Hace unos días, una tuitera sacaba a debate la tendencia reciente que están siguiendo multitud de famosas de quitarse los implantes de cirugía estética: "Como la cirugía plástica se está volviendo demasiado accesible y ahora que a la gente pobre le están saliendo culos y tetas, la gente rica volverá a todo lo natural porque deben diferenciarse de la gente común".
Si bien hace unas décadas era tabú para las celebridades admitir que se habían sometido a procedimientos plásticos de nariz o implantes mamarios, hoy se sinceran cada vez más sobre si están dispuestas o no a pasar por el quirófano. Ya sea para ponerse o quitarse implantes, como ha sido el caso de las conocidas Chrissy Teigen, Victoria Beckham o Yolanda Hadid.
Y la pregunta es: ¿Por qué ahora? ¿Por qué ha llegado un punto en el que muchas de ellas se han cansado de los implantes y han decidido quitárselos? El fenómeno podría atender a varios factores, desde un cambio en las modas estéticas, al fácil acceso a la cirugía por parte del público generalizado, los efectos secundarios en la salud y una sorprendente vuelta a la corriente skinny. Según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, las extracciones de implantes aumentaron un 8% entre 2019 y 2020.
A algunas celebridades como Adrienne Bailon y Heather Morris simplemente no les gustó la apariencia de tener senos grandes. La cantante de Glee dijo que abandonó sus tetas operadas porque le resultaba demasiado difícil estar activa laboralmente mientras estaba cargada de implantes: "Siempre me dolía el pecho". Victoria Beckham llamó a sus implantes "torpedo bazookas". En 2017, la cantante de las Spice Girls le dijo a Vogue que tenía consejos de pecho para su yo más joven. "No juegues con tus tetas... simplemente celebra lo que tienes".
Y algunas, como Yolanda Hadid y Crystal Hefner, terminaron en el hospital debido a los efectos secundarios. La segunda señalaba que sus implantes la "envenenaron" y publicó en Facebook que creía que estaban causando que su salud empeorara con "dolor de espalda inexplicable, dolor constante en el cuello y los hombros, disfunción cognitiva... inmunidad baja, infecciones recurrentes y problemas con la tiroides y las glándulas suprarrenales". Se los quitó después de ocho años.
Otro ejemplo notable viene derivado de lo que calificamos antes como un cambio en la moda estética y una tendencia alejarse de lo que un día era exitoso. De hecho, una exmodelo de Versace que gastó casi 600.000 euros en cirugías para convertirse en una Kim Kardashian ahora ha desembolsado otros 120.000 para "destransicionar" a su apariencia original. Tras someterse a 40 procedimientos cosméticos en 12 años en un intento por parecerse a la superestrella, se ha arrepentido.
Pasó por primera vez bajo el quirófano cuando tenía 17 años. En ese momento, Kardashian se estaba convirtiendo en un nombre conocido. Después de su primera cirugía, se volvió adicta a las rinoplastias y las operaciones en sus glúteos, incluidas inyecciones de grasa, para tener el trasero de gran tamaño que luce Kardashian. Ahora, más de 20 años después, se ha sometido a una dolorosa cirugía de "destransición" para revertir los más de 40 procedimientos.
Se acabó la era del culo grande
¿Estamos ante un punto de no retorno en el campo de las operaciones? ¿Está a punto de estallar la burbuja BBL? Con el aumento de las solicitudes de extracción de implantes de glúteos y la especulación de que las Kardashian también han revertido sus cirugías, nos preguntamos si la era del culo grande está a punto de terminar. Lo cierto es que ningún procedimiento estético ha definido la cultura de la belleza de la última década como el BBL. En 2014, Vogue declaró: "Estamos oficialmente en la era del culo grande", citando a Kim Kardashian y Nicki Minaj.
Muchos especularon que la estrella (y sus hermanas) se habían sometido a un levantamiento de glúteos brasileño, o BBL, por sus siglas en inglés. Se trata de un procedimiento en el que se extrae grasa del estómago, la parte inferior de la espalda o los muslos, y luego se inyecta estratégicamente en los glúteos. Entre 2015 y 2019, la cantidad de estos procedimientos aumentó en un 90%. En 2021, era la cirugía más solicitada.
Sin embargo, las imágenes recientes de Kim y Khloe Kardashian que muestran un cambio notable en su físico hacia una apariencia más delgada y una relación cintura-glúteos más proporcionada han provocado rumores de que ambas han dado un paso atrás, alimentando el debate en Internet sobre si la edad de oro de los culos gigantescos ha llegado a su fin. "Estamos comenzando a ver una desaceleración de las personas que buscan obtener un BBL", explicaban varios doctores en este artículo de The Face.
Pero lo cierto es que este cambio era inevitable. Las tendencias van y vienen. Tal y como hemos observado a lo largo de la historia, los cuerpos de las mujeres se han comercializado de muchas maneras, y durante el último siglo el estándar de belleza ha variado entre siluetas delgadas (1920, 1960, 1990) y curvas (finales de 1800, 1950, 2010). Podría decirse que las últimas tendencias no se han reemplazado entre sí, sino que sólo han agravado las inseguridades. Las mujeres ya no pueden estar ni gordas ni delgadas. Y lograr el estándar de belleza se ha vuelto casi imposible.