El característico color rojo con el que identificamos las manzanas en nuestro imaginario está desapareciendo como consecuencia del calentamiento global y el consiguiente aumento de las temperaturas. Sin embargo, tras 15 años de investigaciones y ensayos, la genética ha conseguido crear manzanas capaces de sobrevivir a olas de calor con un sabor y un color intacto. Este particular avance garantizará que durante las próximas décadas las fruterías sigan ofreciendo variedades como Red Delicious, Gala o Fuji.
Color y temperatura. La tonalidad roja que presentan las manzanas tipo Red Delicious depende de dos variables: los genes y la temperatura ambiente a la que están expuestas. Para que durante su proceso de maduración la manzana viré al rojo es necesario que en su información genética haya suficiente cantidad de MYB10, un gen que determina la producción de antocianinas, los pigmentos que dan color a las manzanas, pero también a uvas y ciruelas. Sin embargo, si la temperatura ambiente está por encima de los 40º por muchas antocianinas que haya la manzana no tornará a rojo.
Problema. El aumento de la temperatura en todo el planeta está poniendo en jaque la producción natural de las manzanas de este tipo. Por ejemplo, en los Pirineos observaron como este verano buena parte de las manzanas estaban pálidas en lugar del rojo rayado que las caracteriza. Y es que, según este otro informe la temperatura de los Pirineos ha subido 1,3 grados en los últimos 60 años.
De hecho, esta anomalía en la maduración de las manzanas también está presente en la laderas de Alatau (Kazajastán), donde en los últimos 50 años la producción de manzanas procedentes de árboles salvajes se ha reducido un 90%. Este dato es especialmente revelador si tenemos en cuenta que Kazajastán está considerado el país de origen de la manzana debido a que de su tierra brotó el Sievers, el árbol del que provienen el resto de las manzanas del mundo.
Soluciones genéticas. El Instituto de tecnología agroalimentaria lidera desde 2002 y junto asociaciones como Fruit Futur un programa de mejora genética enfocado a garantizar la viabilidad de las manzanas y las peras en condiciones extremas. Así, han diseñado genéticamente manzanas invencibles a los aumentos de la temperatura y cuyo color y estado de la pulpa permanece intacto. Según informan desde el propio instituto, las nuevas modalidades destacan por tener alta tolerancia a la temperatura, bajo requerimiento de agua, alta coloración y buena textura y sabor.
Oligopolio de variedades. Según este informe que estudia la producción de manzanas y peras a nivel global la tarta se reparte principalmente entre cinco variedades que dominan los lineales de medio mundo: Red Delicious, Golden Delicious, Grany Smith, Gala y Fuji. En Europa, desde el punto de vista comercial, la Golden Smith es la variedad más plantada con 2.677.000 toneladas producidas en 2016. En el caso de España, la foto es muy similar con la diferencia de que el grupo de la manzana Reineta representa un 5% de la producción. Por otro lado, Golden Delicious ocupa un 57%, Gala el 16%, Red Delicious un 8% y Granny Smith y Fuji un 5% cada una.
El caso del plátano. El 99% de la producción de este tipo de fruta pertenece a una misma variedad: los Cavendish. Sin embargo, esto no siempre fuese así y durante los años 50 la modalidad reinante era el Gros Michel, un tipo de plátano que terminó por desaparecer como consecuencia de una plaga. Ahora, más de medio siglo después, es el Cavendish el que se enfrenta a una plaga difícil de erradicar (la sigatoka negra) y que puede poner en jaque la viabilidad de la tipología omnipresente. Llegado ese punto y con el objetivo de salvar al plátano, habría que recurrir a la base genética de otras especies para sustituir el reinado del Cavendish.
Imagen: Sydney Rae/Unsplash
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