Las relaciones entre China y Taiwán se encuentran en su momento más crítico de los últimos 72 años, desde que el gobierno nacionalista chino se exilió en la isla de Taiwán. Las tensiones militares en el Mar de China han hecho que la estabilidad de la zona penda de un delgado hilo.
Acostumbrado a lidiar con las autoridades de China, el fundador de Foxconn y una de las seis mayores fortunas de Taiwán con 7.200 millones de dólares, ha dado un paso al frente y se postula a presidente de Taiwán para templar gaitas en las relaciones entre ambos países. En su propuesta electoral se ha mostrado conciliador con el régimen de Pekín, pero inflexible con la autonomía del archipiélago.
De fundador a político. Hace cuatro años, Terry Gou dejó su puesto al frente de Foxconn para enfrentarse en primarias del partido Kuomintang. En aquella ocasión no obtuvo la victoria esperada, por lo que quedó desbancado de la candidatura a la presidencia de Taiwán.
2024 vuelve a ser año electoral por lo que el magnate fundador de Foxconn vuelve a intentar llegar a la presidencia del país con una propuesta conciliadora pero firme con las políticas anexionistas de China. El empresario promete “el comienzo de la era del espíritu empresarial. Denme cuatro años y les prometo que traeré 50 años de paz al estrecho y construiré los cimientos más profundos para la confianza mutua a través de él”.
El “Gibraltar chino”. La geopolítica del Mar de China es complicada, más cuando los territorios han cambiado de manos varias veces en los últimos 100 años y se han vivido cruentas guerras en la zona. Entre ellas la Guerra Civil china entre 1927 y 1936. Por aquel entonces, la isla de Formosa (Taiwán) se encontraba bajo el dominio chino, cuando el gobierno del Partido Nacionalista que gobernaba la China continental tuvo que exiliarse en Taiwán frente al avance de las tropas del Ejército Popular de Liberación del Partido Comunista. Allí se fortificaron y resistieron los ataques del ejercito comunista con apoyo de Estados Unidos marcando una suerte de Telón de acero asiático frente a la China comunista.
China siempre ha sostenido que, dado que al inicio de la Revolución Comunista Taiwán formaba parte de China, siguen formando parte de ellos tras el cambio de gobierno derivado de la guerra civil. Taiwán, por su parte, sostiene su legítima independencia como último fortín no conquistado de la (vieja) República de China ante la (nueva) República Popular de China.
Conflicto en Taiwán, la puntilla al desarrollo de los semiconductores. Dejando a un lado las demandas políticas, Taiwán es el principal fabricante de semiconductores del mundo, algo que no ayuda a mantener la calma entre China y Taiwan ante un bloqueo a los semiconductores chinos por parte de EE.UU.
Los semiconductores y la tecnología en general es una de las principales armas de presión frente a la China de Xi Jinping. Este componente supone un bien estratégico para ambas partes. Y aquí es donde el carácter conciliador del fundador de Foxconn cobra fuerza. Al ser una personalidad muy influyente en el sector tecnológico, el millonario espera poder apaciguar los ánimos de China usando a fabricantes clave como TSMC o MediaTek como escudo.
Millonario con mucha mano en China. Terry Gou inició su imperio en 1974 con una factoría de inyección de piezas de plástico para televisores y circuitos impresos. Por aquellos años contaba con una plantilla de apenas 10 empleados de edad avanzada. En los 80 del siglo pasado, Foxconn pegó el pelotazo encargándose de fabricar la consola Atari 2600. Desde entonces, el nombre de Foxconn ha ido de la mano de las principales marcas de tecnología como socio estratégico: Apple, Nvidia, Tesla, Amazon, etc., y cuenta con el respaldo de Wall Street con más de 800.000 accionistas de todo el mundo.
Esta cercanía con los grandes inversores internacionales es una de las principales bazas negociadoras de Gou. Además, Foxconn es uno de los principales empleadores privados de China, con más de 1,2 millones de empleados, aunque no siempre con las mejores condiciones. El millonario candidato a la presidencia muestra su carácter conciliador de hombre de negocios. Sin embargo, no duda en afirmar que, si desde China se atacan intereses de Taiwán o de Foxconn, el país deberá dar muchas explicaciones a los grandes inversores: "Si el Partido Comunista Chino se atreve a hacer algo, ¿qué país, qué fondo de inversión, qué empresa se atrevería a invertir en China?".
Imagen | Flikr (bachmont)
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