Salvo sorpresa, Brahim Díaz no jugará con la Roja en el Mundial de 2026. Su camiseta será otra: la marroquí. Aunque el futbolista del Real Madrid nació en Málaga, la misma ciudad en la que inició su carrera deportiva, y que tanto su padre como su madre llegaron al mundo en ciudades españolas, el joven se ha cansado de esperar por la llamada de la Real Federación Española y se ha dejado querer por la de Marruecos, país del que era su abuela. Su caso es el enésimo recordatorio de cómo los Leones del Atlas están captando talento entre los hijos y nietos de la diáspora. En ocasiones con futbolistas con escasos lazos con Marruecos.
En el horizonte, la cita mundialista del 26… y 30.
Brahim, a Marruecos. La noticia la han avanzado los diarios deportivos: Brahim Díaz, jugador malagueño del Real Madrid, ha decidido aceptar las llamadas de Marruecos y jugará a partir de ahora con los colores de su Selección.
Desde hacía días se apuntaba que quedaban solo algunos flecos para completar la nacionalización del joven, un trámite administrativo que As o Confidencial dan ya por resuelto. Su "sí" a Marruecos ya sería por lo tanto definitivo y la convocatoria de su selección podría ser inmediata, para los amistosos de este mismo mes ante Angola o el previsto para finales de marzo frente al equipo mauritano.
Años de intento. La decisión del jugador del Real Madrid, de 24 años, llega después de que Marruecos haya intentado durante años sumarlo a su selección. El país magrebí lleva detrás de él desde antes del Mundial de Rusia de 2018, cuando jugaba en el Manchester City, y lo intentó nuevamente antes de la competición de Qatar de 2022, cuando los Leones del Atlas llegaron a semifinales.
En su fichaje se han involucrado incluso el seleccionador nacional Walid Regragui y el presidente de la Federación marroquí de fútbol, Fouzi Lekjaa, un personaje influyente en el país magrebí que ejerce además como alto funcionario y político.
Brahim estaba en la prelista del seleccionador de La Roja, Luis de la Fuente, para los próximos amistosos con Colombia y Brasil, pero ha terminado optando por el proyecto marroquí. Hoy mismo se pronunciaba sobre su decisión el seleccionador español: "Respeto total, absolutamente. Pero también he dicho siempre que hay tres máximas a la hora de ser un jugador: que pueda jugar con la Selección, que quiera hacerlo y que el seleccionar le convoque. Lo más importante es querer, sin exigencias y sin condiciones, en igualdad de derechos y obligaciones".
Buscando en las aguas de la diáspora. El de Brahim Díaz no es un caso aislado. A lo largo de los últimos años la selección marroquí ha intentado captar talento para los Leones del Atlas entre los hijos y nietos de la diáspora. Eso sí, con mayor o menor fortuna. Casos claros son los de Lamine Yamal, Achraf Hakimi, Munir El Haddadi, Munir Mohamedi o Ilias Akhomach, todos oriundos de España. Yamal, que optó por jugar con La Roja, nació en Cataluña; Hakimi y El Haddadi, en Madrid; Mohamedi en Melilla e Ilias Akhomach en la provincia de Barcelona.
No todos los casos ocurren con jugadores de antepasados marroquíes nacidos en España. Durante el Mundial de 2022 jugaron en la selección africana Romain Saiss y Sofiane Boufal, ambos nacidos en Francia y que iniciaron sus carreras deportivas en clubes galos. Los dos pudieron optar por competir con la camiseta africana. Incluso el seleccionador del conjunto, Walid Regragui, nació al sur de París.
Nacidos fuera de Marruecos. El dato lo aportaba la cadena BBC en 2022, al examinar la selección marroquí. Según sus cálculos, la mayoría de sus jugadores habían nacido fuera del país africano y conectaban directamente con la diáspora. La cadena inglesa precisaba que de una plantilla de 26 jugadores, más de la mitad, 14, habían nacido fuera de suelo marroquí: cuatro en Países Bajos, otros tantos en Bélgica, dos en Francia, dos en España y los restante en Italia y Canadá.
Mirando al calendario. Marruecos tienen una cita clave en el calendario deportivo: el Mundial de 2026 y la siguiente convocatoria mundialista, que se disputará en 2030 y acogerá conjuntamente con Portugal y España, con algunos partidos disputados en Paraguay, Uruguay y Argentina. El país africano ya ha dejado entrever su intención de sacar músculo inversor, dedicando cientos de millones de euros a estadios y crear un nuevo gran coliseo en Casablanca.
Imagen | GTRES
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