Pese al ruido, el coronavirus nos ha hecho leer más periodismo (y menos noticias falsas) que nunca

La proliferación de noticias falsas desde el inicio de la epidemia ha sido una constante en redes sociales. Lo han advertido los gobiernos, siempre consternados por las mentiras ajenas, y lo hemos podido comprobar todos en cualquier grupo de WhatsApp. Abundan los mitos, las conspiraciones y las teorías sin fundamento. Uno podría pensar que no hay esperanza, que informarse bien en tiempos de crisis es una batalla perdida.

No es así.

Más calidad. Lo ilustra un estudio elaborado por un grupo de especialistas en las ciencias de la información de la Universidad de Michigan. Mediante dos herramientas distintas (popularidad de un contenido concreto en redes sociales, gracias a una plataforma llamada NewsWhip, e índice de fiabilidad y verosimilitud de un medio cualquiera, gracias a otra llamada NewsGuard) han descubierto algo sorprendente: en el pico de la crisis, los lectores se volcaron en los medios de calidad.

En cifras. ¿Qué significa esto? Lo sintetiza el índice Iffy Quotient, o qué porcentaje de los enlaces compartidos en redes sociales (Twitter y Facebook, fundamentalmente) proviene de medios dudosos, prestos a los bulos o muy sesgados. En enero de 2020 se ubicaba en 8,9% para Facebook y en torno al 11% para Twitter. Cuando el coronavirus estalla, en marzo, se desploma: cae al 5,9% a mediados de marzo en Facebook y al 9% en Twitter. La gente dejó de compartir historias falsas o tendenciosas.

Generalistas. Lo interesante no es tanto esto como el giro hacia los medios generalistas, de mayor rigor periodístico, seleccionados en base a este otro trabajo del año pasado. Medios como el New York Times, el Wall Street Journal, Bloomberg, Fox News o NPR, fiables y serios al margen de su línea ideológica. Pues bien, si en febrero sus enlaces tan sólo representaban el 9% en Facebook y el 13% en Twitter, a principios de abril ya habían llegado al 12,5% y al 15% respectivamente.

Hubo un giro. Hacia el periodismo de calidad.

Consistencia. Es algo que el sector experimentó en sus carnes, y que no sólo ha sucedido en Estados Unidos. El tráfico agregado de los medios generalistas españoles ha crecido hasta un 70% durante los últimos meses, el aumento más alto de entre los países de su entorno. Según Comscore, el tiempo dedicado a la lectura de contenidos en doce grandes medios europeos ha crecido entre un 46% y un 57% en relación al mismo periodo del año pasado. El aumento del interés es indudable.

Lo atestigua este informe (PDF) elaborado por Pepe Cerezo y al hilo del coronavirus: "Según los datos de un estudio realizado por el medidor de audiencias británico, Edelmann y Pamco, en la actual situación el 70% de los lectores entrevistados confían en las marcas de noticias que leen, lo que supone un incremento del 25%; por el contrario, la confianza en las redes sociales ha bajado un 29%".

¿Por qué? Lo explica Paul Resnick, uno de los autores del índice Iffy: "Cuando los mercados financieros se tambalean, la gente tiende a invertir su dinero en oro o en otros valores que perciben menos arriesgados. Durante los primeros días del confinamiento, hubo, aparentemente, una huida a la calidad análoga (...) La gente le prestó más atención a los medios fiables, y menos a sitios más dudosos". No por casualidad el tráfico de los sitios oficiales, gubernamentales, aumentó un 425% en marzo.

Esto contrasta con las alertas sobre los bulos (menos importantes que nuestro interés en estar bien informados). Pero también indica un problema mucho mayor: en redes tan especializadas en la información, como Twitter, la suma conjunta de enlaces a medios (fiables o no) apenas alcanzó el 25% en el mejor de los casos. La mayor parte del contenido no es informativo, sino promocional o de entretenimiento.

Paradoja. Es la gran puerta que el periodismo no logra tirar abajo, y la fuente de muchos de sus problemas. Hay otras formas de monetizar una inversión publicitaria. Lo cuenta aquí Miguel Carvajal, en un artículo muy extenso e interesante sobre la situación del sector post-coronavirus: no importa que el tráfico haya aumentado un 70% cuando la facturación publicitaria se ha hundido entre un 50% y un 80%. Lo que conduce a recortes. A menos recursos. A peor información.

Llovía sobre mojado, dado que 2019 ya fue un año malo en España. La única esperanza: en abril, medios como The Guardian o The Atlantic ganaron 30.000 suscriptores, y otros como el Financial Times o Bloomberg. En España, donde los generalistas han entrado ahora en el modelo de suscripción, El Diario ha incrementado su base de socios en un 24%. Veremos cómo aguanta el resto del sector un año negro.

Imagen: Roman Kraft/Unsplash

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