Pocos acontecimientos han trasformado nuestra vida con la misma intensidad que el coronavirus. El confinamiento general decretado por numerosos estados puso en pausa el día a día, la normalidad, de decenas de países. Un paréntesis que se ha prolongado durante semanas y semanas, clausurando la actividad económica y pública. Reduciendo la función del estado a su mínima expresión.
Y eso incluye hasta la lotería.
Sucedió en Francia. Le Parisien relata una historia hija de los tiempos que nos ha tocado vivir, y quizá divertida como ninguna otra. Resulta que el pasado 20 de marzo un hombre francés ganó €17 millones de euros en el Euromillón. La buena nueva tuvo un regusto amargo. El gobierno de Macron decretó el confinamiento general del país tres días antes, el 17. Lo que incluyó todas sus oficinas de lotería nacional.
Canjeo. Como tantas otras empresas estatales de lotería, la Française des Jeux (FDJ) requiere que sus premiados que se personen en una de sus oficinas, boleto en mano, para reclamar sus ganancias. En condiciones normales se trata de un procedimiento muy breve. Una vez notificada la posesión del número ganador, la transferencia se realiza en unos pocos días. No fue el caso del afortunado protagonista.
50 días. Siguiendo la cuarentena decretada por el gobierno, la FDJ prorrogó el periodo hábil para reclamar el premio. Nuestro hombre, residente en Bretaña, al norte del país, tendría que esperar pacientemente hasta que el confinamiento se levantara, las oficinas abrieran y la empresa de lotería tramitara pagos de nuevo. 50 largos días cuidando de su inmensa fortuna. 50 días, podemos imaginar, de inquietudes y ansiedad.
Con cuidado. Dadas las circunstancias, toda precaución para con el boleto parece poca. Según cuenta la empelada de FDJ encargada de canjearlo, se encontraba en "una condición excelente, doblado por la mitad". El hombre bretón fue muy "cuidadoso", envolviendo su reliquia "con un pequeño papel blanco para protegerlo bien". Tampoco cuesta imaginarlo durmiendo todas las noches con el boleto sobre la mesilla. Por si acaso.
Común. Su premio ha sido excepcional por lo abultado. Es el más grande repartido en Bretaña. Su situación no es única, pero sí menos común que en otros momentos del pasado: la compra de lotería se ha desplomado en muchos países, incluyendo Estados Unidos o Francia. En el país galo, la recaudación del Euromillón durante las últimas semanas se ha desplomado a niveles de 2004. Los más bajos de su historia.
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