Si no lo has visto ya, es probable que estés a punto de hacerlo. Es la nueva sensación en las redes sociales y también un video de lo más curioso. En él vemos a una chica que, como si Google Earth se hubiese adueñado de su imagen, va alejando el zoom de su cuerpo para insertarla en el prado de un jardín, en un barrio, en una ciudad, en un país, en un continente… Hasta que nos damos cuenta de que en el gran esquema cósmico de las cosas nuestro lugar en el universo es bastante menos que una mota de polvo.
El video cuenta después con un inesperado giro que nos reconcilia con la escala existencial, pero preferimos no revelarlo. Con lo que deberíamos quedarnos es con el poder de unas imágenes que nos enfrentan contra nuestra propia importancia. En el orden general de las cosas, no somos nada, aunque al mismo tiempo lo somos casi todo.
That scale tho... (keeps going and going...)
Tal vez por eso haya vuelto a viralizarse, por el poder que emana de su mensaje. Este “Ojo cósmico” es un video hecho sin pretensiones autorales o adoctrinadoras, es sólo producto de una afición. Su creador es un astrofísico llamado Danail Obreschkow, de Perth, Australia, y desde que creara esta pieza audiovisual en 2012 ha estado circulando en diversas redes sociales cada poco tiempo.
“Me tocaba darle clase a unos estudiantes de arte, a 200 chicos no científicos, y buscaba la manera de crear algo bonito y cautivador que les inspirara sobre las diferentes escalas del universo”, exlica Obreschkow, que se lamentó del tiempo que costó que su video se propagase por la red en entornos no estrictamente académicos. “Creo que al ver el video logras apreciar lo grandes y pequeñas que son en realidad todas las cosas. Y eso puede desencadenar un montón de emociones en la gente”.
Para realizar el clip se valió de una aplicación de iOs, “Cosmic Eye”. Su corto se inspiró en diversos videos de progresiones de representaciones gráficas de las escalas de nuestro universo. Por ejemplo, se inspiró en el clásico ensayo ilustrado Cosmic View de 1957, en el corto Cosmic Zoom de 1968 y dirigido por Eva Szasz y también en El Poder del Diez, 1977, que realizaron los diseñadores Charles y Ray Eames a finales de los 70.
Obreschkow matiza que, siempre que le fue posible, usó fotografías reales obtenidas con potentes objetivos, normales, telescópicos y microscópicos. El resto de las imágenes que vemos son renderizados de los fenómenos representados bajo el aspecto que los científicos actuales defienden debe estar próximo a cómo son esos fenómenos en verdad.