Todos querían ser cinturón negro. O mejor dicho, todos querían dar patadas voladoras y golpes de una pulgada, dominando las más letales técnicas de la poderosa tradición oriental de kárate (¿o era judo?), en los años 70. La culpa la tuvo Bruce Lee y sus películas. En España, como en tantos otros países, florecieron academias de artes marciales y niños dispuestos a vestir el kimono, en un principio intentando imitar a sus ídolos cinematográficos y, hoy en día, simplemente practicando estos deportes que llegaron a occidente gracias al poder de atracción del cine y la televisión.
Algo similar ha ocurrido con el combate de sables láser, una disciplina imaginada por George Lucas en 1977. Pero, curiosamente, la lucha jedi ha tenido que esperar más de 30 años para encontrar a sus practicantes, unos que se lo toman como algo más que atractivas (pero limitadas) coreografías que realizar en concentraciones de personajes de la popular saga galáctica. No, hay grupos de personas que han glosado toda una serie de técnicas y reglas con las que elaborar un deporte de guerra con todas las de la ley.
The path of the #LudoSport warrior#OneNameOneSky #SpreadTheLight #Lightsaber #Sport #Fun pic.twitter.com/zlYwN2OPKz
— Ludosport Madrid (@LudosportMadrid) May 27, 2016
Padawans urbanos: luchando con sables de luz en Estocolmo, Moscú o Madrid
Ellos son los miembros de Ludosport, una asociación internacional centrada en federar el deporte del combate de sables láser. Nacieron hace 9 años en Italia, pero su popularidad se ha extendido a otros países, más en los últimos años, empujados tal vez por el interés que ha suscitado el regreso a los cines de la ópera galáctica con El Despertar de la Fuerza.
Desde 2007 ciudades como Estocolmo, San Francisco, Dublín, París o Moscú fueron acogiendo nuevos centros para los aficionados. También ha ocurrido en Madrid, donde desde finales de 2015 se ha formado una de las comunidades más importantes dentro de este mundillo, en una escuela que ha pasado de los 15 a los 100 alumnos en pocos meses.
Así nos lo contaba hace unos días Guillermo Serra. Mientras charlaba con nosotros, Serra, uno de los fundadores de la escuela de Madrid, organizaba la última exhibición pública de estos jedis, que ha tenido lugar en pleno centro de la capital, en el Campo de la Cebada.
El combate de sables de luz ha sido el deporte escogido para este año por los organizadores de Hostia un Libro, un "festival de microedición y guantazos" con tres ediciones a sus espaldas y que combina la pasión por la lectura con espectaculares deportes inauditos. Puedes ver el resultado de su presentación en el HUL en el video que grabamos del evento ahí arriba.
Espadazos y compañerismo al ritmo de la fanfarria rebelde
“Las batallas de sables láser de las películas combinan esgrima antigua y artes marciales”, dice Serra, quien nos explica los referentes deportivos de los que tomó partido George Lucas mientras al fondo sus compañeros practican por parejas lo que parecen katas, mens o estocadas. “En Ludosport usamos esa inspiración desarrollando todo su potencial, yendo más allá de las batallas que vemos en las películas de Star Wars, pero también creando nuevas técnicas y movimientos propios que hemos probado funcionan en este tipo de combates”.
Las directrices básicas se recogen en el método SeCuRi: 'Servizio, Cura, Rispetto' (Servicio, Cuidado y Respeto), un sistema básico de seguridad para una disciplina especialmente atractiva para niños. Como nos recuerdan ya en la exhibición preparada entre seis padawans ante cientos de asistentes al HUL y curiosos merodeadores de La Latina, este sistema es también una filosofía de lucha y de compañerismo entre alumnos y profesores.
Espadas adaptadas a la luz y de la oscuridad
Los floretes luminosos se enfrentan, chocan entre sí. Azules, verdes, morados y alguno rojo. En el Ludosport habrá que escoger cuál es el bando, si el de los jedis o el de los sith, tal y como ocurre en el universo de Luke Swywalker o Darth Vader, y dependiendo de tu rango se te asignará un motivo cromático, hasta que hayas dominado el arte del combate láser, en cuyo momento podrás elegir el color que más te guste.
Estos modernos sables están diseñados especialmente para este deporte, y mientras no existan los auténticos láseres, seguirán siendo de aluminio y policarbonato flexible. Lo primero, para la empuñadura, lo segundo para el “alma”, esa llama de luz preparada para que sepa detectar los impactos y emitir sonidos cuando golpea. El mantenimiento es sencillo y poco costoso: los LEDS de la espada se cargan en una batería a conectar por USB.
La fuerza también se canaliza de formas distintas, y en su ejecución vemos que cada alumno ha ido adaptando su propio estilo. Son las 9 de la tarde y el sol aun baña el escenario, pero a medida que oscurezca veremos cómo los combatientes se van haciendo menos visibles mientras refulgen sus espadas.
Una diversión espacial con sede en Tetuán
Estos jóvenes combatientes no dan uso de colchonetas hinchables o cables invisibles desde los que contornearse en acrobacias aéreas, y por eso los torneos no cuentan con la espectacularidad de las películas. Pero la diversión podría ser la misma si no mayor en el mundo del Ludosport, donde cada lucha es imprevisible. “Es tan saludable como una cinta de correr en el gimnasio, pero al final te lo pasas mil veces mejor”, señala Serra.
Como nos recuerdan los monitores, tampoco falta ser fan de Star Wars para disfrutar de las bondades de esta afición, que, aunque no niegan es una de los importantes puntos de atractivo para los interesados, no es la razón que condiciona la permanencia en la escuela. “En realidad tenemos tanto fans como no fans. Hay muchos que vienen por 'Star Wars', pero se quedan por el deporte y la gente”, dice Serra, muy animado por la recepción de este deporte que sólo va más.
Lo mismo piensa Cristina, una joven que lleva unos meses en la academia y está encantada. Llegó a Ludosport junto a una amiga, ambas provenientes del entorno de Rebel Legion, la organización de caracterización de la Guerra de las Galaxias más fuerte del mundo. Querían saber un poco más de combate, para sus exhibiciones, pero “el sentimiento y el ambiente era tan bueno que al final nos quedamos”.
Estas chicas son las únicas. En realidad son muchas jóvenes, como Riley de El Despertar de la Fuerza, las que han cogido el sable y se apuntan a los clanes, con ganas de enfrentarse en combate. Los torneos son mixtos, y por lo demostrado en los combates del Hostia un Libro no parece que el tamaño o el género sean condicionante de éxito o fracaso en la arena.