Hace tan solo un año, la jornada laboral de cuatro días parecía algo lejano, un sistema laboral utópico que creíamos imposible de aplicar en nuestro país y con notable oposición por parte de los empresarios. Hoy, sin embargo, es la revolución que están llevando a cabo multitud de empresas por todo el mundo. Desde el proyecto piloto de Telefónica hasta la reforma de ley en Bélgica, el mundo se ha echado en brazos de nuevas formas para mejorar la productividad y reducir el agotamiento de los empleados: trabajar menos días no es rendir menos.
Todo llega a su culmen hoy, en Reino Unido. El país británico se prepara para la prueba más grande jamás realizada de jornada laboral de cuatro días, con más de 70 empresas participando.
Tomando la delantera. Reino Unido ha dado un paso adelante con lo que será el ejemplo más claro de que la jornada de cuatro días es el futuro. Además, el modelo que aplicará es el más justo hasta el momento: los empleados de 70 empresas (casi 3.000 trabajadores) cobrarán el total del salario sin ningún tipo de reducción pero trabajando sólo cuatro días. Eso sí, sólo durante los seis meses que durará la prueba y en la que investigadores de universidades como las de Cambridge, Oxford o Boston College estudiarán los impactos.
¿Y qué empresas están decididas a formar parte de semejante revolución? Hay de todo, desde bancos, consultorías, desarrolladores de software, despachos de abogados, automovilísticas, constructoras, publicistas o centros docentes.
La tendencia. Multitud de empresas llevan meses probando este sistema laboral en diferentes partes del mundo, pero de manera diferente. En España, Telefónica se convertía en la primera gran empresa española en ponerlo en marcha, aunque no acabó de convencer a los empleados, tal como contábamos en este artículo de Magnet. Lo mismo sucedió con Desigual, que estableció una reducción de jornada pero con disminución de sueldo. Dell hizo lo mismo en Países Bajos, también con una reducción de salario proporcional a esa disminución. Y Canon plantea un modelo que sí se ajusta más al modelo que defienden los teóricos británicos: reducir el tiempo de trabajo sin bajarles el sueldo.
El debate sigue siendo el mismo. La conversación sobre cuál es el mejor método para llevar a cabo la semana laboral de cuatro días sin incidir en pérdidas (sea de productividad o de ingresos) llegó cuando hace unos meses, el Gobierno de Bélgica llevaba a cabo una reforma de ley para implantar una jornada laboral de cuatro días pero que en este caso tenía truco, porque no implicaba trabajar menos, sino echar más horas menos días. Es decir, la jornada no se reduce, si no que los empleados pueden elegir trabajar más una semana para descansar un día de la siguiente. Pero las 40 horas semanales siguen estando ahí.
No debería ser así. Según defienden algunos expertos laborales y proyectos como 4 Day Week Global, que precisamente es uno de los impulsores de la puesta en marcha en Reino Unido, la solución más efectiva para acometer este modelo ha de ser el de reducir las horas trabajadas pero sin aplicar una reducción de sueldo, ni trabajar más el resto de días, ni empeorar la productividad de la empresa. Es decir, todo lo contrario a lo que están haciendo Telefónica, Desigual o Dell.
La solución valenciana gana adeptos. Puesto que hemos visto que bajar el sueldo a los empleados que trabajan solo cuatro días no ha tenido mucho éxito, autonomías como la Comunidad Valenciana han promovido otras medidas. En este caso, el gobierno valenciano proponía dotar de subvenciones a las empresas que lleven a cabo este sistema para que no tengan miedo de una posible reducción de ingresos al trabajar menos días.
Un presupuesto de hasta 10 millones para compensar ese día de menos a las empresas. Pese a que aún está lejos de lo que hoy va a vivir Reino Unido, empresas y gobiernos tendrán que calentarse más la cabeza para dar con cuál es la mejor salida a este crucigrama laboral cuanto antes.
Imagen: Unsplash
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