La semana pasada una noticia recorría los medios de comunicación merced a su interés informativo y, especialmente, a la sorna con la que la mayor parte de ellos la recogían: el Daily Mail, uno de los periódicos más leídos del Reino Unido y también uno de los más sensacionalistas, ya no sería aceptado por los editores de la Wikipedia como fuente fiable para publicar una información o un dato. Era demasiado falible.
The Guardian o The Independent, entre otros, se lo tomaron medio en broma, medio en serio. El Daily Mail es una fuente de inexactitudes, historias diseñadas con el objetivo de eviscerar los sentimientos más primeros y origen remoto de multitud de hoax y noticias que están más cerca de la post-verdad que de los hechos. De modo que, para Wikipedia, la célebre enciclopedia online que goza de tan poca reputación entre los círculos académicos, había llegado la hora de desterrarlo para siempre de sus notas al pie.
Y si bien la noticia tenía algo de contradictoria y de irónica, ya que Wikipedia no piensa hacer lo propio con medios similares como, por ejemplo, RT o The Sun, desvelaba algo más profundo en el democrático funcionamiento de su mente-colmena: si bien Wikipedia no es una fuente fiable, sus fuentes sí que lo son. Y ahí está su valor.
¿Fuera de mis aulas, Wikipedia?
Es un lugar común una vez traspasas la puerta de la facultad (o del bachillerato): al otro lado, siempre hay un profesor que, antes de que comiences a trabajar en tu primer proyecto, te recuerda que la Wikipedia "no es fiable". La universidad no acepta que un portal donde cualquier usuario tenga la libertad de edición tenga la capacidad de codearse mano a mano con trabajos verificados y revisados por pares y con gran prestigio dentro de los círculos investigadores. Su recelo, en aras de la pulcritud intelectual, es razonable.
Pero pocos profesores explican la otra cara de la moneda: si bien no es buena idea poner al mismo nivel a la Wikipedia y a un paper, es bastante factible que llegues al segundo a través de la primera.
La prohibición de utilizar al Daily Mail como fuente externa habla bien de los métodos de filtro de los editores de Wikipedia. Aunque la fundación tiene poco que decir al respecto y aunque desde fuera los lectores puedan observar la enciclopedia online como un aparente salvaje oeste donde cualquiera puede cambiar a su antojo lo que le plazca, lo cierto es que los criterios de edición, verificación y publicación de Wikipedia son bastante más estrictos de lo que parece a primera vista. Hay censura y hay un profundo control.
Baste pasarse por la página donde se dirimió la cuestión: un debate de varios días, iniciado en enero y certificado en febrero, donde corrieron ríos de tinta con argumentos tanto a favor como en contra. Hacer scroll en el espacio donde los editores deciden qué fuentes son fiables y cuales no es una tarea titánica.
El resultado es una generalizada utilización exquisita de las fuentes. Desde sus cimientos, Wikipedia especifica que todo aquel tema que no haya sido acreditado de forma conveniente con varias fuentes (que, a ser posible, no rompan el criterio de neutralidad de la enciclopedia), no debería tener espacio dentro de ella. La página al respecto, de nuevo, es un manual extenso que comienza en la propia definición de lo que es una fuente y termina jerarquizando la fiabilidad de cada fuente en cada contexto (actualidad, Historia, ciencia, etcétera).
El secreto está en las tripas de Wikipedia
Dada la alucinante dedicación que los principales editores de la Wikipedia tanto anglosajona como hispanohablante muestran, cualquier rastro de vandalismo o de clara desinformación en las principales páginas es rápidamente evaporado. Y lo que quedan son textos como este, donde cada frase está acompañada de numerosas citas al pie, muchas de ellas referencias a páginas de libros inaccesibles desde la red.
Así, un artículo destacado puede lucir párrafos tan atestados de notas al pie como un paper cualquiera. Véase el fascinante periodo de entreguerras de Rumanía, que, en un momento dado, se lee así.
Todos esos números se refieren a una publicación concreta. Si bajamos al apartado de fuentes, el resultado es el siguiente:
Así, Wikipedia pasa de ser un totum revolutum donde cualquier editor puede volcar lo que quiera a una compleja maquinaria donde, en las páginas de discusión, se debate eternamente sobre el contenido de los artículos más relevantes o sobre la interpretación o fiabilidad de determinadas fuentes. Es en las sombras de Wikipedia, en sus tripas, donde se desgrana su fiabilidad, que no es equivalente para todas sus publicaciones ni definitiva, pero que ejerce de estupenda puerta de entrada a temas más complejos.
Lo importante, como la propia Wikipedia recuerda, es asumir que no se trata de una fuente primaria. Pero que sí puede llevar (especialmente en el caso anglosajón, brillante en ocasiones) a fuentes que tengan validez en tu trabajo. Wikipedia no estará en tu bibliografía, pero quizá te habrá ayudado a completarla de forma más enriquecedora. Y todo ello, por supuesto, sin la siempre sospechosa presencia del Daily Mail.
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