Ya no son el oro, la plata o las especias de América, sino el petróleo, lo contenedores llenos de bienes o los propios tripulantes y pasajeros, por los que se piden rescates a cambio de su liberación, pero la piratería sigue siendo un mal que azota determinados mares, en especial en el Índico y varios de los que bañan las costas de África.
Un peligro para el que muchos de los barcos que navegan por esas comprometidas aguas estaban poco preparados, pues hasta el momento la normativa española, siguiendo las leyes internacionales, no permitía que se llevasen armas a bordo con carácter general, y aquellas compañías que quisiesen proteger sus navíos debían obtener un permiso individual para poder contratar a personal de seguridad que navegase con ellos. Ahora eso ha cambiado.
Personal armado. Según informa El País, el Gobierno acaba de modificar la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante para que cualquier empresa naviera de nuestro país pueda contratar servicios de seguridad privada a bordo sin tener que pedir una autorización individual y previa para ello, como sucedía hasta ahora. Este personal podrá llevar aquellas armas necesarias para disuadir o repeler los abordajes.
Zonas calientes. El Golfo de Guinea, el Mar Rojo y el Cuerno de África son las zonas donde más actividad pirata se concentra en la actualidad en todo el mundo. Áreas por las que transita habitualmente buena parte del comercio marítimo que se da entre Europa, África y Asia.
De todas las zonas mencionadas, el Golfo de Guinea es, según los últimos informes del Departamento de Seguridad Nacional de España, el más peligroso y donde mayores actos de piratería, robo a mano armada, secuestros de marineros, pesca ilegal, contrabando y tráfico de drogas se producen a nivel mundial.
El Cuerno de África, que durante varios años fue el punto más caliente de la piratería internacional, ha disminuido su nivel de peligrosidad recientemente gracias a la Operación Atalanta de la Unión Europea, por la que buques militares de varios países miembro combaten a los filibusteros somalíes desde 2008.
Problemas para portar armas en los barcos. Los problemas para que los barcos de mercancías y pesqueros lleven personal armado a bordo quedaron bien retratados en la película 'Capitán Phillips', basada en un libro escrito por Richard Phillips, capitán de un barco mercante que fue asaltado por piratas somalíes en el Cuerno de África en 2009.
A la tripulación de estos barcos sólo se les permitía llevar elementos disuasorios que no fuesen de fuego, como mangueras de agua a presión, y para su defensa tenían que confiar en la intervención de las patrullas militares internacionales que custodiaban esas aguas, que a veces no llegaban a tiempo, como en el caso que inspiró este filme.
Cambios para mayor seguridad. Tras varios casos como el que se recoge en la cinta, como el que ocurrió con el barco español Playa de Bakio un año antes de que el capitán Phillips fuese secuestrado, el Gobierno de España decidió flexibilizar las normas sobre las armas en barcos mercantes y pesqueros y estableció que se podrían conceder permisos individuales para que las navieras pudiesen contratar personal de seguridad a bordo, como ya hemos comentado.
Con la nueva reforma, el Ejecutivo elimina este trámite burocrático y permitirá que todas las empresas cuyos barcos naveguen por aguas peligrosas contraten a personal armado sin solicitar permiso previo para ello.
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