Desde que Linneo se sentó a clasificar los seres vivos existentes allá por el siglo XVIII, mucho ha llovido en cuanto a las especies y a cuál es su verdadera filogenia u origen. Con la lectura del ADN y demás avances cada vez está más claro relacionar organismos y poder categorizarlos, pero ¿qué ocurre con los que aún no se sabe si son seres vivos?
En la actualidad existen cuatro reinos: animalia, plantae, fungi, protista, y los dominios archaea y bacteria que se consideran reinos en la práctica. Estos grandes grupos sirven para clasificar todo bicho viviente, desde los micoplasmas hasta la ballena azul, sin embargo no está claro dónde colocar a los virus por una sencilla razón: no hay un acuerdo en su condición de ser vivo.
Puede que esto sorprenda un poco dado que de alguna manera u otra habremos sufrido su actividad, ya sea en una gripe o en uno de esos procesos víricos tan fugaces como fatídicos. Pero tanto su ciclo de "vida" como sus mecanismos de acción y replicación hacen que no cumplan per se la definición de ser vivo y que aún hoy en día se discuta su condición a este respecto.
¿Un muerto viviente?
La definición de ser vivo es ésa que nos grabaron a fuego de pequeños, sí. Eso de momento sigue inmutable, si bien aquellos cuatro elementos iniciales ahora son seis, siendo así la vida la capacidad de nacer, crecer, metabolizar, responder a estímulos externos, reproducirse y morir. Algo que cumplen seres complejos como los vertebrados o aquellos tan simples como los micoplasmas.
Por su parte, los virus se saltan algunos de estos pasos o, mejor dicho, no los realizan por sí mismos. En efecto, la patogenia de los virus (lo que notamos cuando los sufrimos) es la consecuencia de que han invadido nuestras células y que, además de romperlas, se diseminan por nuestro organismo ocasionándonos molestias o síndromes graves (como en el caso de la hepatitis o el VIH). Pero esto ocurre sólo si el virus contacta con nuestras células, y hasta que lo hace permanece en el ambiente inerte, como una espora (las "semillas" que crean algunos organismos como los hongos).
¿Por qué el virus no es capaz de replicarse per se y cómo aguanta hasta el momento? Estas condiciones especiales se deben a su particular y sencillísima estructura. Tomando la mínima estructura de vida (según la teoría celular), una célula, éstas tienen por sencillas que sean lo esencial para crecer y replicarse en su momento: material genético y orgánulos rodeados de una membrana.
Estas estructuras trabajan como en una fábrica coordinadas por el material genético y procesando aquello que proporciona el ambiente para obtener energía hasta que se dan las condiciones para la división y un nuevo inicio de vida (dos si se trata de una división celular). Los virus, por su parte, sólo tienen como mínimo material genético y una cápsula (cápside), por lo que han de tomar prestados los mecanismos para replicarse. En este vídeo de College of Natural Sciences Video podemos ver una animación de cómo se produce el proceso de infección (en este caso de un T7, un bacteriófago de la Escherichia coli).
Lo que ocurre es que no se trata de un préstamo amable, sino de un robo a mano armada que la célula atracada acaba pagando con su vida cuando el virus se ha replicado miles de veces y ésta revienta, dejándolos salir. Cada uno de estos virus es una copia (hasta cierto punto) del inicial y se repite el ciclo: fase latente, invasión y replicación, pero siempre a costa de otro y no por sí mismo.
El debate desde dentro
En la actualidad sigue la dualidad de opiniones en la comunidad científica con respecto a si los virus son meras estructuras que interactúan con las células vivas, o bien se trata de formas de vida per se. Aunque durante años ha permanecido como general la opinión de que no son estructuras vivas dado que carecen de metabolismo propio, algunos trabajos como el de septiembre de 2015 de unos investigadores de la Universidad de Illinois hacen que haya científicos que los consideren entidades vivas.
En este caso Caetano-Anolles y Nasir plantean que al haber al menos 442 plegamientos de proteínas en común entre células y virus debe existir una raíz común, es decir, que los segundos provengan de las primeras. De este modo, el proceso "actual" de los virus (activarse en el interior de una célula) sería la "restauración de su existencia celular", según explica Nasir.
A este respecto, Fernando García-Arenal Rodríguez, Catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, nos explica que éste es un tema que se trató en detalle en uno de los congresos de la Sociedad Española de Virología. Para él depende de que se entienda por vida:
- Si entendemos como unidad mínima de vida la célula (teoría celular), los virus no son seres vivos.
- Si algo vivo es algo que crece, se reproduce y muere, sí son seres vivos (como las bacterias). Ademas, los virus mutan, lo cual es una propiedad intrínseca de lo vivo.
Hemos podido contar además con la opinión de José Antonio López, profesor de Microbiología en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, director del Departamento de Cultura Científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO). Un importante divulgador que tiene espacios como El laboratorio de JAL o Entre probetas en RTVE donde se tratan temas más allá de la microbiología.
Sobre el debate de los virus nos pone en antecedentes. Recuerda (como asistente al XIth International Congress of Virology en Sydney) que el Comité Internacional de Taxonomía Vírica decidió casi por consenso que, puesto que los virus no tenían capacidad de intercambio de energía libre con el medio (metabolismo propio), se consideraría a éstos organismos no vivos con capacidad de acceder a la maquinaria metabólica de la célula que infectan.
Personalmente, José Antonio considera que reúnen prácticamente todas las características que se le atribuyen a un ser vivo. Además los compara con las bacterias que son parásitos celulares obligados, es decir, que también necesitan una célula para vivir y que sí se consideran organismos vivos.
Es algo que digo también a mis alumnos: [los virus] son capaces de evolucionar, son capaces de adaptarse, son capaces de replicarse, son capaces de modificar la célula que infectan provocando enfermedades
Seres vivos con su propio grupo
Nos explica la tendencia actual a considerar un nuevo dominio taxonómico para ellos. Stefan Luketa, del Departamento de Biología y Ecología de la Universidad de Novi (Serbia), ya publicó de hecho un trabajo en este sentido proponiendo una nueva nomenclatura basada en nuevos sufijos para cada categoría, proponiendo el nuevo dominio virusbiota para los virus.
En la introducción os citábamos los seis dominios actuales así como la situación de no poder incluir a los virus en ninguno de ellos, y es por eso que se considere un nuevo dominio para éstos.
Actualmente hay gente tratando de conseguir un dominio taxonómico sólo para ellos, es decir, para los seres "sin célula". A mí me parecería bien que existiese.
A este respecto José Antonio recuerda la gran variabilidad de la virosfera. Sólo ya de manera superficial nos podemos hacer una idea de la variedad de especies que hay sólo pensando en las enfermedades que nos causan, como la gripe, el sarampión, la malaria o el Zika. No en vano, se trata de un grupo muy variado en el que además encontramos elementos como los priones, que son proteínas (es decir, algo estructuralmente mucho más básico que un virus) con la capacidad de autorreplicarse (uno muy conocido fue el causante de la enfermedad de "las vacas locas" o encefalopatía espongiforme bovina).
La virosfera es muy amplía. Tenemos organismos infecciosos que son meramente proteínas (los priones), que son una molécula circular de ARN (los viroides), virus defectuosos que requieren de otros virus para replicarse, virus que son parásitos de otros virus... Y en el otro extremo tenemos también virus inmensos, que llegan a tener hasta casi su propio sistema inmune, un sistema parecido al que tienen las bacterias con el CISPR para deshacerse de virus invasores.
José Antonio, además, nos comentaba la opinión al respecto de Antonio Alcamí, virólogo que actualmente se encuentra trabajando en la Antártida. Ambos han mantenido conversaciones al respecto y para Alcamí los virus sí son seres vivos.
Con respecto al trabajo que citábamos de Caetano-Anolles y Nasir en el que se proponía considerar a los organismos vivos por su posible origen celular, José Antonio comenta que no sería del todo adecuado. De hecho, hay tres hipótesis sobre el origen de los virus no excluyentes, sino todo lo contrario: que provienen de una célula primitiva, que evolucionaron de una célula parásita o que fue un camino independiente a la evolución celular de un caldo primigenio que dio pie a las primeras moléculas (bastante verosímil por la existencia de los ribozimas, moléculas de ARN que actúan como enzimas).
Considerarlos organismos vivos por origen no es del todo correcto, porque según ese mismo criterio una mitocondria [un "órgano" de las células] también podría serlo (al porvenir de una bacteria). Y además, la procedencia de los virus probablemente tampoco sea única.
Aún queda debate para rato
Pese a que el Comité Internacional de Taxonomía Vírica decidiese considerarlos organismos no vivos por ser una consideración mayoritaria en el momento, el debate sigue y como vemos existen argumentos tanto de una postura como de otra para tener una opinión al respecto. Por un lado, quienes se basan en los postulados de la teoría celular que asentaron Rudolf Virchow, Theodor Schwann y Robert Brown en el siglo XIX:
I. Todo en los seres vivos está formado por células o productos secretados por las células.
II. La célula es la unidad básica de organización de la vida.
III. Toda célula se ha originado a partir de otra célula, por división de ésta.
Por otro lado, como nos comentaba Fernando García-Arenal, la opinión de basarse en que es algo que crece, se reproduce y muere, algo para lo que nos comentaba los argumentos José Antonio. Mientras tanto, siguen siendo objeto de estudio y descubriéndose aspectos de ellos tanto a nivel de patologías como de su ciclo de vida y estructura, ya que (como las bacterias) no todos causan enfermedad y, de hecho, como nos comentaba también José Antonio, un 5-10% de nuestro genoma tiene origen vírico (somos mamíferos gracias a los virus).
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