Cuarenta y cuatro años después de su fallecimiento, Francisco Franco ha abandonado el Valle de los Caídos. El proceso de exhumación acapara hoy todas las portadas de la prensa nacional. Es lógico. El estatus monumental de su tumba ha tenido siempre un carácter controvertido, y el traslado del féretro a El Pardo, donde la familia ha decidido inhumarlo de nuevo, tiene notables consecuencias políticas. Es un tanto para el gobierno socialista de Pedro Sánchez, y también un motivo de disputa para sus rivales, desde Pablo Casado hasta Pablo Iglesias. Todos entreven motivos electoralistas en la medida.
Todos llevan razón.
Pese a ello, el fin del carácter apologético del Valle de los Caídos es un triunfo para el gobierno socialista, tras casi cuatro décadas de abierta glorificación del dictador. Su traumática construcción (realizada con más de 20.000 prisioneros de la Guerra Civil, en un trabajo forzado) y las nítidas implicaciones ideológicas de su mera existencia suponen el fin de una etapa iniciada hace años con la Ley de Memoria Histórica, la retirada de estatuas y el cambio a los nombres de calles dedicadas a figuras franquistas. España, hoy, reabre y vuelve a cerrar una herida vetusta.
¿Una que merezca monopolizar parte de la semana en torno a una lápida y a un puñado de fanáticos franquistas, más fruto del folclorismo ideológico patrio que de una representación real de las sensibilidades del electorado contemporáneo? El espectáculo en torno a la exhumación (helicóptero y monjes radicalizados incluidos) soslaya otras noticias que son menos simbólicas, pero probablemente más importantes para el día a día de los españoles o del resto del mundo. Aquí van un puñado de asuntos que bien podrían acaparar los titulares frente a Franco.
Otro mal dato del paro
En septiembre los datos del paro no auguraban nada positivo para la economía española: el número de desempleados había aumentado en 54.000 durante los meses de verano, una cifra inédita desde 2010. Hoy la Encuesta de Población Activa ha confirmado la tendencia: el tercer trimestre del año registró apenas 69.000 nuevas contrataciones, el peor dato desde 2012, en pleno cataclismo económico. España acumula 346.000 nuevos empleos a lo largo de 2019. Son pocos. El ritmo interanual de creación de trabajos queda ya por debajo del 2%, cuando a inicios de año superaba el 3%.
Otra señal de la crisis que viene: el sector público ya está creando más empleo que el privado. La EPA apunta a un 2020 difícil.
Una deuda del 125%
Junto al paro estructural y la renqueante recuperación económica, España afronta otro grave problema económico, uno arrastrado desde años. La deuda. El último informe de Moody's, una de las agencias de calificación de deuda más importantes del mundo, dibuja un futuro negro para los países deudores. La de España podría superar el 125% del PIB si las actuales tendencias de envejecimiento se sostienen. Similar destino sufrirán Italia o Japón, los países responsables de las dos mayores deudas públicas del mundo. Con un crecimiento vegetativo estancado, cuando no negativo, su economía se contraerá.
Como resultado, la economía dependerá cada vez más de acreedores externos. Es un problema a largo plazo que podría constreñir el crecimiento de España durante décadas.
La represión en Chile
Las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera se prolongan ya por tres semanas y han derivado en un permanente enfrentamiento callejero entre los manifestantes y las fuerzas del Estado. La represión del Ejército ha ido al alza. Hay ya más de 2.100 detenidos y alrededor de 15 muertos, aunque grupos activistas denuncian que son más. Se han difundido vídeos del ejército lanzando a hombres heridos desde furgonetas en plena calle, durante la noche. Un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos suma 22 heridos graves y acusa a las fuerzas de seguridad de cometer abusos sexuales y violaciones.
Por supuesto, el rumor sobre nuevos "desaparecidos", uno de los grandes traumas de la historia de Chile y Argentina, ha vuelto a reflotar, aunque el propio INDH le da poca credibilidad. Sí denuncia, no obstante, la violación de derechos humanos por parte del ejecutivo. Todo ello en un contexto de permanentes enfrentamientos urbanos y que difícilmente se apagarán: hoy hay una huelga general convocada.
Bolivia abierta en canal
Otro país latinoamericano sumido en una grave crisis institucional. Bolivia celebró elecciones generales hacen unos días, y los resultados supusieron un importante varapalo para Evo Morales. Su partido perdió más de catorce puntos porcentuales de apoyo. La oposición ha denunciado rauda un "golpe de Estado" por las irregularidades detectadas en el recuento, lento, exasperante y confuso. Morales ha negado todas las acusaciones. La disputa se da tras años de férreo control estatal por parte del dirigente, y de reformas constitucionales para afianzar su poder. Es un confrontamiento político total, como tantos otros en Sudamérica.
Y uno que ha comenzado ha trasladarse a las calles. Los manifestantes partidarios de uno y otro bloque han tomado las calles de Santa Cruz y de La Paz. Como relata esta crónica de El País, se escuchan detonaciones, cargas y enfrentamientos violentos. Otro escenario volátil.
39 muertos en un camión
Quizá la noticia más surrealista de la semana: la policía británica ha hallado 39 ciudadanos chinos muertos en un camión que cruzaba el país. El camión fue detenido en Essex, una región al norte de Londres, proveniente de Zeebrugge, en Bélgica. Las autoridades han realizado diversos registros en el condado de Armagh, en el sur de Irlanda del Norte, región de la que proviene el conductor. Hace algunos años se produjo un suceso similar cuando otros 58 inmigrantes chinos fueron hallados muertos en el contenedor de un barco que había atracado en Dover. Se cree que las organizaciones criminales podrían estar involucradas.
1.000 millones perdidos por el carbón
El carbón se encuentra en fase terminal. Un nuevo estudio calcula que el 79% de las centrales térmicas de Europa ya no son rentables, esto es, sobreviven gracias a los subsidios públicos, y que las pérdidas para las tenedoras de las instalaciones suman ya 6.600 millones de euros. España es uno de los países más afectados (el segundo, sólo superada por ese titán del carbón que sigue siendo Alemania), con pérdidas que podrían rondar los 1.100 millones de euros. Los factores son variados, pero en su decadencia ha jugado un rol fundamental el abaratamiento de las energías renovables, y la apuesta de los estados por ellas.
La próxima década será la de cierre progresivo y definitivo del carbón.
Cada vez más ricos, cada vez más pobres
"Desigualdad" es la palabra de la década. Los ricos son cada vez más ricos, mientras los pobres, si bien no son más pobres, están cada vez más lejos de las clases altas. En España también ha sucedido. El número de súperricos (personas que poseen más de 50 millones de dólares) ha aumentado un 5,3% respecto al año anterior. El 3,9% de tan peculiar grupo humano reside en España, con el abanico de sospechosos habituales a la cabeza. Un dato paralelo: desde el inicio de la crisis, el 10% más pobre de España ha perdido un 40% de su poder adquisitivo, mientras el 1% ha ganado un 21% más.
Como vimos ayer, es una receta para soluciones políticas autoritarias.
Imagen: Juan Carlos Hidalgo/G3