Los millennials han llegado a la política. Y ahora su pasado digital les persigue

La llegada al poder político de quienes pasaron su adolescencia en Internet les deja expuestos a una huella digital que puede torpedear sus aspiraciones

Man In Suit Looking In Mirror
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J.D. Vance, candidato a vicepresidente de Estados Unidos por el partido republicano, es el primer millennial que aspira a este cargo. Su blog personal de 2005 fue sacado a la luz este verano en X. En aquel momento tenía veinte años y en él contaba intimidades emocionales que ahora le persiguen.

Por qué es importante. El caso de Vance refleja una faceta íntima y vulnerable muy poco habitual en la clase política. Representa el inicio de una tendencia que irá a más: la de políticos accediendo a puestos de alta exposición que tienen que lidiar con su pasado digital, como explica Daily Beast.

El contexto. Por primera vez, una generación política, la millennial, trae con ella un bagaje digital en el que podemos acceder a sus reflexiones, recuerdos, etc. Incluso de su adolescencia y juventud temprana, épocas singulares.

Sus publicaciones juveniles en redes sociales y blogs personales –hoy en decadencia, antaño en esplendor– ahora quedan bajo el escrutinio público.

Qué ha ocurrido. El blog de Vance, titulado 'The Ruminations of J.D. Hamel', era una ventana a sus pensamientos más íntimos, incluyendo reflexiones sobre películas o experiencias personales que mostraban vulnerabilidad emocional, en su adolescencia tardía, justo antes de marcharse a Irak como marine, desde donde también actualizó.

Vance no es el único que está afrontando algo así:

Hay ejemplos de varias generaciones, pero las nuevas tienen una huella digital mucho mayor.

En detalle. Los millennials son la primera generación de políticos con un extenso historial digital público. Seguramente muy superior al de generaciones posteriores: si hoy en día es habitual usar redes con candado, mensajería privada y plataformas que no indexan en Google, en la primera década de siglo el panorama era distinto, con blogs personales y contenido en abierto sin demasiados filtros morales.

Quien tuvo Tuenti lo sabe, aunque Facebook, Twitter o Blogspot fueron los reyes de aquella etapa. Capturaban pensamientos sin filtrar y fotos juveniles demasiado reveladoras de quienes hoy aspiran a altos cargos. Y lo que antes era un diario personal de un joven ocioso con ganas de convertir emociones negativas en capital social hoy es usado como munición política.

El contraste. La transparencia digital puede ser un arma de doble filo:

  • Por un lado, humaniza a los políticos, haciéndolos más cercanos y auténticos.
  • Por otro lado, expone vulnerabilidades y opiniones del pasado que pueden ser usadas en su contra.

Entre líneas. Como casi cualquier profesional de cualquier gremio, los políticos experimentan una evolución ideológica desde su juventud, pero sobre todo pasan a guardar una mayor cautela en ciertos asuntos a medida que aumenta su exposición pública, y con ella, su escrutinio.

Las generaciones anteriores "solo" corrían el riesgo de que una mano enemiga o un fuego amigo obtuviese imágenes comprometedoras de su pasado para minar su reputación. Ahora es su propio "yo" digital del pasado quien puede torpedear sus aspiraciones del presente.

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