Jeff Bezos acaba de anunciar que destinará 10.000 millones de dólares para "combatir el impacto devastador del cambio climático". Sin embargo, las constantes movilizaciones de colectivos como Trabajadores de Amazon por la Justicia Climática evidencian que existe una contradicción entre las promesas sostenibles de su fundador y la realidad. Aunque se ha comprometido a eliminar la huella de carbono de la compañía para 2040, actualmente están lejos de esa realidad, entre otras cosas.
Fundación millonaria. Tal y como el creador de Amazon comunicó en su última publicación de Instagram, la finalidad de la Bezos Earth Fundation será donar 10.000 millones de dólares a estudios científicos, activistas y ONGs cuyo denominador común sea la protección del medioambiente. Para llevarlo a cabo y estudiar las mejores propuestas, diseñarán un sistema de becas que comenzará a funcionar este mismo verano.
"Quiero trabajar junto a otros para amplificar las formas conocidas y explorar nuevas maneras de combatir el impacto devastador del cambio climático en este planeta que todos compartimos", explicó Bezos en una parte de su publicación.
Promesas. Conscientes del impacto ambiental que deja el transporte de mercancías por tierra y aire, Bezos prometió reducir a cero su huella de carbono para 2040, cumpliendo así con el Acuerdo de París. Para alcanzar el horizonte de la neutralidad, Amazon dispondrá de una flota de vehículos eléctricos en 2021 y, para 2024, pondrán en circulación 100.000 camiones cero emisiones.
A pesar de las buenas intenciones que hay detrás de la implementación del transporte, las devoluciones siguen siendo una de las grandes lacras de este tipo de negocios. Según la compañía que gestiona esta logística, cada año se desperdician unas 2.268 toneladas de productos no usados, una cifra que equivale a 15 millones de toneladas métricas de CO2, el equivalente al gasto anual de Estonia en materia de CO2.
Contradicciones. Aun así, Amazon sigue siendo una de las tecnológicas que menos energías renovables utiliza. Solo un 17% de su consumo procede de fuentes renovables, mientras que Apple utiliza un 82%, según el mismo informe. En la misma línea, el pasado 2017, Bezos prometió que 50 de sus instalaciones funcionarían con energía solar para el año 2020. Por el momento, continúa sin haber noticias a este respecto. Igualmene, desde el punto de vista energético, el colectivo más crítico de la compañía denuncia los contratos de Amazon con la industria del gas y el petróleo.
Huelga climática. Aunque el compromiso de la empresa de cara a los próximos 20 años es atractivo, para una parte de los trabajadores no es suficiente y por ello han organizado varias movilizaciones y una huelga para mostrar su rechazo. El pasado mes de septiembre, durante la cumbre del Clima de Nueva York, el colectivo Trabajadores de Amazon por la Justicia Climática organizó una huelga de 24 horas para pedir que Amazon sea cero emisiones en 2030 y no en 2040.
Además, un nuevo manifiesto firmado por el mismo colectivo a principios de este año, critica la política de comunicación exterior de la empresa que prohíbe a los trabajadores dar detalles sobre sus rutinas de trabajo.
Beneficencia. Hasta el anuncio de la Bezos Earth Fund, el CEO de Amazon era la persona más rica del mundo que, paradójicamente, menos dinero destinaba a la beneficiencia. Según las cifras consultadas por la revista Forbes, en 2018, Bezos tan solo destinó a la filantropía el 0,1% de su riqueza total. Es decir, de los $160.000 millones acumulados durante ese periodo solamente 131 fueron invertidos a causas sociales.
Imagen: Pawan Sharma/AP