Los millennials ya son la generación más solitaria: el 22% reconoce no tener ningún amigo

Un nuevo dato llega para aumentar la descripción de la generación que más titulares ha acaparado en los medios de comunicación: los millennials. Este estudio revela que los nacidos entre 1980 y 1994 se sienten más solos que los baby boomers y un porcentaje de la generación Z. Parte de esta responsabilidad recae en el uso de las redes sociales y la forma de entender la vida en una generación marcada por el perfeccionismo, el estrés y la ansiedad.

2 de cada 10. Según revela este estudio de You Gov, el 22% de los adultos de entre 23 y 38 años asegura no tener ningún amigo, el 30% reconoce no tener mejores amigos y el 25% ni siquiera posee un círculo de "conocidos" con los que poder hacer algún plan de vez en cuando. A pesar de que la encuesta de You Gov no midió las razones que están detrás de estos datos, otros informes sobre los comportamientos de esta generación pueden acercarnos a la respuesta.

El mismo estudio sitúa a los millennials como la generación más solitaria actualmente. Mientras que 3 de cada 10 jóvenes adultos afirman sentirse solos "siempre o en alguna ocasión", tan solo el 15% de los baby boomers comparten esa sensación y el 20% de la generación Z. Sin embargo, aquí el retrato de la generación Z es algo más impreciso ya que la muestra deja fuera a los nacidos más allá del 2001 y esta generación acapara hasta el 2010.

¿Por qué sucede esto? Para tratar de comprender por qué la soledad está afectando más a los millennials que al resto, conviene echar un vistazo a lo que el Instituto de Ciencias de la Educación denomina el "ciclo de la soledad". Esta idea hace referencia a cómo evoluciona el contacto con las relaciones sociales a lo largo de las distintas etapas de la vida. Así, mientras en la adolescencia todo gira en torno a la socialización, en las primeras etapas de la adultez hay un pico de soledad derivado de los distintos puntos vitales en los que se encuentran las personas.

Este metanálisis habla de cómo durante los 30 (edad en la que se encuentran gran parte de los millennials actualmente) es más complicado hacer amigos porque el aumento de las responsabilidades como la familia o el trabajo hacen que esa faceta de la vida pase a un segundo plano y algunas amistades de toda la vida se disipen.

Consecuencias. Al igual que los estados de depresión favorecen un peor funcionamiento del sistema inmunitario, la soledad también tiene efectos negativos más allá del ámbito psicológico. Según el mismo estudio, sentirse así durante un periodo de tiempo prolongado puede aumentar la presión sanguínea e incrementar la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas. Tanto es así que varios informes hablan de que la soledad crónica incrementa el riesgo de muerte en un 26%. 

Frágil salud mental. Los millennials son la generación que reporta mayores índices de estrés y ansiedad: un 12% de estos jóvenes la padece, una cifra que se eleva del 6% de los baby boomers que reconoce compartir este problema. Según este estudio, hay una estrecha relación entre la depresión y el consumo de contenido a través de una pantalla en nuestro tiempo de ocio. Las resultados de este experimento realizado a los jóvenes millennials allá por 2012, concluía que aquellos que invertían su tiempo libre en actividades al aire libre eran más felices que los que se quedaban en casa delante del ordenador o el móvil, entre otras cosas porque se sentían menos solos.

Internet. A pesar de que la red permite mantener el contacto con las personas que están lejos, el vínculo que se crea es menos fuerte que el obtenido con el contacto directo, y eso hace que se incremente la sensación de soledad. La posibilidad de comunicarse a través de un story de Instagram o una nota de voz de Whatsapp provoca que los millennials hablen más a través de plataformas digitales que de forma física. Es decir, se mantiene más el contacto, pero se cuidan menos la formas.

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