Dos de las claves que lo explican: los tipos de interés de EEUU y las compras de inversores chinos
El oro gana valor. Mucho. Rápido. Y de forma contundente. Los gráficos sobre el precio del metal precioso por excelencia, uno de los grandes valores refugio, muestran desde hace días una clara tendencia ascendente que lo ha llevado hasta cifras nunca antes vistas. Las tablas de Gold Price o Bullion Vault indican por ejemplo que hoy su valor llegó a rondar los 2.170 dólares la onza, sensiblemente por encima de hace un año escaso y lejos, muy lejos, de las cantidades que se manejaban en 2018 o 2019. Para explicarlo hace falta entender el rol del oro como activo fiable y también lo que ocurre en el tablero internacional, desde Estados Unidos a China pasando por supuesto por un Oriente Medio tensionado.
Estas son las claves.
El oro, en valores históricos. Esa es la idea central, la más relevante y la que explica que a lo largo de los últimos días el precio del oro haya protagonizado crónicas en medios como The Guardian, la cadena CNN o Financial Times. Ayer se alcanzaron los 2.164 dólares por onza, lo que supuso el quinto máximo en cuestión de tres días, y las tablas de Gold Price muestran que sigue en la zona más alta de su gráfico histórico, entre 2.160 y 2.170. A modo de referencia, el martes el metal rozó los 2.142 y un día después el precio rebasó ese valor en dos ocasiones.
Echando la vista atrás. Los valores que hemos visto estos días superan el récord anterior, que se alcanzó en diciembre, cuando la onza troy tocó los 2.135 dólares. Si se amplía el foco y va al histórico de Gold Price, que arranca en los 70, se aprecia que la escalada ha sido pronunciada. Y si bien no es la primera vez que el gráfico de precios muestra un pico acentuado, nunca esas cumbres habían sido tan elevadas.
Financial Times confirma que se trata de un máximo histórico nominal, aunque con una nota a pie de página: si en lo que nos fijamos es en los valores ajustados a la inflación, la onza aún quedaría lejos del pico que marcó en 1980. Entonces hubo dos claves para entender el dato y una tendencia alcista que se prolongó durante años: la inflación impulsada por el petróleo y las tensiones en Oriente Medio.
¿Y qué pasa ahora? Una combinación de factores, aunque por lo general los analistas que han explicado el alza del precio del oro suelen poner el acento en uno en concreto: la expectativa de "un posible recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU", precisa Sergio Ávila, analista de IG.
Allí se han sucedido una serie de indicadores —como una caída del gasto de la construcción y en la confianza de los consumidores— que han dado alas a la teoría de que la Reserva Federal no tardará en recortar los tipos de interés en verano.
La economía de EEUU. La posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense recorte las tasas en junio ya desencadenó un repunte hace varios días. Otro efecto interesante se ha manifestado en el rendimiento de los bonos gubernamentales: los del Tesoro a dos años cayeron 0,23 puntos porcentuales en cuestión de días hasta situarse a comienzos de esta semana en el 4,56%.
Finanzas y geopolítica. Hay más factores en juego, como explica a Swiss Info Ricardo Evangelista, analista de ActivTrades: "Las preocupaciones sobre las perspectivas económicas mundiales, las tensiones geopolíticas y el cambio en las expectativas sobre los recortes anticipados de las tasas de interés han impulsado una mayor demanda del metal precioso". La consecuencia, remata, es la "trayectoria ascendente en los precios" de los últimos días.
Otras voces cuestionan que las especulaciones sobre el recorte de tasas de la Reserva Federal hayan tenido una influencia tan pronunciada en el precio del oro. Así lo apunta James Steel, analista de HSBC, quien abre la puerta a otros factores: "Hay nuevos participantes en el mercado que operan a partir de la incertidumbre y buscando el oro a modo de refugio seguro. Está entrando mucho dinero, ya que hay un grupo más reducido de activos que están de moda y el oro es uno de ellos".
Mirando también Oriente Medio… Puede centrarse algo más el tiro. Hay analistas que recuerdan que el alza histórica en el precio del oro coincide con un período de tensiones en Oriente Medio y que los inversores suelen echar mano del metal precioso como depósito fiable durante los períodos de incertidumbre, tanto financiera como política. The Guardian concreta que solo desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás la onza se ha incrementado más de 300 dólares.
Reflexión similar comparte Patrick Farrel, de Charles Stanley, quien cree que el precio del oro quizás no tarde en llegar a su máximo. "Ha sido un año sombrío para muchas materias primas. La confluencia del debilitamiento del crecimiento económico, sobre todo en China, y un ajuste tras cierta exuberancia pospandémica, ha provocado la caída de los precios de la energía, los metales industriales y las materias primas de 'transición energética', como el cobre y el níquel", señala Farrel, y matiza: "El oro en cambio ha alcanzado nuevos máximos al crecer las tensiones geopolíticas. La situación podría estar a punto de invertirse".
… y mirando a los bancos y China. Otra de las claves estaría en las compras que llevan meses realizando los bancos centrales e inversores chinos. Sobre todo para entender el repunte experimentado por el precio del oro durante los últimos meses, el mismo que puede verse desde hace tiempo en los gráficos de Gold Prices.
Lo primero se explica por la decisión de los bancos centrales de mercados emergentes de realizar grandes compras. Lo segundo, relacionado con los compradores chinos, conecta con otro fenómeno bien conocido: la caída de los mercados inmobiliarios y bursátiles. Ante ese contexto en China hay quien ha empezado a realizar adquisiciones importantes. "Es un rally sigiloso", comenta al diario Financial Times Ross Norman, directivo de Metals Daily: "El inversor occidental no está detrás. El oro sigue fluyendo hacia el este".
La pista que deja Suiza. Otra pista la dejan las exportaciones suizas a China, que como recuerda Bloomberg suele ser un buen indicador de la demanda de oro en el gigante asiático. Su flujo casi se triplicó en enero. Y la clave puede buscarse de nuevo en el esfuerzo de sus consumidores por protegerse frente a las fluctuaciones del mercado de valores y la crisis inmobiliaria que azota a la nación.
La agencia desliza además que China ha sido además de uno de los grandes puntos de acumulación del metal en 2023 y figura entre los bancos centrales que han optado por esa vía en busca de una menor dependencia del dólar.
Imagen | Jingming Pan (Unsplash)
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