Dubái tiene un problema, quiere ser el centro financiero moderno y albergar tres millones de personas, pero vive rodeada de un eterno desierto. Cientos de miles de árboles han muerto después de que costosos proyectos inmobiliarios frustraran los intentos de detener la desertificación. En realidad, todo empezó de maravilla, con el gobernante de Dubái fotografiado plantando el primer árbol de su ambiciosa iniciativa ambiental, mientras funcionarios sonrientes aplaudían a su alrededor. Luego llegó un millón de árboles más. ¿El objetivo? Aumentar las áreas verdes y contribuir al embellecimiento general de la ciudad.
Ahora la desertificación amenaza el suministro de alimentos en Dubái. ¿Puede su incipiente sector de tecnología verde ayudar a detener la conquista de las arenas?
Una invasión de arena. Los Emiratos Árabes Unidos tienen casi el mismo tamaño que Hungría o Portugal, pero alrededor del 80% de su superficie terrestre ya es desierto. Su ecosistema es frágil y, en parte debido a la desertificación, su tierra más valiosa está sometida a una presión cada vez mayor. Un informe del gobierno indicaba que "con un aumento en la población y los sistemas de consumo de alimentos, la degradación de la tierra y la desertificación se están volviendo peligrosas". Encontrar soluciones se ha convertido en una prioridad.
Desertificación imparable. La desertificación es un tipo de degradación de la tierra por la cual la tierra fértil y cultivable en regiones áridas o semiáridas se vuelve improductiva. Por lo general, ocurre cuando los recursos naturales como el agua y el suelo están sobrecargados, lo que hace que la tierra sea menos capaz de soportar la vegetación. Aunque puede ocurrir de forma natural, la desertificación es cada vez más frecuente tanto en los EAU como en todo el mundo debido a actividades humanas como el pastoreo excesivo, la agricultura intensiva o la construcción.
Aproximadamente 12 millones de hectáreas se pierden en todo el mundo cada año como consecuencia directa de la sequía y la desertificación. Eso es el equivalente a nada menos que 2.000 campos de fútbol cada hora. Para que os hagáis una idea: si esos campos estuvieran alineados de un extremo a otro, habría que conducir a 210 km/h solo para seguir el ritmo de la expansión de la desertificación.
Sin tierras. En los últimos 20 años, la pérdida de tierras valiosas por parte de los EAU ha sido brutal. Según el Banco Mundial, el país tenía 75.000 hectáreas de tierra cultivable en 2002, pero en 2018 solo tenían 42.300 hectáreas. Los datos indican que, en el mismo período, el porcentaje de tierras agrícolas en los EAU cayó del 7,97 % al 5,38%.
Durante las décadas de 1970 y 1980, la utilización de sus vastas reservas de petróleo provocó un período increíble de crecimiento y prosperidad financiera, pero no se prestó mucha atención ni se consideró al medio ambiente. En 2008, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) clasificó a los EAU como el país con la peor huella ecológica por persona.
La solución. En parte como resultado de esta prensa negativa, los Emiratos Árabes Unidos, y Dubái en particular, que fue el principal culpable, se comprometieron a hacer mejor las cosas. En 2012, el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primer ministro de los EAU y gobernante de Dubái, anunció la estrategia de crecimiento verde de los EAU para "mantener un entorno sostenible y apoyar el crecimiento económico a largo plazo".
De hecho, ahora hay una gran cantidad de iniciativas centradas en Dubái. La Estrategia Industrial de Dubái 2030 describe el plan de la ciudad para "promover la fabricación respetuosa con el medio ambiente y de bajo consumo", mientras que el parque solar Mohammed Bin Rashid Al Maktoum de 1 gigavatio, ubicado a 50km al sur de Dubái, está entre los parques solares más grandes del mundo.
Plantar más árboles. Un enfoque que predominó para conseguir todo eso fue la antigua solución ambiental de simplemente plantar más árboles. "Los árboles unen el suelo, secuestran carbono, mejoran la fertilidad del suelo y también mejoran la infiltración y la recarga de las aguas subterráneas", explicaba Anna Tengberg, profesora de Sostenibilidad de la Universidad de Lund en Suecia, en este reportaje de BBC.
Los responsables de la toma de decisiones de Dubái eran muy conscientes del impacto potencial que los árboles pueden tener en la lucha contra la desertificación. En 2010, Sheikh Mohammed lanzó la iniciativa Un Millón de Árboles, con el objetivo de plantar un millón de árboles en un intento por aumentar las áreas verdes en la ciudad y detener la desertificación.
No funcionó. Sin embargo, según Hamza Nazzal, representante de Green Land, la empresa que desarrolló la iniciativa, "el 100% de los árboles han muerto y la iniciativa ha fracasado por completo". Básicamente, el proyecto fue "abandonado" después de que Dubai Holding, una empresa de inversión estatal, anunciara el desarrollo de varios proyectos inmobiliarios en el mismo terreno, aunque estos finalmente no se construyeron.
Los problemas ambientales de Dubái están lejos de resolverse, especialmente en el caso de la desertificación. La sequía, el uso excesivo de los recursos naturales, el rápido desarrollo urbano y el aumento de la salinidad del suelo son peligros para la ciudad. El no abordarlos amenaza desde la pérdida permanente de tierra cultivable hasta la desaparición de especies nativas de la región. Las imágenes que vemos lo dicen todo.
Imágenes: Irenaeus Herok
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