Enfrentamientos verbales, conatos violentos y cargas policiales. El acto organizado ayer por Vox en un céntrico hotel de Murcia sirvió de escenario para el despliegue de un centenar de radicales de izquierda y "jóvenes antifascistas", como ellos mismos se definían, en protesta contra la formación de Santiago Abascal. El clima fue tenso, e ilustra hasta qué punto la política extrema ha llegado a España, desde los márgenes, para, quizá, normalizarse.
¿Qué pasó? Uno de los muchos actos multitudinarios organizados por Vox a lo largo de España con objeto de proyectarse mediática y electoralmente. Fue un éxito. Más de 1.500 personas atestaron el Hotel Nelva de Murcia. Muchos tuvieron que quedarse ante la falta de espacio. Participaron Santiago Abascal, líder de la formación, y Ortega Lara, ex-preso de ETA y reconocido simpatizante de la formación, entre otros.
¿Quién acudió? Además de los seguidores de Vox, un nutrido grupo de jóvenes antisistema. Según La Verdad, pertenecían al Frente de Acción Estudiantil, al grupo #EstudiantesEnMovimiento y a las juventudes del PCPE. Portaban una pancarta en la que se podía leer "Murcia limpia de nazis y fascistas". Entre otros cánticos, entonaron el hoy viral "Ortega Lara, de vuelta al zulo", en referencia al cautiverio del funcionario de prisiones durante más de 500 días.
El de Ortega Lara fue uno de los secuestros de ETA más traumáticos de la década de los noventa, y movilizó políticamente a gran parte de la sociedad contra el terrorismo. Lara pasó más de un año y medio en un cuarto diminuto, oscuro y húmedo. A su salida, junto a numerosas condiciones post-traumáticas, había perdido 23 kilos.
¿Por qué? Por la presentación de un libro titulado "Marxismo, Feminismo y LGTBI" y publicado por HazteOír, la organización católica que ya motivó la movilización de grupos de izquierda a raíz del autobús tránsfobo. El acto de Vox, celebrado después, sirvió para que los manifestantes atosigaran y se enfrentaran con los asistentes. Ante la creciente tensión, la policía acordonó la entrada, y más tarde cargaría contra el centenar de radicales.
Tanto el grupo estudiantil como los asistentes al acto de Vox intercambiaron cánticos y eslóganes. Se escucharon "os mataremos como en Paracuellos" y "os mataremos como en el 36", entre otras referencias a la violencia o a la memoria de la Guerra Civil.
La tendencia. No es la primera vez que Vox se enfrenta a una situación de estas características. Hace algunas semanas, en compañía de Ciudadanos, vivió enfrentamientos similares en Alsasua. El partido ha logrado trascender más allá de los márgenes de la política, y su carácter extremo (analizamos su programa y su discurso aquí) ha atraído, como un polo negativo, a otros radicales de extrema izquierda. Es un fenómeno, en gran medida, inédito en España.
Al menos desde la política mainstream. Ayer mismo el CIS entregaba un escaño a Vox en Andalucía. Otras encuestas sitúan a la formación de Abascal en el Congreso. A mayor visibilidad, es probable que sus mítines sufran el boicot de otros grupos de manifestantes. Y que la tensión crezca.
Imagen: Javier Lacort/Magnet
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