A menos de dos meses del pistoletazo de salida de los Juegos Olímpicos de París, hay bastante gente, sobre todo en Francia, preocupada por algo que poco tiene que ver con el nivel de los atletas, los récords a batir o qué país cosechará más oros. Su atención la centra el Sena. Sus aguas, para ser precisos. Aunque Francia quiere dar un papel protagonista al río durante la cita olímpica y ha invertido un buen dinero para que así sea, no son pocas las voces que cuestionan su "estado de salud".
Para espantar dudas, la alcaldesa de París y el presidente de Francia ya planten emular a Fraga en Palomares y darse un chapuzón. El problema es que hay quien tiene planes bien distintos: aprovechar esa misma jornada para defecar río arriba.
El río Sena, a examen. Que el Sena es un río plagado de esquinas instagrameables nadie lo duda. Su limpieza ya es otro cantar. Hace un año los organizadores decidieron anular la prueba de natación de un triatlón paralímpico y la Copa Mundial de natación en aguas abiertas, ambas previstas en el Sena, porque sus análisis no alcanzaban los mínimos de salubridad requeridos. "La calidad del agua se ha mantenido por debajo de los niveles aceptables para la salud de los nadadores", explicaba la federación. No hace de aquello ni 11 meses.
En los últimos meses Surfride Foundation France realizó nuevos análisis bacteriológicos y obtuvo unas mediciones que, asegura, resultan "alarmantes", con concentraciones de residuos fecales "por encima de los umbrales recomendados". Tal es la situación que desde 1923 está prohibido nadar en el Sena a su paso por la capital francesa, aunque el periódico Le Figaro recuerda que por entonces la decisión se adoptó sobre todo por los riesgos que entraña el tráfico fluvial.
El río de los Juegos Olímpicos. A pesar de esos precedentes, Francia ha querido que el Sena esté en los Juegos Olímpicos de París. Y no desempeñando un papel menor, precisamente. La idea —al menos a fecha de hoy— es que durante la ceremonia de apertura 10.500 atletas desfilen por sus aguas a bordo de barcos que representarán a cada delegación nacional. Eso sin contar con que el Sena acogerá el maratón de natación y se incluirá en los triatlones olímpicos y paralímpicos.
Lluvia de millones... y esfuerzos. Para cumplir con esas previsiones las autoridades galas no han dudado en tirar la casa por la ventana. Se habla de un proyecto de 1.400 millones de euros que busca garantizar la buena calidad del agua durante los Juegos Olímpicos y devolver de paso el Sena a los vecinos de París, una idea que lleva décadas sobre la mesa, al menos desde los tiempos de Jacques Chirac al frente de la alcaldía de la capital, a finales de la década de 1980.
Hace un mes las autoridades, incluida la alcaldesa de París, Anne Hidalgo; la ministra gala de Deportes y el presidente del comité organizador de los JJOO, inauguraron un enorme depósito en París creado precisamente para mejorar la calidad del Sena. La balsa, excavada cerca de la estación de Austerlitz y con una capacidad que equivale a 20 piscinas olímpicas, se ha diseñado para recoger el exceso de agua de las lluvias y evitar que el líquido residual se vierta al río.
Pero… ¿Será suficiente? Durante la inauguración del depósito, Marc Guillaume, prefecto de la región de París, habló de un "éxito colectivo" y garantizó que la calidad del Sena sería la adecuada para los Juegos. Ni sus palabras ni las del resto de autoridades galas han servido para despejar las dudas sobre si el Sena es la mejor opción para los deportistas. Australia ya ha ofrecido a sus atletas medidas para garantizar su salud durante las pruebas, como soluciones antibacterianas para ojos y piel, y medicamentos para prevenir problemas intestinales.
Y esa no ha sido la única decisión que da a entender que la calidad del agua del Sena despierta aún suspicacias. Ayer Radio France desveló que el equipo galo de natación en aguas abiertas ha decidido aplazar el entrenamiento previsto para el lunes en el Sena. El motivo: la mala calidad del agua tras las lluvias del mayo, lo que provocó que las alcantarillas se desbordaran, y el elevado caudal del río.
Siguiendo el ejemplo de Fraga. Si algo demostró Manuel Fraga con su famosísimo baño en Palomares es que una imagen vale más que mil palabra o, dado el caso, mil promesas sobre la salubridad del agua. Las autoridades galas han decidido seguir su ejemplo y zambullirse en el Sena para cerrar bocas.
A principios de año el presidente Emmanuel Macron aseguró que se bañaría en el río, aunque sin precisar fechas, y más recientemente ha sido la alcaldesa de París la que ha prometido que se meterá en las aguas del río junto al prefecto de la policía de París y el prefecto de la región de Île-de-France. Y en su caso sí se apunta una fecha muy concreta... y próxima: el domingo 23 de junio, el Día Olímpico.
¿Acudirá Macron? De la noticia se han hecho eco los principales medios del país, como Le Monde y Le Parisien, que cuando avanzó la noticia, hace semanas, deslizaba una idea sugerente: al baño de autoridades en el Sena podría sumarse el propio Macron. El rotativo parisino intentó confirmar la noticia con el gabinete del dirigente, pero desde el Palacio del Elíseo solo recibió dos ideas: la primera, que no podían avanzar la agenda de Macron con tanta antelación; la segunda, que el presidente de la República "nadará en el Sena" coincidiendo con los Juegos.
Recalculando sobre la marcha. Ayer Le Parisien actualizaba su propia información y matizaba que, citando a la agencia France-Presse, que la fecha del chapuzón de Hidalgo podría aplazarse por los mismos motivos que no podrá nadar en el Sena el lunes el equipo de natación francés: los efectos de las lluvias de mayo.
En cualquier caso el diario parisino mantiene que la alcaldesa probará en sus carnes la calidad del Sena. Y de hecho apunta como fecha más probable para su mediático chapuzón el 30 de junio. Sobre la mesa sigue la promesa de Macron e incluso la del presidente del COI, que también se ha mostrado dispuesto.
"Cagaré en el Sena". Anne Hidalgo, las autoridades de la región, el presidente del COI e incluso Macron quizás planteen bañarse en el Sena para despejar dudas sobre la calidad de sus aguas, pero en Francia hay quien tiene en mente una idea bastante distinta: lo que plantean es defecar río arriba. Literalmente.
Con ese propósito han lanzado el lema "Je Chie Dans La Seine Le 23 Juin", que podría traducirse por algo así como "Cagaré en el Sena el 23 de junio". La fecha, claro está, no es fruto del azar: coincide con el día del anunciado baño de Hidalgo y el resto de autoridades en el Sena. Chanza, reivindicación o activismo político, algo está claro: al margen del éxito de la idea, sus impulsores han despertado interés.
Una calculadora para los "regalos". El hashtag #JeChieDansLaSeineLe23Juin circula en X, TikTok e Instagram y de él se han hecho eco medios como Yahoo! News o SBS News. Es más, incluso se ha creado una web con una cuenta atrás y una peculiar calculadora que permite calcular con qué antelación debes defecar en el Sena para que, en función del punto en el que lo hagas, "tu regalo" llegue a tiempo a París para el acto del domingo 23 de junio.
Queda por ver si ahora sus promotores replantearán la fecha del 23H y, por supuesto, si la propuesta se quedará en el papel, como una idea desafiante, o se trasladará a la práctica. De momento algo sí han logrado: centrar (todavía más) el foco en la calidad de las aguas del Sena y su proceso de regeneración.
¿Quién está detrás? Esa pregunta se hacían hace poco en el canal France 3, aunque sin lograr demasiadas respuestas. Sí precisan que el primer mensaje se publicó en X el 22 de mayo, logró cierta repercusión en muy poco tiempo y desde entonces parece haber perdido peso, al menos en la red social de Elon Musk.
"Puede ser una gran cuenta la que lo difunda, o puede ser un movimiento viral, con pequeñas cuentas que lo compartan, antes de volver a compartirlo ellas mismas. Podría ser algo que ocurre todos los días, simplemente porque una comunidad, política o no, se apodera del tema", comenta a la cadena, Flef Graph, analista.
Graph recuerda que el primer tuit se compartió unas 16.000 veces en muy poco tiempo. Y precisa que, si bien ese no es un dato llamativo para X, lo que plantea "#JeChieDansLaSeine" sí es lo suficientemente desafiante como para "asustar" a quienes quieren mejorar la imagen del Sena, como Macron. Con todo, el experto se muestra cauto sobre el éxito de la convocatoria. "Un movimiento real alcanzaría de 50.000 a 100.000 mensajes al principio, y luego un millón rápidamente".
Imágenes | J. Shim (Unsplash)
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