Como en todo negocio, los dueños y gerentes de los restaurantes buscan maximizar sus beneficios. Los hay que caen en el lado oscuro de las malas prácticas y tratan de tomarle el pelo a sus clientes, pero la gran mayoría simplemente utiliza alguno o varios de estos 13 trucos que usan los restaurantes para conseguir subir el precio de la cuenta.
Son trucos que tratan de aprovechar nuestra psicología para "invitarnos" a pedir aquellos platos que más les interesa. No siempre son los más caros, sino los que más beneficios les reportan, y todo gracias a un menú cuidadosamente diseñado.
1. Cartas sin símbolos de dinero
Una buena manera de hacer que gastemos más es poner los precios solo con números, sin los símbolos de la moneda (€ o $, por ejemplo). Según un estudio de la Escuela de Hostelería de la Universidad de Cornell, así se evita recordar a los clientes que están ganando dinero, logrando de media un incremento del 8% en la cuenta final.
2. Utilizan un lenguaje extremadamente descriptivo...
¿Qué preferirías comer, unas "bravas" o unos "Gajos de patata sazonados con pimentón de la Vera y una salsa roja elaborada con chiles habaneros"? Pues eso mismo.
Según un estudio de la Universidad de Illinois, una descripción detallada del plato incrementa las ventas en un 27%, ya que apela a la imaginación del cliente, le hace imaginarse el plato y salivar.
3. ... y usan una descripción más larga para el plato estrella
De esa manera, no sólo parecerá que es más importante e implica más ingredientes y procesos, sino que visualmente ocupará más espacio en la carta, y resaltará frente al resto.
4. Aprovechan nuestros patrones de lectura
¿Qué es lo primero que miramos al abrir la carta? Pues, presumiblemente, la parte superior derecha, después la superior izquierda, para finalmente pasar a la inferior derecha y, por último, la inferior izquierda.
Las primeras tres zonas forman lo que se conoce como el triángulo dorado, y es donde los restaurantes colocan aquellos productos que más les interesa que pidas.
5. Apelan a nuestra nostalgia...
El lenguaje es crucial al preparar la carta de un restaurante. Y es que otro truco habitual es el de apelar a la nostalgia del cliente y sus vínculos emocionales con la familia. Así, se presentan algunos platos con adjetivos del tipo "de la abuela" o "como los hacía tu madre", aunque también funcionan bien los platos con nombre propios.
6. ... y a nuestro gusto por lo extranjero
El uso de extranjerismos, ya sea del francés, del italiano o del inglés, está muy extendido en la hostelería. Es más atractivo ofrecer unos tagliatelle frutti di mare que unos "tallarines con marisco", o una ternera cordon blue que un "filete de ternera relleno con jamón york y queso".
7. El producto ancla
¿Os habéis fijado alguna vez que, en casi todas las cartas, hay un plato exageradamente caro? Pues resulta que no está ahí para que lo pidáis -aunque se puede pedir- sino para que el resto de la carta, y especialmente los platos cercanos, nos parezcan más económicos.
8. La últimos serán los primeros, o no.
Nuestro cerebro es un poco juguetón a la hora de recordar listas, pero siempre lo hace de dos maneras diferentes. O bien recuerda con más facilidad los primeros elementos, o bien los últimos. Y es precisamente en esas posiciones donde los restaurantes colocan sus platos favoritos.
9. Evitan que podamos comparar precios
Aunque en las cartas de los restaurantes convencionales es normal encontrarse una lista con los precios alineados a la derecha, muchos otros presentan su menú con los precios situados justo debajo de la descripción del plato. De esta manera que es más complicado comparar precios de un vistazo, ya que hay que ir "saltando" de uno a otro.
10. Aprovechan el espacio en blanco
En una carta, donde normalmente hay muchos elementos apelotonados, el vacío es un elemento de atracción. De la misma manera que nuestro ojo se fija en el claro de un bosque, la mirada se detiene también en aquellos elementos que están más "solos" en la carta.
Sin necesidad de recuadros llamativos ni fuentes en negrita, nos fijaremos en ese plato que tanto le interesa al restaurante que pidamos.
11. Hazlo más grande por un poco más
Esto es algo que hacen tanto los locales de comida rápida, que siempre nos invitan a hacer los menús grandes, como los restaurantes convencionales, y tanto con la bebida como con la comida. Igual una caña cuesta 1,50 euros, pero por 2,00 tienes un doble... ¡y por 2,50 un tanque! Así poco a poco acabas pidiendo una jarra para ti solo.
12. El segundo vino más barato es mucho más caro
Todos lo hemos hecho. No queremos gastar mucho en el vino, pero tampoco parecer roñosos, así quepedimos el segundo más barato de la carta. Lo que muchos no sabíamos es que, al hacerlo, es probable que estemos escogiendo el peor vino en relación calidad/precio. Conscientes de esta práctica, los restaurantes tienden a subir el precio del vino en segunda posición para obtener más beneficio o alentarnos a ir a opciones más caras.
13. Y hasta la música puede hacer que gastes más
Un estudio de la Universidad de Leicester comprobó que la música clásica invita a gastar más, ya que nos hace sentir más opulentos, mientras que la música pop reduce las ventas un 10%, según el mismo estudio.
Y así es como, con estos 13 trucos que usan los restaurantes para conseguir subir el precio de la cuenta, acabamos gastando más de lo que pensábamos cuando entramos por la puerta. Aunque ahora que lo sabemos, miraremos la carta con más precaución.
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