Corrupción, acuerdos entre bastidores, nepotismo, enjuiciamientos y soborno. Independientemente de su sistema de gobierno, el sector público juega un papel vital en el establecimiento de su movilidad económica y libertades políticas. Medir la corrupción, el abuso de poder para beneficio privado, revela cuán igualitario es realmente un sistema.
Durante más de una década, el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional ha sido la métrica más utilizada en el mundo para calificar la corrupción. Al agregar múltiples análisis de expertos de países y negocios, el índice asigna a cada país un puntaje en una escala de 0 a 100, donde 0 es altamente corrupto y 100 es muy limpio.
Este mapa, publicado por Visual Capitalist y con datos del IPC de 2021, ilustra la corrupción en países de todo el mundo.
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En la parte superior, con puntuaciones de 88, se encuentran los países nórdicos como Dinamarca y Finlandia, así como Nueva Zelanda. Han superado constantemente el IPC durante la última década, y Europa cuenta con 14 de los 20 países menos corruptos. Asia también tiene muchos participantes notables, incluidos Singapur (empatado en el puesto 4), Hong Kong (puesto 12) y Japón (empatado en el puesto 18).
América, sin embargo, solo tiene dos países entre los 20 menos corruptos: Canadá (empatado en el puesto 13) y Uruguay (empatado en el puesto 18). EEUU ostenta el puesto 28 justo detrás de Bután, los Emiratos Árabes Unidos y Francia.
Los peor parados
Por otro lado, en la cola del ranking hay muchos países que actualmente e históricamente atraviesan conflictos, principalmente ubicados en el Medio Oriente y África. Incluyen Afganistán, Venezuela, Somalia y Sudán del Sur (este último en el peor puesto).
Somalia, por ejemplo, ha ostentado el indeseable título de país más corrupto del mundo durante los últimos diez años, con una puntuación de 10 en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2016, que clasifica al sector público de los países de cero a 100. Estos países con una puntuación más baja se consideran más corruptos y, en general, se caracterizan por la impunidad de la corrupción, la mala gobernabilidad y las instituciones débiles, según el informe.
Sudán del Sur, un país relativamente nuevo que obtuvo su independencia de Sudán hace solo seis años, tiene una puntuación de 11. El tercer país más corrupto es Corea del Norte, seguido de Siria, un país devastado por la guerra que actualmente está viendo una salida masiva de refugiados.
Los países de Medio Oriente han sufrido a su vez las peores caídas en el índice, encabezados por Qatar, que cayó 10 puntos respecto al año anterior debido a escándalos como la decisión de la FIFA de organizar la Copa del Mundo 2022 en medio de informes de abuso a trabajadores migrantes.
El ciclo de corrupción que alimenta la desigualdad social ha llevado a los ciudadanos desencantados a recurrir a políticos populistas. Y probablemente estos empeoren el problema de la corrupción. "En países con líderes populistas o autocráticos, a menudo vemos democracias en declive y un patrón inquietante de intentos de reprimir a la sociedad civil, limitar la libertad de prensa y debilitar la independencia del poder judicial", explicaba José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional.
Hungría y Turquía, por ejemplo, que están experimentando el ascenso de líderes autocráticos, han visto caer sus puntajes de corrupción, mientras que Argentina, que derrocó a un gobierno populista a fines de 2015, muestra signos de mejora.
La corrupción es también un complejo fenómeno social, político y económico que afecta particularmente a la mayoría de los países en América Latina. Venezuela es donde esta percepción es la más alta con tan solo 14 puntos y en la posición 177 de toda la lista. Le siguen Nicaragua y Haití con un puntaje 20 y luego Honduras, con 23 puntos.
En el otro extremo, Uruguay es donde menos se percibe corrupción en la región y con 73 puntos ocupa el lugar 18 a nivel internacional. Luego vienen Chile (67 puntos), Costa Rica (58) y Cuba (46): los únicos cuatro que superan la puntuación media de 43 en toda América.
Transparencia Internacional pone el ojo este año en Centroamérica, donde muestra especial preocupación por el creciente autoritarismo en Nicaragua y El Salvador. En Nicaragua, la concentración de poder en el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha permitido que se violen los derechos humanos y se pasen por alto las elecciones. En El Salvador, el gobierno del presidente Nayib Bukele ha restringido cada vez más el acceso a la información, acosando a sus críticos y ha mostrado una "grave" falta de transparencia en el gasto de fondos públicos.
México, por otro lado, con 31 puntos, no ha avanzado nada este año a pesar de la "fuerte" retórica anticorrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador y destaca los grandes escándalos de corrupción que involucran a colaboradores del gobierno y las críticas que existen en el país sobre el uso político de la Fiscalía General de la República.
Cómo ha cambiado en la última década
La corrupción es un problema global constante y en movimiento, por lo que también es importante medir qué países han mejorado (o empeorado) su imagen. Mediante el uso de puntuaciones del IPC que se remontan a 2012, podemos examinar cómo han cambiado las puntuaciones de los países durante la última década:
El escalador más grande con +18 fue Seychelles, el país más pequeño de África y también el menos corrupto con una puntuación de 70. Otras mejoras notables incluyen a los países vecinos Estonia, Letonia y Bielorrusia, con Estonia subiendo entre los 15 países menos corruptos. En el lado opuesto, tanto Australia (-12) como Canadá (-10) han salido de los 10 países menos corruptos en la última década. A ellos se unen las bajadas en Hungría (-12) y Siria (-13), que ahora está clasificado como el segundo país más corrupto del mundo.
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