Para crecer en el gran negocio del turismo premium, España se ha dado cuenta de que necesita algo: mayordomos de lujo

  • El turismo de "alta gama" ha ganado peso en el sector y las previsiones apuntan a su crecimiento

  • "Si queremos recibir a un turista de calidad, necesitamos unos buenos servicios de mayordomía"

Nunca, ni antes de la pandemia, el turismo había afrontado un escenario tan optimista en nuestro país. Al menos en lo que a cifras se refiere. El sector espera alcanzar un récord de afluencia y gasto este año y acaricia la perspectiva de llegar a 2040 con España convertida en el gran destino turístico del planeta, por delante incluso de Francia. Eso sí, no todos los visitantes que deciden veranear en Madrid, Barcelona, Cantabria o Canarias son iguales. Los hay que ojean a diario la web de Ryanair a la caza de la mejor oferta de última hora. Y los que están dispuestos a gastarse más de 20.000 euros por noche en un hotel de cinco estrellas.

Entre estos últimos las perspectivas también son buenas.

Tanto, que el auge del turismo premium está aumentando la demanda de un profesional hasta ahora poco conocido: los mayordomos de lujo.

Turistas sin presupuesto. España gusta a los turistas. Mucho. Gusta a los que viajan con poco más que una mochila a la espalda. Y a los que salen de su hotel de cinco estrellas sin preocuparse de cuánto van a gastar. Esto último lo demostró el año pasado un estudio de la consultora McKinsey & Company que dejó botando un par de cifras reveladoras: en apenas seis años la oferta de hoteles de lujo en España aumentó un 27%, la afluencia de visitantes de "alto impacto" se disparó un 20% y los ingresos asociados al "turismo de alta gama" crecieron de forma sensible, entre un 5 y 8% anual, duplicando la tasa de crecimiento del perfil tradicional.

Los autores del estudio de McKinsey & Company fueron más allá y calcularon la huella del "turismo de alto impacto" en la economía del país. Su conclusión es que tiene un impacto económico directo milmillonario y solo en 2022 se movilizaron seis millones de turistas con este perfil. Si se amplía el foco y se tiene en cuenta el conjunto del sector del lujo en España las cifras son igualmente desorbitadas.

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Buenas perspectivas. Las perspectivas también son buenas. O al menos así lo espera el sector. A finales de 2023 Circulo Fortuny divulgó otro estudio, elaborado de nuevo por McKinsey, en el que se hablaba de una previsión de crecimiento para el sector de la alta gama de entre el 7 y 9% anual hasta 2027, lo que lo situaría ese año entre 23.000 y 27.000 millones de euros.  Sus autores prestan una atención especial al turismo y mercados como China, EEUU o los países del Golfo.

Hace poco, durante un congreso organizado por Elite Excellence-Federación Española de Lujo y Madrid Open Cities en el que se compartieron previsiones de crecimiento, el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, recordó el aumento de los hoteles de cinco estrellas en la ciudad, con varias decenas.

Incluso la web oficial de Turismo de España ha puesto la vista en el nicho de negocio premium, insistiendo en el catálogo de servicios que ofrece Madrid a los viajeros que buscan el lujo, como restaurantes con Estrella Michelín, alojamientos de cadenas exclusivas, spas, calles dedicadas al comercio de lujo y oferta de ocio. La oferta se extiende también a otros puntos de España, como Cataluña, Baleares, Valencia o Canarias, donde JLL asegura que el 94% de los proyectos hoteleros en desarrollo se corresponden con alojamientos de cuatro o cinco estrellas.

Algo más que hoteles. Para consolidarse como destino de lujo y captar a los turistas dispuestos a gastarse pequeñas fortunas durante sus vacaciones no llega con tener restaurantes Michelín, spas, puertos deportivos exclusivos u hoteles de las cadenas Four Seasons o Ritz. Hacen falta además profesionales, técnicos con formación y experiencia en el sector. Su rol es lo suficientemente importante como para estar impulsando la demanda de mayordomos de lujo, como revela El Mundo en un reportaje en el que habla de un "boom" en la búsqueda de este perfil.

"El huésped de ultralujo es mucho más exigente y se encuentra con que hay pocos trabajadores especializados. Hablamos de un turista que paga 24.000 euros por noche y no puedes poner a atenderle a personal sin experiencia. En España se ha descuidado mucho la atención directa al cliente", explica al diario Juan de Dios, CEO y fundador de la International Butler School. Hace dos años lanzó además la Escuela de Lujo precisamente para que los profesionales que ya están en el sector profundicen en sus conocimientos sobre protocolo, concierge, yates o boutiques.

Más (mucho más) que llevar bandejas. Que se llamen mayordomos no significa que se ajusten al arquetipo creado por Hollywood. Lo que se espera de los asistentes del siglo XXI es distinto, mucho más que llevar bandejas o deshacer el equipaje. En Escuela de Lujo se imparten por ejemplo lecciones sobre protocolo, etiqueta, comunicación verbal y no verbal, seguridad, cultura china, árabe, japonesa y rusa u organización de actos, entre otros conceptos.

Su misión no es solo encargarse de las necesidades de sus clientes, deben anticiparse a ellas. Y el sueldo, claro, va en consonancia: El Mundo habla de 45.000 euros anuales para un mayordomo junior con tres años de experiencia y buen nivel de inglés, una suma considerable que en el caso de un profesional senior con mayor experiencia puede irse a los 80.000 euros. Si el oficio se desempeña en otros países la cantidad llega a multiplicarse con creces.

"No estábamos preparados". La CEO de Spain is Excellence, Ana Alonso, confirma que si bien hasta hace no mucho España no era un destino referente en los circuitos del turismo de lujo, ha empezado a recibir viajeros de nivel elevado. "Y no estábamos acostumbrados para estos clientes. Si queremos recibir a un turista de calidad, necesitamos buenos servicios de mayordomía. Faltan más prestaciones de concierge y formación en todos los hoteles", anota. Además del mayordomo, en el sector operan otros perfiles, como el house manager o cliente advisor.

Todos se orientan al mismo fin: garantizar que los clientes premium tengan una experiencia de su pleno agrado, en consonancia con las elevadas sumas que pagan. No importa que eso pase por documentarse sobre sus gustos antes de su llegada para prepararle su postre favorito y decorar su cuarto al gusto o recorrer todas las tiendas de Madrid para localizar su variedad de aceituna predilecta.

¿Quién dijo imposible? Prueba de la demanda y el interés que despierta el perfil es que hay diferentes centros que se encargan de formar a profesionales. En 2020 Vanitatis hablaba por ejemplo con La Alberta Group, dedicada a preparar a "ángeles personales", profesionales pensados para los millonarios más selectos. "Se encargan de todo tipo de tareas, tanto personales como profesionales, tienen que ser capaces de encontrar unos zapatos vintage Dior de 1976 y también saber organizar una home office y leer las cuentas de una empresa", explican.

El desafío del sector turístico en España, como explica Alonso, es que durante sus estancias en los alojamientos más exclusivos sigan disfrutando de los servicios que tiene en su hogar. Y en ese empeño y a medida que abren nuevos hoteles de lujo y los alojamientos miman sus departamentos de concierge y mayordomía, hay un perfil que destaca: el de los mayordomos del lujo con formación y experiencia.

Imagen | Louis Hansel (Unsplash)

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