Los cinco grandes estudios (Disney, NBCUniversal, Paramount, Sony y Warner Bros) de Hollywood han llegado a un acuerdo con Kodak para seguir comprando celuloide por un tiempo indeterminado, de forma que la que a día de hoy es la última empresa que sigue produciendo película cinematográfica pueda seguir manufacturando este material. Para que nos entendamos, es como si le hubiesen puesto el marcapasos que mantendrá vivo por unos años más esta forma de fabricar cine.
El acuerdo anterior: como explican en Hollywood Reporter, ambas partes venían de un acuerdo técnicamente extinto que mantuvo entre 2015 y 2017 con vida a la empresa fotográfica después de que la misma entrase en bancarrota. La revolución digital hizo que los ingresos de esta mítica compañía cayeran en un 96%, y nadie, ni siquiera los accionistas, entendían cuál podía ser el valor de este producto desfasado.
El precio de un cartucho de celuloide en 35mm puede costar hasta 1.000 dólares por 11 minutos, lo que puede hacer ascender el precio medio de una producción entre 40.000 y 80.000 dólares sólo para que después, en la mayoría de los casos, las imágenes acaben siendo exhibidas en una copia digital.
Savefilm.org, o por qué tenemos que agradecérselo a Christopher Nolan: fue este director el que, ante la crisis de Kodak anunciada en 2014, comandó una coalición de pesos pesados del séptimo arte para hacer oír a los grandes estudios que estaba entre sus necesidades como cineastas que hiciesen un acuerdo para mantener la producción de película. Esta suerte de supergrupo de conservacionistas estuvo compuesta por J.J. Abrams, Quentin Tarantino, Edgar Wright, Judd Apatow, Paul Thomas Anderson, Martin Scorsese y otros. Es decir, todos esos directores que aún consiguen arrastrar a la gente a las salas no por dirigir un blockbuster de superhéroes, sino por ser considerados autores para las masas.
Y llegó la prosperidad: después de los años negros de la bancarrota, estamos en plena etapa de la “vinilización” del celuloide. Como recoge la Filmmaker Magazine, y centrándose en estrenos mundialmente relevantes, han pasado de ser en 2018 24 las películas rodadas en 35mm a las 27 de 2019. En el último cuatrimestre del año pasado Kodak anunció que su negocio había florecido un 21% anual, y tienen además la ilusión de saber que hay cada vez más nuevos directores que se están interesando por el formato.
Fatiga digital: así denominan los ejecutivos de la fotográfica a la sensación que sienten los realizadores y directores de foto con respecto al cine digital. Aunque la calidad de las nuevas tecnologías de la imagen ha avanzado mucho, sigue haciendo una diferencia consustancial entre el analógico y el digital, mientras que el píxel es fijo, los haluros de plata que capturan la luz en la película se imprimen después de formas impredecibles, lo que crea una textura física más similar a nuestra visión natural.
Se trata, eso sí, de un lujo que no está a día de hoy al alcance de todos. Si miramos las películas que grabaron en celuloide el año pasado son todo grandes éxitos: El irlandés de Scorsese, Érase una vez en Hollywood de Tarantino, la última entrega de Star Wars por Abrams, la adaptación de Mujercitas de Greta Gerwig… Todas ellas en 35mm. Y por poner un caso español, también los hay que, pese a los presupuestos más modestos, también quieren apostar por lo tradicional: O que arde de Oliver Laxe, una de las sorpresas de este año, se grabó en 16mm.
¿Y qué películas en celuloide están por llegar? Ahí van cuatro: Tenet, lo próximo de Nolan, la próxima adaptación de Bond llamada No Time To Die y dirigida por Cary Joji Fukunaga, Last Night in Soho de Edgar Wright y la adaptación del musical West Side Story que prepara Spielberg.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario