa muy rápido. Se espera que desaparezca del todo en 2018.
El glaciar noruego de Jostedalsbreen
El glaciar más grande de la Europa continental está en Noruega, con unos 60 kilómetros de longitud y 600 metros de grosor. Según Tripping, se está fundiendo a tal velocidad que las aguas que fluyen entre el hielo obligan a visitarlo con un guía experimentado.
El glaciar antártico de Canadá
Se trata de un glaciar relativamente pequeño, pero compite por ser uno de los más bonitos. Está protegido por el Tratado Antártico dado a que la vida vegetal que crece únicamente en ese glaciar lo convierte en un ecosistema.
Pasterze, el glaciar suizo
Bajando por la ladera de la montaña Grossglockner, la más alta de Suiza, se encuentra el glaciar de Pasterze. Es relativamente corto, unos 8,4 kilómetros de diámetro, y al ritmo que va podría desaparecer completamente en 840 años.
El glaciar del Zorro neozelandés
Esta lengua de hielo de 13 kilómetros de largo tiene una peculiaridad que sólo comparte con otro glaciar cercano llamado Franz Josef: su base llega a estar a sólo 33 metros por encima del nivel del mar. Eso hace que sean una de las atracciones turísticas más visitadas de la isla sur de Nueva Zelanda.
Y va a ser así por poco tiempo, porque ambos glaciares están retrocediendo y dejando sedimentos que elevan el valle en el que descansan hasta un metro desde que se tienen registros. Además, eso también hace que su visita sea cada vez más difícil.
El glaciar de Biafo, en Pakistán
De 67 kilómetros de longitud, estamos ante el glaciar más largo fuera de los polos terrestres. Lo llaman "la autopista de hielo" por unir los antiguos reinos de Nagar y Baltistán a 4500 metros de altura. Samar Khan, una ciclista, fue la primera mujer en pedalearlo recorriendo 1.000 kilómetros en quince días. Y a pesar de estar en Pakistán, la longitud del glaciar parece mantenerse.
El glaciar Yulong, en China
Nuestra última parada la hacemos en China, país que precisamente emite grandes cantidades de dióxido de carbono y contribuye a que esta joya de glaciar en lo alto de la montaña Yulong desaparezca completamente en apenas cincuenta años. Se encuentra a unos 3700 metros de altura, pero cada año la visitan decenas de miles de turistas que necesitan incluso bombonas de oxígeno para poder verlo en buenas condiciones.
Imágenes | NASA, GlynLowe, Kimberly Vardeman, Wrangell-St. Elias National Park & Preserve, Wikimedia, Red Junasun, smalljude
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