¿Provocan más contagios las elecciones? Esto ha sucedido en los países donde se han celebrado

No habrá elecciones catalanas el próximo 14 de febrero. El Govern ha aplazado los comicios al próximo 30 de mayo, tres meses después, con la esperanza de sortear el pico de contagios previsto para las próximas semanas. La decisión ha sido consensuada con el resto de formaciones políticas, excluyendo al PSC, y tras informes internos que atribuían a la convocatoria un riesgo demasiado alto. Es una decisión que mimetiza a la adoptada por Galicia y País Vasco en marzo.

¿Pero tiene sentido?

Los porqués. El ejecutivo autonómico ha justificado su posición, drástica, en base a los informes elaborados por el Departamento de Salud de la Generalitat. A ellos ha tenido acceso El Mundo. Las elecciones duplicarían los contagios en el día de las elecciones (de los 4.500 actuales a los más de 9.000), agravando la curva ascendente arrastrada de la Navidad. En el peor de los escenarios esbozados por Salud, las elecciones contribuirían a aumentar el número de ingresados en UCI a los 1.200.

Hoy son 500.

La evidencia. Son cifras que impresionan, pero estimativas. Desde que comenzara la epidemia son muchos los países que han celebrado elecciones, ya fueran generales, provinciales o locales. Esto ha permitido la elaboración de estudios comparados que ofrecen algunas pistas sobre el efecto de los comicios en los patrones de transmisión. Este analiza la evolución de la epidemia antes y después de las elecciones en diez países distintos. Su conclusión es, como en casi todo lo relacionado con la epidemia, poco rotunda. No hay patrones claros.

Divergencias. Comencemos por los resultados positivos. Corea del Sur celebró sus elecciones legislativas a mediados de abril, cuando la mayor parte de países de Europa seguían confinados. Las autoridades locales, cuya reputación en la trazabilidad y control de la enfermedad es indiscutible, no atribuyeron nuevos casos a la cita electoral. Los datos reafirman esta idea: Corea llegó a los comicios tras semanas de desaceleración epidémica, una tendencia que continuó hasta el verano.

Similares conclusiones se pueden extraer de las primarias demócratas celebradas en Wisconsin a mediados de mayo. El CDC estadounidense no encontró evidencias de contagios significativos durante la jornada.

Al alza. No siempre fue así. A las elecciones bielorrusa siguieron protestas multitudinarias que pudieron disparar el volumen de contagios en las semanas siguientes. Los datos del país empeoraron rápidamente tras la jornada electoral. Lo mismo se puede decir de Serbia, donde los comicios precedieron a un aumento de los positivos confirmados. Este último es un matiz importante, ya que los contagios no identificados por las autoridades sanitarias podrían haber aumentado con anterioridad.

La evidencia es mixta. En Croacia y Macedonia del Norte los contagios se mantuvieron estables en el periodo inmediatamente posterior al voto. En República Dominicana y Malawi siguieron creciendo, pero el patrón ascendente ya había comenzado antes de las elecciones. Y en Singapur y Polonia aumentaron sólo de forma paulatina, en coincidencia también con el levantamiento de las restricciones.

Hay ruido. Acaso Estados Unidos es el mejor reflejo de la dificultad a la hora de ponderar el efecto de unas elecciones en la epidemia. El país acudió a las urnas el 3 de noviembre. Dos días después registraba su pico de contagios histórico en un sólo día (más de 100.000). Establecer una causa-consecuencia es harto complejo. Los casos llevaban subiendo de forma drástica desde principios de octubre y siguieron subiendo tiempo después. Observando la curva, es imposible saber cuándo se votó.

En conclusión. ¿Suponen un riesgo las elecciones? Puede que sí. Y puede que no. La evidencia es mixta y contamos con ejemplos para defender ambos argumentos. Cuestión distinta es que el potencial riesgo sea suficiente para aplazar un derecho fundamental, como es el de voto. En República Dominicana y Macedonia del Norte el pico de contagios durante las elecciones desincentivó acudir a los colegios, desplomando la participación. En otros países, los menos, aumentó.

El acceso al voto, la reducción de los contagios, el cumplimiento de los procedimientos democráticos. Las variables para aplazar o celebrar unas elecciones son variados y conflictivos. En última instancia, Cataluña podría seguir el ejemplo de otros países: mascarillas, voto anticipado, estaciones telemáticas o incluso turnos para acceder a las urnas. Fueron medidas experimentadas con éxito por otros países.

Imagen: Reuters

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