¿El activismo ha de ser remunerado o debe hacerse sin obtener beneficio económico del mismo? La pregunta, aparentemente trivial o destinada a foros muy concretos, se extendió ayer por las cuatro esquinas de Twitter y provocó que un término, "NegraFlor", ascendiera a las tendencias de la red social en España durante toda la tarde. ¿El motivo? Una charla a 20 euros la entrada, una activista afroespañola y una serie críticas y acoso que ha terminado con su marcha de Twitter.
NegraFlor es en realidad Desirée Bela-Lobedde, catalana de 37 años conocida entre los entornos afroespañoles y feministas como una de las voces más notables del activismo digital. Bela-Lobedde tiene con una cuenta de YouTube y una publicación propia donde ofrece consejos sobre cuidado y tratamiento del pelo afro, temática racial y cuestiones feministas. Además, colabora en publicaciones feministas como Locas del Coño y tiene una activa presencia en redes sociales.
Al igual que muchas otras activistas similares, NegraFlor había iniciado un circuito de charlas y talleres con el objetivo de financiar parte de sus tareas como activista y divulgadora. Bela-Lobedde había participado con anterioridad en diversas conferencias y ponencias, y ahora había iniciado charlas propias con objeto de dar a conocer su trabajo y de ayudar a todas aquellas personas interesadas en temáticas raciales o feministas. Y había decidido hacerlo cobrando entrada.
Para su próximo evento en Barcelona, programado para el 9 de junio, NegraFlor había puesto a la venta entradas a 19 euros. La circunstancia rápidamente se difundió por redes sociales, donde, hasta ayer, era muy activa, y derivó en una discusión a gran escala sobre la naturaleza del activismo.
Activismo remunerado o no: un debate que viró rápidamente
Bela-Lobedde pertenece a un movimiento más amplio que busca remunerar la actividad divulgadora de diversas activistas, generalmente relacionadas con temáticas de género, feministas o raciales. De forma paralela su trabajo en YouTube y otras publicaciones, a las que es posible acceder sin pago alguno, NegraFlor había habilitado en su página web una "asesoría personalizada" en la que ofrecía "webinars cuidados del pelo afro" por 47 euros o un "Bono Oro" por 50 euros por el que se accede a cinco consultas a lo largo de 15 días.
Al margen de la naturaleza o interés de las consultas, la propia definición de Bela-Lobedde como "activista" y la idea de cobrar dinero por entrar a una charla divulgadora provocó que otros sectores criticaran su planteamiento.
En principio, el debate planteaba dos posiciones distintas: por un lado, las activistas que juzgaban necesario financiar sus actividades tanto para obtener rendimiento económico de ello como para sostenerlas en primer lugar; por otro, una corriente más estricta, por definirla de algún modo, que interpreta que toda capitalización de la actividad divulgadora es por naturaleza amoral, dado que busca obtener un beneficio monetario de la difusión y la enseñanza de ideas beneficiosas para todos.
Así, mientras una opción aboga por la obligada remuneración de una actividad que requiere esfuerzo y trabajo (los costes de los viajes, el coste de la formación, el coste del tiempo voluntario dedicado a ello), la otra defiende un carácter más altruista (alejado de circuitos o modelos de monetización capitalistas que lo convertirían no tanto en activismo como en un negocio), utilizando recursos alternativos sólo como forma de financiar charlas o talleres (como por ejemplo con huchas solidarias o creando productos baratos para soportar costes).
Sin embargo, el debate rápidamente viró a la propia NegraFlor, que se encontró en el ojo de un huracán cuya charla había desatado. La charla se dirigió no tanto hacia el carácter abstracto e ideológico de la disputa como a la figura de Bela-Lobedde, que observó como sus menciones se llenaban de comentarios críticos (entre acusaciones de racismo). El acoso recibido motivaron que la activista decidiera cerrar su cuenta de forma indefinida.
La marcha de NegraFlor de Twitter convirtió el asunto en una tendencia a las pocas horas, llevando el debate a la mayor parte de Twitter España (resultaba difícil no toparse con la conversación ayer por la tarde en la diversidad del timeline). Así, la cuestión había rotado: de la legítima disputa entre activismo-remunerado y activismo-no-remunerado se había pasado al acoso denunciado incluso por aquellos situados de antemano en una posición crítica con Bela-Lobedde.
Esta mañana y lejos de Twitter, la propia NegraFlor informaba en su página de Facebook que su charla en Barcelona programada para el día 9, la misma que originó la disputa sobre el activismo y la capitalización del mismo, quedaba cancelada.
Los comentarios de YouTube: la otra polémica
No es la primera vez que NegraFlor, una de las caras más visibles del activismo afroespañol y feminista de nuevo cuño, sufre acoso. Hace algunos meses, su canal de YouTube se llenó de comentarios de carácter xenófobo en los que era atacada por su mera condición racial, ya lejos de cualquier cuestión deontológica sobre la naturaleza del acitvismo. La cuestión se filtró a la opinión pública ante la laxitud de YouTube, que optó por no censurar gran parte de los comentarios racistas.
Perlas como "qué asco das negra de mierda, qué coño vas a ser tú de España" provocaron que Bela-Lobedde denunciara la situación a YouTube, sólo para recibir una decepcionante respuesta: "Hemos sido incapaces de identificar una violación de nuestras guías de uso en la comunidad". La cuestión espoleó un debate paralelo sobre la naturaleza censora de YouTube en algunos casos y sobre la carencia de herramientas para detener el acoso xenófobo o el insulto.
La situación fue denunciada públicamente (en Twitter) por NegraFlor y por la Red Española de Inmigración. Aquel fue el penúltimo episodio de acoso al que Bela-Lobedde se enfrentó. Algunos de sus vídeos rotan precisamente alrededor de las actitudes racistas y los micro-racismos a los que las personas de descendencia africana se enfrentan en su día a día en España.
A lo largo de la mañana de hoy los comentarios de solidaridad y apoyo a Bela-Lobedde han acaparado la conversación. Figuras destacadas del activismo feminista o antirracista en España, como el periodista y activista Moha Gerehou, han lanzado el hashtag #YoApoyoANegraFlor para denunciar la campaña de acoso de ayer por la tarde. A esta hora, la mayor parte de tuits dedicados al respecto inciden en la misma línea. Por el momento, Bela-Lobedde no ha ofrecido más declaraciones.
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