Aunque la crisis del coronavirus ha dado un empujón al uso de la bicicleta frente al transporte público, antes de la llegada de la pandemia ya se observaba un aumento en algunas ciudades. De hecho, un reciente estudio vincula la existencia de flotas de bicis compartidas con el auge de este tipo de desplazamientos y el uso del transporte público.
Incremento. La investigación realizada por el departamento de política urbana de la Universidad de Washington señala que, en la última década, las ciudades que apostaron por sistemas de bicicletas compartidas han experimentado un aumento del 20% de este tipo de desplazamientos. Según algunas de las conclusiones del estudio, estos resultados se asocian a que compartir bicicleta es más cómodo que comprarla porque te exime de realizar el desembolso inicial y de preocupaciones como el parking o el riesgo de robo.
Desglose. Tras analizar los datos desde 2008 al 2016, descubrieron que el uso de la bicicleta y el transporte público había aumentando más en aquellas ciudades con flotas comunitarias. En estas ciudades, en 2008, el 66% de las personas conducían para ir el trabajo, el 1% lo hacía en bicicleta y el 22% en transporte público. Por su parte en las ciudades sin bicis compartidas, el 88% conducía diariamente, menos del 1% usaba la bici y sólo el 4% iba en transporte colectivo.
Ocho años después, las ciudades con flotas de bicis experimentaron una caída del uso del coche para ir al trabajo (el 59% lo utilizaba), mientras que los desplazamientos en bici habían subido al 1,7% y el transporte público al 26%. Las ciudades que no apostaron por las bicicletas colectivas vieron como el 83% de sus ciudadanos seguían utilizando el coche, un 1% apostaba por la bici y un 6% por el transporte público.
BiciMad. Aunque los datos del estudio anterior pertenecen a los hábitos de ciudadanos norteamericanos, los datos del sistema de bicicletas compartidas de Madrid sirven para ratificar esta tendencia. Para hacernos una idea, desde 2016 a 2018, el uso de las bicicletas del ayuntamiento creció un 27% pasando de los 2.813.000 usos de hace cuatro años a los 3.574.000 usos de 2018.
Uso post-Covid. Tras el primer fin de semana de paseo y ejercicio autorizado en la fase 0, el uso del sistema de bicicletas madrileño se incrementó un 298% respecto a la última semana de abril. Y, aunque todavía no hay datos exactos sobre la cantidad de ciudadanos que se están desplazando en bicicleta, la disminución del tráfico en las ciudades y el miedo al contagio en medios de transportes colectivos está incentivando más su uso.
De hecho, ciudades como Valladolid están aprovechando la actual coyuntura para desplegar su propio Madrid Central y otras como Barcelona, Zaragoza, Las Palmas o Avilés aumentarán los kilómetros urbanos destinados a la bicicleta con carriles de máximo 30 km/h.
Más ventas. Desde el estado de alarma, las búsquedas en Google sobre bicicletas se han incrementado un 138% y durante el mes de abril Decathlon y Amazon llegaron a quedarse sin stock de varios modelos de bicicletas de paseo. En esta línea y dado el auge que se está experimentando, la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (AMBE) ha solicitado a los ministerios de Transportes, Transición Ecológica y Hacienda ayudas económicas al consumidor para incentivar aún más la compra de bicis.
En Italia, el gobierno de Guissepe Conte acaba de aprobar una subvención de 200 euros para impulsar la compra y el despegue de este medio de transporte.
Imagen: Nicolas Vigier/Flickr
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