Imaginaos ser dueños y señores de una isla en Hawái. Una isla entera para vosotros. ¿Qué sería lo primero que haríais? Es el dilema que se le planteó hace unos años a Larry Ellison, cofundador de Oracle y la undécima persona más rica del mundo, cuando compró la isla de Lanai en 2012 por 285 millones de euros. La compra de la isla (que tiene 364 kilómetros cuadrados), también incluía los dos resorts Four Seasons que brindan trabajo a muchos locales, gran parte de los hogares y casi todos los comercios. Bastó una firma para que Ellison se convirtiera en jefe y propietario de todos los que allí vivían. Su nuevo señor.
Sin embargo, lo que el multimillonario de 77 años hizo desde entonces fue convertir Lanai en un "patio de recreo para ricos", expulsando a los residentes de toda la vida. Y nadie puede parar sus ambiciosos planes.
Reformando la isla a su gusto. Desde que llegó, ha invertido grandes sumas de dinero y renovado casi todas las instalaciones e infraestructuras de la isla, lo que atrajo cada vez a residentes más ricos. Compró cientos de casas y negocios, incluida la principal tienda de alimentos de la isla y su única gasolinera, el periódico local y el hotel que no pertenece a Four Seasons. También construyó un Nobu, un restaurante de la cadena de alta gama en la que una cena te puede salir fácilmente por 1.000 euros.
Y claro, poco a poco, la isla se convirtió en un destino turístico para yates y jets privados, atrayendo a invitados millonarios de la talla de Elon Musk, Tom Cruise o el exprimer ministro de Israel, Benjamin Natanyahu. Ya no era un lugar que un trabajador de clase media pudiera permitirse.
Los residentes, sin poder de decisión. Según se comenta en este fantástico reportaje de Bloomberg, los planes de desarrollo de Ellison suelen ser siempre secretos. Y la mayoría de los lugareños critican que sus decisiones no tienen casi peso y nadie más tiene poder de negociación sobre los proyectos o procesos que se llevan a cabo. La mayoría de los residentes solo escuchan constantemente que la intención es hacer de la isla "un lugar 100% sotenible" o una "utopía del bienestar", pero a nadie se le explica qué significa todo eso.
Sin embargo, tal y como Ellison está transformando la isla, los propietarios de pequeñas empresas y otros residentes de clase trabajadora no tienen dinero para permitirse esos precios tan elevados. Según Bloomberg, algunas familias que abandonaron la isla dicen que ya no es un lugar en el que se sientan como en casa. Si bien es cierto que el millonario tiene derecho a hacer lo que quiera con lo que posee, el control que tiene ha dejado a los residentes con poco poder de actuación.
¿Quién es el Sr. Ellison? Un neoyorquino de 77 años que convirtió a Oracle en una empresa de software valorada en 180.000 millones de euros. También uno de los mayores donantes del partido republicano y uno de los principales inversores de la America’s Cup. Según se detallaba en el artículo de Bloomberg, en el mundo de los negocios es conocido por su gran ego.
Desde niño se enamoró de Hawái. No ha sido el único que se ha rendido a los encantos del lugar. Otros multimillonarios de Silicon Valley como Mark Zuckerberg o Marc Benioff, codirector ejecutivo de Salesforce Inc., también han invertido mucho en bienes raíces en Hawái. Pero Ellison es el único que posee una isla entera. Era comprar los Ángeles Lakers o la isla, y finalmente optó por la segunda opción.
La escasez de viviendas. Uno de los problemas a los que se enfrenta la isla es la escasez de viviendas. A principios de junio, solo estaba a la venta una casa en la isla, cotizada por siete millones de euros. ¿Qué persona de clase media puede comprar eso? Ninguna. Si bien el ingreso familiar medio para Lanai es de 50.000 euros anuales, los residentes más ricos han comenzado a cambiar el panorama, haciéndolo todo más caro.
Quienes han vivido durante generaciones en la isla son ahora quienes están pagando todo todo esto, expulsados a medida que más y más empleados de Ellison se mudan. Ellison le prometió a Lanai que construiría 150 unidades que incluirían viviendas para comprar. Luego cambió sus planes y anunció que todas las unidades serían de alquiler.
Expulsando a los inquilinos. Es dificil de competir con alguien que literalmente posee todas las propiedades inmobiliarias de la isla. Si un residente es despedido de un trabajo en cualquiera de sus empresas, los inquilinos incluso pueden ser expulsados de sus hogares, a veces con poca antelación. Las pequeñas empresas que alquilan espacios de Ellison también se ven obligadas a aceptar contratos de arrendamiento de 30 días, mientras que antes se les permitía firmar por períodos de cinco años.
Y claro, los lugareños que campaban a sus anchas antes de que Ellison llegara, simplemente no pueden pagar los precios de las viviendas que se disparan con los años. Del día a la mañana, Lanai se ha convertido en todo lo que no era en el pasado. Pero ya sabemos como funcionan las cosas, y más cuando hay tantos billetes de por medio.
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