¿Por qué robar fardos de heroína o pulseras de 24 kilates existiendo las almendras, los pistachos o las nueces? Uno de los últimos atracos frustrados de California ha servido para visibilizar el alto nivel de criminalidad asociado a los frutos secos en el mundillo del robo organizado, sin duda una de las mercancías más hot del momento.
El golpe del siglo. Un buen día Touchstone Pistachio Company se dio cuenta de que le faltaban 19 toneladas de pistachos, el equivalente en metros cúbicos a muchos pistachos y en dinero a unos 450.000 dólares. Un mes después las pesquisas policiales han colocado a Alberto Montemayor como principal sospechoso. Parece que el hombre sustrajo el material de la planta de la compañía mientras los empleados estaban distraídos y se lo llevó a una bodega cercana, donde los reempaquetaba para su venta. Dado que este estado, junto con Arizona y Nuevo México, representa el 100% de la producción comercial de pistacho de Estados Unidos, a nadie extrañó que saliese de allí una marca nueva.
Ocean’s y nueces. Si miramos su precio al kilo, que son caros en todo el mundo, que se almacenan de forma excelente y que “no se pueden rastrear mediante números de serie u otros medios electrónicos” como tantos objetos del tradicional mercado negro, se entiende por qué las organizaciones delictivas norteamericanas llevan un lustro invirtiendo en el lucrativo mundo del hurto de estos alimentos: si en 2012 el número de camiones robados rondaba los 4 o 5 anuales, para 2015 superaban los 30. Se cifran los efectos de la ola de estos crímenes en 2020 en nueve millones de euros.
Un camionero cualquiera. Los miembros de las bandas se infiltran en distintos puestos de la cadena de suministro para coordinar los atracos, y según las investigaciones periodísticas utilizan medios sofisticados, como el robo de identidad y hackeos de los sistemas informáticos y logísticos de los productores. Crean después empresas falsas que operan como contratistas subcontratadas para proveer a las grandes superficies de todo el país. A la policía le es complicado poder probar que los pistachos de un camión provienen de tal o cual plantación.
Operación gourmet. Son ataques de guante blanco, sin fuerza, y la posesión de anacardos además no conlleva penas tan largas si te pillan. La próxima vez que pienses en tráfico ilegal, piensa en metanfetamina o fentanilo, o incluso en catalizadores si quieres, pero también en ostras, bourbon, miel o queso parmesano. Si alguna vez has pensado que determinados productos alimenticios especialmente caros son demasiado buenos como para no ser mangados, que sepas que no has sido el único.
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