Necesitas 7.200 kilómetros para cruzar África y 6.400 para cruzar Rusia. Los mapas cuentan otra cosa

Hemos hablado en más de una ocasión sobre las distorsiones visuales que generan los mapas. Todos los mapas. Al representar sobre un plano una figura esferoide como la Tierra, todos los cartógrafos deben hacer sacrificios. Estirar una península a lo largo y a lo ancho; cambiar la perspectiva desde la que contemplamos los continentes; modificar escalas. En el camino perdemos verosimilitud pero, si el cartógrafo sabe lo que hace, ganamos legibilidad. Lo importante en un mapa no es si representa o no la realidad, sino la comunica de forma efectiva.

También hemos hablado en múltiples artículos sobre la víctima histórica de este proceso: África.

La mayor parte de cartógrafos antiguos vivieron en Europa y miraban hacia el resto del mundo desde allí. Cuando la proyección más famosa de la historia humana, la elaborada por Gerardus Mercator en 1569, se popularizó lo hizo por motivos estrictamente utilitarios (era útil para los navegantes). Pero también por cuestiones culturales: en el siglo XIX la colonización colocó a África en una posición subordinada nítidamente reflejada en la vieja proyección.

Aquel legado ha sobrevivido a nuestros días, minusvalorando el verdadero tamaño de África de forma sistemática. Durante los últimos días se ha viralizado una comparación kilométrica del continente y de Rusia, el país más grande del planeta. Si tuviéramos que recorrer la distancia que separa el punto más occidental y el punto más oriental de África sumaríamos 7.200 kilómetros. Si tuviéramos que hacer lo mismo en Rusia, de este a oeste, tendríamos que salvar 6.400 kilómetros. Muchos menos. ¿Cuál es más grande cuando miramos a un mapa cualquiera?

Exacto.

África no fue la única perdedora en la proyección de Mercator (y en otras que le siguieron y que no ganaron tanta popularidad con el paso de los siglos). Otros territorios colocados en torno al Ecuador, como la India, el sudeste asiático o Indonesia, muy populosos y exentos, también fueron recudidos a proporciones diminutas. Nueva Zelanda, por su parte, quedó confinada a los extremos de la cartografía y desde entonces sigue batallando por estar no ya bien representada, sino representada. Canadá y Groenlandia, célebremente, se agrandaron de forma descomunal.

Hay varias formas de mirar al continente africano con mayor justicia geográfica. Este mapa es una de ellas. África es tan grande que la totalidad de Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Italia, el Este de Europa, la India, China, Japón y Reino Unido, algunos de los países más importantes del mundo, cabrían en su interior sin mayores problemas. 30 millones de kilómetros cuadrados dan para mucho, lo suficiente como para encajar a Groenlandia varias veces, pese a que Mercator dibujó ambos territorios con un tamaño muy aproximado.

No importa cómo midas Rusia. Siempre gana África.

Este otro gif es incluso más preciso solventando los problemas que la proyección de Mercator dejó tras de sí. Simplemente escala a todos los países a su verdadero tamaño, de tal modo que los centrales, aquellos entre los trópicos, mantienen su forma original. Europa, Rusia, China, la Antártida, Australia y muy especialmente Canadá y Groenlandia pierden la mayor parte de su peso visual. El ejercicio también es útil para comprender por qué todas las proyecciones distorsionan: en su tamaño "real", Rusia no podría rellenar todas sus fronteras sobre un plano.

Utilizamos proyecciones precisamente por eso, porque el aspecto real de los continentes no cabe en un mapa sin generar huecos vacíos y problemas de continuidad. Y no hay solución sencilla: si quisiéramos respetar el tamaño de los países tendríamos que optar por dos mapas distintos y adosados entre sí, cortando África y América por la mitad; algo que respetaría la exactitud de los continentes pero que sería muy poco útil en términos comunicativos (recordemos, la función principal de cualquier cartografía). Optemos por la solución que optemos siempre habrá perdedores.

Para desgracia de África, la proyección más popular de todos los tiempos decidió sacrificar su hegemonía geográfica en favor de territorios más pequeños y escasamente habitados lindando con los Círculos Polares. Ningún mapa debe llevarnos a engaño. Cruzar África entera siempre nos llevará más kilómetros que cruzar Rusia entera.

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