Noviembre de 1923: Adolf Hitler, veterano de la Primera Guerra Mundial, austriaco, es detenido y encarcelado por las autoridades tras orquestar el Putsch de Múnich. En prisión, escribe el libro que serviría de base para la ideología nazi: Mein Kampf. Julio de 1925: el texto sale a la luz. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, su edición se prohíbe en Alemania. Diciembre de 2015: los derechos de autor del Mein Kampf caducan. Si quieres editarlo, podrás. Alemania tiene un problema.
En efecto, el próximo mes de diciembre los derechos del Mein Kampf, actualmente propiedad del Estado de Baviera, habrán pasado a mejor vida. Si bien en la actualidad su difusión dentro de las fronteras de Alemania (donde el nazismo, lógicamente, continúa siendo un tema delicado) está controlada, es improbable que eso continúe siendo así a partir del año que viene. ¿Por qué supone esto un problema para el país? Por varios motivos.
¿Qué es exactamente el Mein Kampf?
El Mein Kampf es, grosso modo, el libro fundacional del nazismo. Fue aquí donde Hitler, encarcelado, volcó sus pensamientos más extremos. Las líneas básicas del nacionalsocialismo: el antisemitismo formulado en parámetros totalitarios, el anticomunismo y el exacerbado nacionalismo que conducirían a Alemania al desastre se encuentran resumidos en las líneas escritas por Hitler, mitad memorias mitad panfleto propagandístico. Es la esencia del nazismo, su particular libro sagrado.
¿Por qué es tan importante?
Por las implicaciones del nazismo. Al contrario que otras obras de otros dictadores europeos de la época, el Mein Kampf se irguió con radical simbolismo como una hoja de ruta ideológica perfecta para las aspiraciones tanto de Adolf Hitler como de sus seguidores. Ni el franquismo en España, ni el comunismo en la Unión Soviética, ni el fascismo en Italia encontraron un referente propagandístico esencial tan poderoso como el Mein Kampf.
Por supuesto, el impacto de cualquier otro régimen totalitario en la Europa de los años '30 y '40 no es tan dramático como el del nazismo, propulsor fundamental de la Segunda Guerra Mundial, de la mayor obra de destrucción física y moral jamás vista por el ser humano, y del Holocausto, el crimen contra la humanidad más espeluznante cometido en toda la Historia.
¿Por qué no se ha podido publicar hasta ahora?
Cuando Hitler se suicidó en Berlín en 1945, todas sus propiedades, incluidos los derechos copyright del Mein Kampf, pasaron a manos de la recién formada Alemania Federal. En concreto, al Estado de Bavaria, dado que la residencia del dictador el día de su muerte se hallaba fijada oficialmente en Múnich. Desde entonces, ni el Estado de Bavaria ni Alemania han permitido realizar nuevas copias.
¿Ni por motivos educativos?
No, y aquí entroncamos con parte del tabú que el nazismo aún implica en Alemania. Pese a que el Holocausto y el papel del país han sido progresivamente estudiados en las escuelas, la figura de Adolf Hitler y el atrezzo nazi continúan siendo muy controvertidas. En consecuencia, el Mein Kampf también lo es. Antes que como un vehículo útil para contar a los jóvenes alemanes qué no deberían pensar en el futuro, se observa como una posible herramienta propagandística.
¿Es siquiera legal poseer una copia?
Lo es. Los tribunales lo han dejado claro en más de una ocasión: poseer el Mein Kampf en Alemania no es sinónimo de falta o delito. El estatus de su distribución no es tan claro: se considera que se pueden vender o prestar obras ya impresas del libro siempre y cuando tal acto no tenga como finalidad promover el odio o aspiraciones belicosas.
Pero yo he visto ediciones en español
Porque ni el Estado de Baviera ni Alemania han podido hacer mucho para que otros países del mundo frenen la copia y distribución del Mein Kampf. En algunos países sí ha habido cierta polémica al respecto, como en Rusia, pero en términos genéricos si quieres leer el libro en cualquier otra lengua que no sea el alemán no tendrás muchos problemas. No en vano, los derechos de publicación del texto en otros países no pertenecen ni a Baviera ni a Alemania.
¿A qué tienen miedo algunos alemanes?
Al libro en sí. "Es un libro peligroso". El Mein Kampf es un texto ideológico y complejo, abierto a interpretaciones diversas y notoriamente visceral. Pese a que setenta años después de la muerte de Hitler la sociedad europea ha cambiado, es fácil creer que un adolescente cualquiera puede ser atraído de forma ingenua por la fuerza retórica e ideológica de Hitler. La mera idea de que eso ocurra aterra a muchos alemanes, por motivos lógicos. El nazismo fue un trauma.
La posibilidad de que termine en manos de grupos neonazis, charlatanes o publicaciones sensacionalistas de dudoso escrúpulo, unido al potencial efecto que su volcado en Internet podría provocar, es suficiente para que numerosos alemanes observen la idea preocupados.
¿Y qué opinan los historiadores de esto?
Que el libro debería ser publicado por expertos. Numerosos historiadores alemanes se han pronunciado a favor de editar, con apoyo de las autoridades, un monográfico con numerosas anotaciones al pie que explique con todo detalle en qué consiste el pensamiento de Hitler y sus implicaciones históricas. Que sea utilizado, en definitiva, como herramienta divulgativa de la historia. Una edición académica que sirva de canon y evite el sensacionalismo o la propaganda.
El Instituto de Historia Contemporánea alemán, radicado en Múnich, es partidario de esta idea. De hecho, inició un proyecto para redactar una versión anotada del Mein Kampf, incluso con ayuda del Estado de Baviera. Sin embargo, en 2013 el apoyo institucional, así como la financiación, se esfumó.
¿Hay ya alguna reedición prevista?
La realizada por el Instituto de Historia Contemporánea. Pese a que Baviera se echó atrás, argumentando la imposibilidad de promover leyes antipropaganda nazi en el parlamento al mismo tiempo que financiando la reedición del libro, el Instituto ha decidido seguir adelante. En palabras de su director, se trata de un libro "anti-Hitler", editado en dos volúmenes y con centenares de páginas con comentarios y trabajos de investigación que someten el texto a una lectura crítica.
En teoría, sale en 2016.
¿Hay algún fenómeno comparable en el mundo?
No. Pese a que hay otros libros cuya importancia y proyección social y cultural es gigantesca (el Corán o la Biblia, sin ir más lejos), el fenómeno asociado al Mein Kampf y a Adolf Hitler son únicos. Por las circunstancias de Alemania y, ante todo, por el bagaje aún no digerido de la Segunda Guerra Mundial. El conflicto dejó una marca indeleble en el país, así como el nazismo. Su huella histórica es demasiado grande, demasiado grave. Y de ahí la comprensible polémica.
Imagen | Phalinn Ooi, Tirso Lecointere
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