No importa que media España esté achicharrada (y la otra mitad también), el mundo permanezca pendiente de lo que ocurre en los Juegos Olímpicos y la lógica que manda en los hogares y oficinas sea la de las vacaciones de verano. Vigo tiene claro que la prioridad son las Navidades. Y así lo ha escenificado hoy su alcalde, Abel Caballero, quien a 30 de julio y con el termómetro marcando 30º, ha presidido el inicio oficial del montaje de las luces de Navidad.
Adornado navideño bajo el sol estival.
Dicho y hecho. No es una novedad, pero no por eso resulta menos chocante. A principios de mes, durante una entrevista en RTVE, Abel Caballero avanzó que el montaje de las luces de Navidad arrancaría en Vigo en pleno verano, entre "julio o agosto". Y así ha sido. Hoy, 30 de julio, con el mercurio marcando 30º y a pleno sol, el alcalde ha dado por iniciados los trabajos para instalar los adornos.
Y para dejarlo claro el propio Caballero ha posado en plena calle Príncipe, en el centro de la ciudad, junto a operarios y algunas de las guirnaldas que colgarán sobre las calles. "Hoy arrancamos con el montaje de las luces de Navidad".
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"67 ciudades de España". Lo de que las luces de Navidad se mezclen con los turistas con sandalias y sombrillas quizás resulte chocante, pero Caballero justificó la premura de Vigo con un dato relevador: en Vigo se adornan 420 calles, "alguna de más de un kilómetro", precisó, lo que equivale según sus cálculos a decenas y decenas de municipios. "Son 67 ciudades de España juntas. Por eso tenemos que arrancar ahora", insistió el primer edil ante un corro de periodistas, consciente de que los trabajos arrancan con "media España tostándose al sol, media o toda".
Un árbol para dominarlos a todos. El inicio del despliegue navideño no fue el único golpe de efecto de Caballero, quien aprovechó la cita para desvelar uno de los platos fuertes que ofrecerá Vigo estas fiestas: un árbol luminoso XXL. Y lo de XXL puede tomarse en el sentido más literal de la expresión. Medirá unos 50 metros, lo que lo convertirá, garantiza Caballero, en el "árbol gigante más alto del mundo".
Durante las pasadas Navidades la ciudad ya instaló una gigantesca estructura cónica de 44 m con una estrella de 19 m de diámetro. “La más grande de ningún árbol del planeta en la historia de la humanidad", proclamaba por entonces.
Despliegue de grandes cifras. Los metros del árbol o el número de calles engalanadas no son las únicas cifras que han llevado a Caballero a sacar pecho ante la prensa. El primer edil recordó que 420 calles y plazas de Vigo se adornarán con "en torno a 4.000 guirnaldas y objetos luminosos decorativos", 2.500 árboles iluminados y 11,5 millones de led. "Quien quiera competir que lo diga".
"¿Cuándo va a ser la Navidad? Como es normal, Vigo marcará el inicio de la Navidad algún día del mes de noviembre, que ya diré, pero hoy arrancamos con la instalación de los motivos navideños", explicó Caballero antes de animar a la gente a que visite la ciudad también durante los meses de verano. Uno de los puntos que la ciudad mira con más interés, por proximidad, es el norte de Portugal.
¿Cuestión de luces led? Sí. Y no. Detrás de la aparente prisa de Vigo por instalar sus adornos de Navidad o la retórica de Caballero hay algo mucho más relevante: el negocio que suponen las fiestas y su capacidad para captar visitantes entre noviembre y enero, hasta hace no tanto una temporada de escasa actividad en los hoteles de Vigo. Los datos son elocuentes. Si en diciembre de 2012 el INE contabilizó 18.500 viajeros en establecimientos hoteleros de la ciudad, en 2022 el dato era ya sustancialmente mayor: rozaba los 58.000. Y creciendo.
La "guerra" de las luces. Abel Caballero presume incluso de cifras mucho mayores. Según sus datos, obtenidos a través de los teléfonos móviles, la última campaña navideña atrajo a Vigo a 5,3 millones de turistas, lo que equivaldría a 17,6 veces la población de la ciudad y multiplicaría por 1.000 el número de plazas hoteleras disponibles que la ciudad tenía en diciembre, según el INE.
El turismo navideño se ha vuelto en cualquier caso un caramelo tan apetitoso que ya hay ciudades pugnando por él más allá de Vigo, como Badalona o Madrid, que desde hace años rivalizan en cuestiones como el despliegue de luces y árboles.
Imágenes | Ayuntamiento de Vigo
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