"No creo en el horóscopo, pero". Es la típica idea que podemos oírle a mucha de la gente a nuestro alrededor, e incluso muchos de nosotros nos reconocemos un poco en esas descripciones más o menos generales que nos definen según nuestros signos zodiacales. En varios de los trabajos en los que he estado había alguien que cogía el periódico y le echaba un vistazo a las predicciones de las tarotistas sobre lo que iba a pasarle esa semana Pero al parecer los japoneses también pueden ganarnos a supersticiones absurdas.
Uno de los países más desarrollados intelectual y tecnológicamente del planeta se halla sumido en una obsesión por catalogar a la gente en función de su grupo sanguíneo. Allí la sangre define quién eres y cómo te comportas, y puede llevarte a sufrir bullying o incluso a perder tu trabajo y tu pareja.
La sangre ha sido algo muy importante para las culturas y los pensadores clásicos de milenos atrás, como bien puede demostrar Aristóteles. Sin embargo la pasión por la sangre de los japoneses se disparó en los años '20. "El estudio del temperamento a través del tipo de sangre", publicado en su Psychological Research por el profesor Takeji Furukawa. Los trabajos de Furukawa no tenían unos fundamentos científicos lo suficientemente acreditados, pero eso no impidió para que el cuerpo militar empezara a elaborar algunos pequeños estudios sobre el "soldado sanguíneamente ideal".
La catalogación
De hecho, el gobierno nipón se valió de los estudios de este doctor para defender que los japoneses debían mezclar su sangre con el pueblo taiwanés, ya que por aquel período éstos luchaban por su autodeterminación combatiendo a los japoneses que habían invadido sus tierras. Los taiwaneses, con hasta un 40% de población con sangre del grupo O según sus informes, atacaban a los pobres colonos sólo por su predisposición sanguínea a la violencia.
Eran unos "sangre sucia", como definirían los mortífagos de Harry Potter. O unos "destructores de cultura", que dirían los nazis. Como seguramente ya te habrá picado la curiosidad, estos son los rasgos generales según cada grupo:
- Grupo A o Granjeros: reservados y propensos a preocuparse, perfeccionistas y sensibles, como Britney Spears y Adolf Hitler.
- Grupo O o Guerreros: decisivos, seguros de sí mismos, curiosos y perfectos para el deporte, tal y como Elvis Presley e Isabel II.
- Grupo B o Cazadores: encantados por ayudar, extravagantes y librepensadores, como Jack Nicholson
- Grupo AB o Humanistas: exigentes, distantes y aptos para las artes, como Mao Zedong.
Esta teoría decayó en picado después de los años 30, cuando se había demostrado que no había evidencias estadísticas para catalogar a la gente según nuestros glóbulos rojos. Hasta que llegó Masahiko Nomi, un periodista sin conocimientos científicos que en el transcurso de la década de los 70 publicó hasta 30 libros sobre la materia.
Y resurgió la flujomanía en el país, con más pulso que nunca. No importó que los expertos desacreditasen sus resultados o que otros colegas le acusaran de basarse en datos estadísticamente irrelevantes, trabajos como Estudio de la Afinidad de los Grupos Sanguíneos, (el primer volumen) o Esencia del Grupo Sanguíneo (una colección de perfiles de personajes de renombre y la vinculación de sus personalidades a su sangre) hicieron que el pueblo le cogiera el gusto a esas cuatro categorías incompatibles.
Desde finales de los años 70 algunos programas matutinos así como periódicos incluyen predicciones de futuro según seas A, B, AB u O. Las revistas femeninas tienen apartados específicos para hablar de las cuestiones de personalidad según la sangre, es habitual que los famosos expongan su categoría sanguínea, y en las fichas infantiles de los jugadores de Béisbol su sangre aparece junto a su altura o área de nacimiento.
Superstición y nicho de mercado
Y la obsesión no ha parado de crecer. Novelas y series de anime cuyo argumento central es la incompatibilidad entre parejas por ser de dos categorías opuestas, máquinas que venden bolas aromáticas, condones o ropa interior según algún de estas cuatro categorías, agencias matrimoniales que tienen muy en cuenta tu personalidad AB antes de seleccionarte al candidato ideal, etcétera. Desde hace tiempo son los propios creadores de ficción los que hacen que los personajes, también los de las series infantiles, se construyan encajando en las supuestas características de cada grupo sanguíneo.
Hay videojuegos en los que el tipo de sangre es uno de los factores para la elección del avatar del jugador. En muchos países asiáticos, Facebook permite que sus usuarios incluyan su grupo sanguíneo en la información de su perfil.
Es decir, que ese efecto Forer que hace que nos veamos identificados al leer nuestro perfil del horóscopo ha dado totalmente la vuelta en el país nipón: como descubrieron en una amplia investigación entre 1978 y 1988 los científicos Akira Sakamoto y Kenji Yamazaki, los estereotipos japoneses típicos sobre la sangre habían influido en la construcción de las personalidades de sus sujetos. La teoría de los tipos de personalidad según la sangre se había convertido en una profecía autocumplida.
La gente cree realmente que estas categorías influyen en su forma de ser y en la de la gente a su alrededor. Porque, aunque la gran mayoría de los japoneses a día de hoy dice no creer firmemente en esta teoría, sí reconocen que "algo de razón lleva". El 90% de los ciudadanos del país es consciente de su grupo sanguíneo y lo tiene en cuenta a la hora de comportarse o realizar distintas acciones. Es sintomático que un político saliera hace tres años por televisión achacando un desliz diplomático a su sangre de tipo B.
Por supuesto, la realidad a veces tampoco ayuda a romper con estas creencias. Como se comentó ampliamente después de los juegos de Beijing, el equipo femenino japonés de softbol se había llevado el oro a casa gracias al dedicado y exclusivo entrenamiento por el que se había elegido la posición del jugador según el famoso sistema de catalogación sanguíneo.
"Eres AB, así que mejor no te contratamos"
Nosotros, los occidentales, también convivimos con este tipo de ilusiones en nuestro día a día. Sería hipócrita criticar a los japoneses cuando muchos de nosotros hacemos esporádicamente tests de personalidad en redes sociales (¿quién no necesita saber a qué Princesa Disney se parece?) y defendemos las personalidades de Jung como si de ciencia se tratase. Pero el problema aparece cuando estos ejercicios de entretenimiento se convierten en algo más serio.
Si nos fiamos de lo que cuentan en The Guardian y BBC, hay guarderías del país asiático que dividen a los preescolares en las aulas según su condición sanguínea, influenciando desde muy temprana edad en la construcción de la personalidad de los pequeños y, lo peor de todo, fomentando que unos niños hagan bullying sobre otros. "Bura-hara" es el término con el que se conoce allí a la práctica de acosar a alguien por su sangre. Parece que se han dado casos de empleadores que exigen saber el grupo de los candidatos a un puesto, y también de compañías que dividen y reasignan distintas tareas dependiendo de tu plasma.
No hemos encontrado ningún juicio por discriminación según la sangre, con lo que podríamos estar hablando de casos muy puntuales. Pero siendo como es este tema algo ubicuo en su cultura, no parece descabellado que esté influyendo en las decisiones de distinto tipo dentro de la nación.
Una versión anterior de este artículo fue publicada en agosto de 2017.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario